Cuarenta niños del Valencia CF se han visto obligados a pernoctar esta noche en Madrid al quedar anulado el vuelo que debía traerles desde Barajas, a donde llegaron procedentes de Qatar, donde jugaron contra el Aspire Africa. El aterrizaje estaba previsto para las 23.40 horas pero nadie sabía que no se produciría hasta las 7.45 de hoy. Junto con los chicos, otras 60 personas se vieron obligadas a hacer noche en Madrid contra su voluntad. Un centenar de pasajeros valencianos que se quedaron atrapados en BarajasLos chavales, de los equipos infantil B y cadete A, con edades comprendidas entre los 12 y 15 años, fueron quienes comunicaron a sus padres a través de sus teléfonos móviles que no llegaban hasta hoy. La causa es sorprendente: a partir de las doce de la noche se realizaban obras en pista relacionadas con la ampliación del aeropuerto de Manises y no era posible aterrizar. Según una empleada de las instalaciones, "he oído que los trabajos llevan 15 días", aunque otras fuentes hablan de más de un mes. Los padres no se explican cómo es posible que nadie avisara de que ese vuelo no iba a tener lugar en la hora prevista, cuando este tipo de trabajos se programa con meses de antelación.María José Díaz es una de las madres que esta medianoche estaba en el aeropuerto de Manises esperando a sus hijos. "Me han dicho que hay unas obras en la pista, pero tenían el billete. A las diez me ha llamado mi hijo y me dice que han retrasado el embarque a las once y media, y a las once les dicen que se quedan allí. Se supone que los llevan a un hotel, los niños están avisando a sus padres", decía con gran malestar.María Dolores Román viajó desde Albacete. "Vengo a por mi niño y nos tenemos que quedar a dormir aquí en una sillita. Encima nos han dicho que nueve maletas, entre ellas la de mi hijo, estaban facturadas pero no podían venir hasta mañana por la tarde, pero se ha resuelto".Emilio Manresa llegó desde Elche. "Vengo a por el crío. Estoy levantado desde las cinco de la mañana por el trabajo y ahora me tengo que quedar aquí". Otros padres optaron por irse a dormir a casa.Y desde Requena llegaba Francisco Domingo, que decía: "Me he quedado sorprendido. Me ha fastidiado muchísimo pues tenía que trabajar y cuando estábamos cenando nos han avisado. Los chiquillos vienen hechos polvo, podían haberlos traído en autobús ya que estaban en Madrid a las siete y media. No van a dormir".
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