ANDRÉS GARCÍA Conocía las suplencias, pero no los partidos desde la grada. El castellonense admite que ha vivido la temporada más dura de su vida y reconoce que le faltó la confianza de otros años. El nacimiento de su hijo Eric y su esperanza por volver a ser el de antes le han dado fuerzas para no rendirse. Si puede ayudar esta noche contra Osasuna lo hará. Por ganas no va a ser.
¿Cómo está Pablo?
—Bien, bien, con muchas ganas de acabar bien la Liga en estas tres jornadas que nos quedan.
—El Valencia se la está jugando.
—Sí, quedan tres partidos, nueve puntos en juego y ahora es el momento de llegar el objetivo con el que comenzamos la temporada. En Málaga perdimos y fue un mal resultado porque si hubiéramos ganado allí hubiéramos dado un golpe casi definitivo por el tercer puesto. Lo que pasa es que no pudo ser. Hicimos un mal partido y lo único bueno fue que salimos con el gol-average ganado y eso nos permite depender de nosotros mismos. La suerte es que son en Mestalla y no podemos permitirnos el lujo de no sacarlos adelante.
—Jugarse ahora ´in extremis´ el tercer puesto, ¿es señal de que se está cerca del objetivo o es señal de que se han hecho muy mal las cosas en la segunda vuelta de la Liga?
—No sabía decirte. En el fútbol las cosas cambias muy rápido. Nunca hay que dar por buena una situación, porque puede ser mejor o ir a peor. Hay que vivir día a día. De nada sirve ahora echar la vista atrás y lamentar los puntos que hemos perdido. Hay que mirar al presente y centrarnos en el calendario que tenemos por delante. Tenemos la suerte de jugar dos partidos en casa seguidos y esos seis puntos van a ser la llave para lograr el tercer puesto.
—El Málaga tiene que jugar en barcelona, también juega ante el Atlético de Madrid... ¿ha echado ya sus cuentas?
—Sí, es inevitable. Estamos convencidos de que ganando los de casa, si nos acompañan los resultados que pensamos, puede que nos valga. Pero lo que tenemos que hacer es mentalizarnos de que son tres finales contra Osasuna, Villarreal y Real Sociedad. Hay que pensar en nosotros. No hay que fallar. Así nos dará igual lo que ganen los demás. Hay que ganar los nueve puntos y esa es la manera que nos va a garantizar sí o sí ser terceros en la Liga.
—El Valencia es su principal rival, pero Osasuna, no es el mejor invitado posible para Mestalla...
—Pues no. Nosotros tenemos la clave, pero ellos la verdad es que están haciendo un muy buen año. Están octavos, pero con los mismos puntos que los equipos que están en Europa League. Tiene opciones de meterse en Europa y es un equipo complicado. La semana pasada le empató a un Villarreal muy necesitado, ganó al Levante, también al Barcelona. Saben a lo que juegan, Mendilibar tiene mucha experiencia y transmite mucho a sus amigos. Van a venir a por todas. Como seguro lo hará el Villarreal.
—El Valencia está sufriendo, como también ha sufrido Pablo este año a nivel personal. ¿Es su temporada más dura de su carrera?
—Sí, ha sido la más dura. Es la temporada de mi vida en la que menos he jugado. El primer año me costó un poquito porque llegaba nuevo, pero nunca me pasó lo de este año. Pero, (suspira) el fútbol es así. A veces salen las cosas como uno quiere, a veces no. Y este año por circunstancias no he jugado apenas. No he jugado lo que esperaba ni lo que quería. Creo que han influido muchas cosas. En mi opinión, creo que han habido partidos en los que no me he encontrado con la confianza de otros partidos. Yo siempre intento coger lo positivo, aunque este año ha sido menos y es más difícil que otros años. Sigo siendo optimista. Lo que me queda es seguir trabajando para intentar jugar lo máximo posible y ayudar al equipo ha cumplir el objetivo.
—En el año del adiós de Joaquín del Valencia, Feghouli convence a Unai, muchas suplencias, últimamente hasta fuera de la lista de convocados... ¿Le ha dado muchas vueltas a la cabeza?
—Siempre que estoy en situación de no jugar piensas muchas cosas. Yo he intentado estar tranquilo en todo momento y seguir trabajando. He aprendido que por mucho que les des la vuelta a las cosas, no encuentras el porqué, no encuentras soluciones, y que la única solución que veía era seguir trabajando en cada entrenamiento y así lo he hecho.
—¿Le ha dado explicaciones el míster a su poco protagonismo en el equipo esta temporada o las ha pedido?
