Twittear EMPIEZA EL ESPECTACULO: Míchel, el canterano al que el Valencia despidió en su día por bajito, revive su noche triunfal

NO DEJES ESCAPAR ESTA OPORTUNIDAD

TRADUCE EL BLOG A TU IDIOMA

EL BLOG DE AIDA

PARA SABER SI HAY ALGUIEN CONECTADO, MIRA EL MUÑEQUITO AL LADO DEL NOMBRE TIENE QUE ESTAR VERDE

COBRA POR EMAIL RECIBIDO

sábado, 15 de noviembre de 2008

Míchel, el canterano al que el Valencia despidió en su día por bajito, revive su noche triunfal


Entró y salió del campo temblando. Al llegar, por los nervios; cuando lo abandonó, por la intensa emoción que le embargaba. Debutar en Mestalla con el primer equipo marcando un gol es un sueño que a muy pocos futbolistas -menos aún de la cantera-, se le hace realidad.

Míchel, el chaval de Burjassot, lo consiguió. Se estrenó con el Valencia en el partido de ida contra el Portugalete, disputado en Baracaldo. Le faltaba consagrarse en el santuario blanquinegro y lo logró. Miguel Alfonso Herrero Javaloyas Míchel (29-7-1988, Valencia), seguía flotando ayer, doce horas después de vivir su mejor momento como futbolista.

Un momento que llegó gracias a José Giménez, coordinador de captación de la escuela valencianista, que fue quien lo recuperó después de que se prescindiera de él."Había estado dos años en el alevín y otros dos en el infantil. Luego me tiraron... Bueno, me cedieron, porque era bajito, pequeño... Jugué en el Benimar y después en el Burjassot, del que regresé al Valencia gracias a José Giménez, que seguía mi trayectoria y me llamó para volver", relata Míchel, aquel bajito que en la actualidad mide 1,82 metros. Tenía que ser futbolista por narices. Su padre y su hermano también le pegaron al balón, y él vive desde pequeñito pegado al campo de Los Silos, en el barrio de Espartero, en Burjassot.

Míchel merecía disfrutar como lo hizo la noche del miércoles, porque con anterioridad al partido de Copa del Rey lo pasó mal. Los nervios se apoderaron de él. "Cuando me vi en el vestuario con los jugadores del primer equipo ya fue un impacto muy fuerte. Estaba sentado entre Helguera y Edu, que eran algunos de mis ídolos de la infancia. Me impresionó. Tanto ellos como los demás me ayudaron mucho, me dijeron que estuviera tranquilo, al margen de todo, sin nervios, que me iban a apoyar y así fue.

Les estoy muy agradecido".Lejos de calmarse viendo la primera mitad del partido desde el banquillo, el transcurrir del reloj le dejó al borde de la histeria. Y llegado el momento de entrar en juego Míchel era todo un nervio. O un manojo de muchos. "Es verdad, salí nervioso al campo, fíjate cómo estaba que en cuanto me acerqué a Edu le dije 'ayúdame por favor'.

A medida que pasaron los minutos me fui tranquilizando y centrando en el partido".A los 13 minutos de estar sobre el césped de Mestalla -como para ser supersticioso-, Míchel recibió el balón. Tras controlarlo, encara a un defensa del Portugalete, le amaga hacia el lado derecho con el cuerpo y se va por el izquierdo. De inmediato, golpeo por bajo con la zurda y gol, el segundo del Valencia y el primero del chaval con los mayores, un gol que marcará su carrera y que permanecerá en su mente de por vida. "Cuando vi que el balón entraba en la portería me volví loco, no sabía lo que hacer ni hacia donde ir, me quedé tendido sobre el campo, besé el césped, me saltaron unas lágrimas y lo celebré con los compañeros".

A unos metros de distancia, en la tribuna, se encontraban sus padres, su hermano y su cuñada. Y repartidos por las gradas de Mestalla su grupo de amigos, quienes le guardaban lo mejor en Burjassot. La sensación de escalofrío, la piel de gallina, recorrió un buen número de cuerpos de sus más allegados. La mirada de Míchel se fue también hacia el palco, donde su madre derramó alguna lágrima. Tenía motivos más que justificados para ello.

El reencuentro de la familia al término del partido significó la explosión de júbilo y emoción. "Nos abrazamos los cuatro muy emocionados y volví a soltar algunas lágrimas, igual que le pasó a mi madre... Normal, porque estábamos todos muy felices, como en una nube... Fue increíble".Y es que Míchel siente verdadera devoción por su familia.

En especial por sus progenitores, a los que adora. "Es que es a ellos a los que les tengo que agradecer todo, me lo han dado todo en la vida y sin su ayuda y ánimos no estaría aquí ni hubiera llegado a debutar en el Valencia". Cuando la familia Herrero-Javaloyas regresó a casa, Míchel, el triunfador de la noche, se llevó otra agradable sorpresa. Al llegar a la puerta de su domicilio se encontró a todo el grupo de amigos esperándole. "Se tiraron al suelo, empezaron a mover los brazos de arriba a abajo, como adorándome, me hicieron la ola, cantaron... De todo, fue muy bonito y le estoy muy agradecido a todo el mundo, porque no paro de recibir felicitaciones".

Todavía ayer su teléfono móvil echaba humo -"mira, lo he traído cargado a tope y me queda una rayita de batería", dice mientras muestra el aparato-. Durante la charla recibe nuevas llamadas, incluida la de su representante, Mario Parri. Quedan para comer. Míchel, sin embargo, quiere dormir. "Después del partido fue imposible. Me metí en la cama, pero no hubo manera. Me venía a la cabeza todo lo que me había pasado, el encuentro, el tiempo que jugué, el gol, me preguntaba a mí mismo '¿he marcado?', no me lo acababa de creer... Y es que hice realidad el sueño de mi vida, debutar en Mestalla con un gol... Ahora, a seguir trabajando en el filial para que me vuelvan a llamar", dice, todavía en su particular nube.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro que lo volverán a llamar, porque si encima de que es un fenómeno, siente así los colores y admiración por el equipo, ya tiene 2 bazas de frente.
Se merece el gol, el gol no, el golazo, porque fue un señor gol, se merece que le den un trato especial porque apunta a crack, se merece que lo suban al primer equipo la temporada que viene, porque no hay mejor manera de madurar futbolísticamente que estando donde debería estar, entre los mejores.
Que no baje de la nube, porque esa nube nos va a regalar muchos goles. Tenemos, junto con él, 2 chavales que valen su peso en oro en el filial y sería una pena que los dejaran en la despensa.
Yo, al igual que muchos, apuesto por ellos.

pacser dijo...

Hace un tiempo lo estuve comentando amigo, Michel es una estrella...que huele a triunfo y que hemos querido reseñar sus comentarios, porque nos hacen sentir.........es lo mas estupendo en la vida, reflejar los sueños de millones de jovenes en la consecución de un canterano...no hay palabras.-