El ejecutor de los balones parados por excelencia, Tino Costa, tuvo ocasión de lucir sus condiciones en el Bernabéu. Lo había intentado en muchas ocasiones, con ese cañón que lleva desde su pierna izquierda, mezcla de sutileza y fuerza, desde los saques de esquina, golpes franco….con un objetivo claro que no llegaron a su destino por puro azar o acierto de la zaga blanca. Pero en el minuto 41, al borde del descanso, finalmente surgió la magia en conexión con Jonas. El Tino puso una pelota lejana desde la parte derecha, con rosca, mimada, al punto de penalti, donde el brasileño anticipó a toda la defensa madridista y marcó con un testarazo perfecto a puerta vacía. El argentino y el brasileiro formaron una sociedad genial, y Costa estuvo especialmente brillante, tanto en la construcción de juego como en sus pases de profundidad, que habilitaron en más de una ocasión a sus compañeros para encarar con ventaja a los atacantes. Como en el minuto 55, en la acción polémica de la jornada, cuando una entrega por el carril central a Roberto Soldado le dejaba solo ante Casillas, al que batió tras un eficaz remate. No obstante, el colegiado lo anuló por fuera de juego en una acción muy, muy dudosa. En cuanto a Jonas, continúa con su magnífica racha goleadora. Marca el primer gol de la temporada oficial del VCF, y suma ya cinco goles, contando los amistosos de pretemporada; nada menos que el máximo realizador del equipo.
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