—No, no... para nada. En una plantilla somos 25, juegan once titulares, siete van al banquillo y el resto se quedan fuera de la convocatoria. Creo que el futbolista no está para pedir explicaciones, estamos para cuando nos toca jugar dar el máximo y cuando no, entrenar el máximo para intentar jugar.
—¿Se llega a perder ese gusanillo de los partidos o se desengancha inconscientemente del equipo?
—Este año me ha tocado quedarme muchas veces en el banquillo y fuera de la convocatoria y sí que es verdad que pasan los partidos y piensas en no quedarte fuera en el próximo. Yo siempre he querido jugar. He trabajado por ello, pero la realidad es que he jugado poco.
—La sanción de Soso le puede abrir las puertas por fin del once titular.
—El jugador de mi puesto que es Soso se ha lesionado y si el míster cree que puedo jugar, yo encantado y con muchas ganas de jugar y de dar el máximo.
—Ganas no le van a faltar...
—No, por su puesto. Porque tengo ganas de jugar y porque tengo ganas de que el equipo acabe bien la temporada.
—En medio de esta mala racha deportiva, Pablo ha sido padre.
—Sí, hace diez días fui padre y es una alegría inmensa. Ha sido un año duro y en estas últimas semanas que son en las que peor lo he pasado quedándome fuera de las listas de convocados, justo ha coincidido con la llegada de mi hijo y eso me ha dado fuerzas para seguir trabajando.
—¿Cambia la visión del fútbol tener un hijo?
—Creo que esa visión la van cambiando más las etapas y la edad que vas teniendo. Soy consciente de que este no ha sido mi mejor año, pero voy a seguir peleando por jugar el máximo de minutos. Aún me quedan muchos años.
—¿Cómo ve el futuro Pablo?
—Muy largo. Me quedan varios años por delante para jugar al máximo nivel y voy a darlo todo para que se vea de nuevo al mejor Pablo.
—¿En el Valencia?
—Me quedan dos años de contrato. Son cuatro años aquí... y siempre dije que por mí me quedaba toda la vida porque era el club de mi vida, al que llegué con quince años. Para mí sería bonito seguir.
—Tiene pendiente una dedicatoria.
—Sí, le dediqué un gol en Champions a mi hijo antes de nacer y ojalá lo pueda hacer ahora. Por el equipo, claro, y también por él.
http://www.superdeporte.es/valencia/2012/05/02/hijo-dio-fuerzas-ano-duro/160618.html
¿Cómo está Pablo?
—Bien, bien, con muchas ganas de acabar bien la Liga en estas tres jornadas que nos quedan.
—El Valencia se la está jugando.
—Sí, quedan tres partidos, nueve puntos en juego y ahora es el momento de llegar el objetivo con el que comenzamos la temporada. En Málaga perdimos y fue un mal resultado porque si hubiéramos ganado allí hubiéramos dado un golpe casi definitivo por el tercer puesto. Lo que pasa es que no pudo ser. Hicimos un mal partido y lo único bueno fue que salimos con el gol-average ganado y eso nos permite depender de nosotros mismos. La suerte es que son en Mestalla y no podemos permitirnos el lujo de no sacarlos adelante.
—Jugarse ahora ´in extremis´ el tercer puesto, ¿es señal de que se está cerca del objetivo o es señal de que se han hecho muy mal las cosas en la segunda vuelta de la Liga?
—No sabía decirte. En el fútbol las cosas cambias muy rápido. Nunca hay que dar por buena una situación, porque puede ser mejor o ir a peor. Hay que vivir día a día. De nada sirve ahora echar la vista atrás y lamentar los puntos que hemos perdido. Hay que mirar al presente y centrarnos en el calendario que tenemos por delante. Tenemos la suerte de jugar dos partidos en casa seguidos y esos seis puntos van a ser la llave para lograr el tercer puesto.
—El Málaga tiene que jugar en barcelona, también juega ante el Atlético de Madrid... ¿ha echado ya sus cuentas?
—Sí, es inevitable. Estamos convencidos de que ganando los de casa, si nos acompañan los resultados que pensamos, puede que nos valga. Pero lo que tenemos que hacer es mentalizarnos de que son tres finales contra Osasuna, Villarreal y Real Sociedad. Hay que pensar en nosotros. No hay que fallar. Así nos dará igual lo que ganen los demás. Hay que ganar los nueve puntos y esa es la manera que nos va a garantizar sí o sí ser terceros en la Liga.
—El Valencia es su principal rival, pero Osasuna, no es el mejor invitado posible para Mestalla...
—Pues no. Nosotros tenemos la clave, pero ellos la verdad es que están haciendo un muy buen año. Están octavos, pero con los mismos puntos que los equipos que están en Europa League. Tiene opciones de meterse en Europa y es un equipo complicado. La semana pasada le empató a un Villarreal muy necesitado, ganó al Levante, también al Barcelona. Saben a lo que juegan, Mendilibar tiene mucha experiencia y transmite mucho a sus amigos. Van a venir a por todas. Como seguro lo hará el Villarreal.
—El Valencia está sufriendo, como también ha sufrido Pablo este año a nivel personal. ¿Es su temporada más dura de su carrera?
—Sí, ha sido la más dura. Es la temporada de mi vida en la que menos he jugado. El primer año me costó un poquito porque llegaba nuevo, pero nunca me pasó lo de este año. Pero, (suspira) el fútbol es así. A veces salen las cosas como uno quiere, a veces no. Y este año por circunstancias no he jugado apenas. No he jugado lo que esperaba ni lo que quería. Creo que han influido muchas cosas. En mi opinión, creo que han habido partidos en los que no me he encontrado con la confianza de otros partidos. Yo siempre intento coger lo positivo, aunque este año ha sido menos y es más difícil que otros años. Sigo siendo optimista. Lo que me queda es seguir trabajando para intentar jugar lo máximo posible y ayudar al equipo ha cumplir el objetivo.
—En el año del adiós de Joaquín del Valencia, Feghouli convence a Unai, muchas suplencias, últimamente hasta fuera de la lista de convocados... ¿Le ha dado muchas vueltas a la cabeza?
—Siempre que estoy en situación de no jugar piensas muchas cosas. Yo he intentado estar tranquilo en todo momento y seguir trabajando. He aprendido que por mucho que les des la vuelta a las cosas, no encuentras el porqué, no encuentras soluciones, y que la única solución que veía era seguir trabajando en cada entrenamiento y así lo he hecho.
—¿Le ha dado explicaciones el míster a su poco protagonismo en el equipo esta temporada o las ha pedido?
—No, no... para nada. En una plantilla somos 25, juegan once titulares, siete van al banquillo y el resto se quedan fuera de la convocatoria. Creo que el futbolista no está para pedir explicaciones, estamos para cuando nos toca jugar dar el máximo y cuando no, entrenar el máximo para intentar jugar.
—¿Se llega a perder ese gusanillo de los partidos o se desengancha inconscientemente del equipo?
—Este año me ha tocado quedarme muchas veces en el banquillo y fuera de la convocatoria y sí que es verdad que pasan los partidos y piensas en no quedarte fuera en el próximo. Yo siempre he querido jugar. He trabajado por ello, pero la realidad es que he jugado poco.
—La sanción de Soso le puede abrir las puertas por fin del once titular.
—El jugador de mi puesto que es Soso se ha lesionado y si el míster cree que puedo jugar, yo encantado y con muchas ganas de jugar y de dar el máximo.
—Ganas no le van a faltar...
—No, por su puesto. Porque tengo ganas de jugar y porque tengo ganas de que el equipo acabe bien la temporada.
—En medio de esta mala racha deportiva, Pablo ha sido padre.
—Sí, hace diez días fui padre y es una alegría inmensa. Ha sido un año duro y en estas últimas semanas que son en las que peor lo he pasado quedándome fuera de las listas de convocados, justo ha coincidido con la llegada de mi hijo y eso me ha dado fuerzas para seguir trabajando.
—¿Cambia la visión del fútbol tener un hijo?
—Creo que esa visión la van cambiando más las etapas y la edad que vas teniendo. Soy consciente de que este no ha sido mi mejor año, pero voy a seguir peleando por jugar el máximo de minutos. Aún me quedan muchos años.
—¿Cómo ve el futuro Pablo?
—Muy largo. Me quedan varios años por delante para jugar al máximo nivel y voy a darlo todo para que se vea de nuevo al mejor Pablo.
—¿En el Valencia?
—Me quedan dos años de contrato. Son cuatro años aquí... y siempre dije que por mí me quedaba toda la vida porque era el club de mi vida, al que llegué con quince años. Para mí sería bonito seguir.
—Tiene pendiente una dedicatoria.
—Sí, le dediqué un gol en Champions a mi hijo antes de nacer y ojalá lo pueda hacer ahora. Por el equipo, claro, y también por él.
http://www.superdeporte.es/valencia/2012/05/02/hijo-dio-fuerzas-ano-duro/160618.html
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