El centrocampista de La Pobla Llarga se muestra ilusionado por el equipo que se ha confeccionado este año.
PAU FUSTER ¿Ya le tira la pelota a su hijo?
—Qué va, la coge él…
—¿En qué ha cambiado su vida con el pequeño David?
—Algunas costumbres habituales, pero es parecida…
—Se le vé muy ilusionado con el pequeño David, y cuando lleva unos días sin verle le echa en falta.
—Hombre, cambian cosas, sobre todo en mi caso al ser el primer hijo. Cuando lo ves con sólo un añito y te vas diez días fuera sí que lo echas de menos.
—¿Le influye anímicamente a su trabajo?
—Podría influir, pero pienso que no sería nada bueno.
—¿Ya tiene su camiseta del VCF?
—La de la pasada temporada, pero ya no le vendrá bien (risas).
—En Anfield cometió un error en un pase atrás, pero eso no debe empañar su nivel competitivo. ¿Qué alicientes tiene?
—El primer aliciente es cuidarse, y el segundo es no perder la ilusión. Sin ilusión o motivación sería difícil estar peleando a este nivel, porque llegas a competir con gente que tiene 20 y 24 años, y es importante mantener todo eso intacto.
—Cuando llega a su casa y piensa sobre su rol en el equipo, ¿qué reflexiones hace?
—Por momentos sí que pienso, porque es el día a día mío. Pero intento hablar lo menos posible de fútbol para distraerme.
—¿Sigue viéndose por televisión para ser mejor futbolista?
—No miro nada, la verdad es que la mejora en mi caso es a base de práctica, de interés, de entrenamientos… pero a lo largo de mi carrera no he mirado mucho Dvd´s, porque al final uno sabe cuáles son sus virtudes y las cosas que debe corregir, llevándolo a la práctica en los entrenamientos.
—¿En qué puede mejorar?
—En muchas cosas, partiendo de la base que el mejor jugador del mundo no es perfecto, pues imagínate los que estamos en el montón…
—¿En qué aspectos se centra?
—No me centro en nada, con el paso de los años vas perfeccionando cosas, pero no de un curso a otro. Cada uno tiene unas bases de las que difícilmente puedes salirte de ellas; si un jugador no es rápido no lo va a ser aunque pueda mejorar en velocidad, si no es habilidoso tampoco, así en todas las cosas.
—¿Qué le dice su gente?
—Están contentos de cómo están funcionando las cosas, también les gusta el equipo que se ha confeccionado, son todo muy buenas impresiones.
—¿Por qué Mata es tan importante en este Valencia?
—Llega un momento en que a pesar de ser un chico joven ya tiene mucha experiencia en el club, encima a Mata se le ha criado aquí en Primera, y eso es importante. Al final Juan tiene unos valores de otra escuela, pero a él ha conocido la élite en el Valencia. Es importante tener a este tipo de jugadores que se han hecho importantes aquí.
—¿Entiende que el VCF haga todo lo posible por retenerle en el club?
—Claro que lo entiendo. Es normal que el club lo intente retener, al final te das cuenta que es una atracción. En los últimos años se han tenido varios jugadores franquicia y el club sabe que por su situación económica, hay momentos en los que necesita ingresar un dinero, pero la postura del club es clara.
—¿Ha notado mucho cambio en el grupo? Han salido un buen puñado de futbolistas.
—Es el año que he notado un cambio más grande y donde realmente veo muy difícil poder acertar un once del VCF. Ahora mismo sería imposible; hay mucha igualdad y competitividad en todas las posiciones del campo.
—¿Es bueno no tener un equipo definido?
—Es lo que todos quieren en un equipo importante y es bueno siempre que haya una competencia sana y cada uno asimila su rol conforme vaya yendo la temporada. La plantilla es importante y tenemos que ser todos coherentes para estar preparados cuando nos toque jugar, porque de inicio sólo lo pueden hacer once. Cuando el entrenador da la alineación, unos pueden pensar que van a jugar más y otros al revés, por eso insisto en que tenemos que tener las cosas claras y aceptar las condiciones que te marque el míster, para sacar el mejor rendimiento cada día que nos toque jugar.
—¿Por qué causa tanto respeto en los jugadores que llegan?
—No lo sé, mi comportamiento en el día a día del grupo es muy normal, hablando más con un tono distendido que con tono serio. A lo mejor es porque ya llevo muchos años aquí.
—¿Cómo se las ingenia para hacer piña y aunar esfuerzos en la plantilla?
—Primero uno se tiene que ganar el respeto en el día a día y ser un ejemplo. ¿Cómo? Entrenando al máximo, apoyando al grupo sobre todo en los momentos en los que uno no participa todo lo que quiere. Hay que estar siempre al lado del equipo, y ese es el ejemplo a seguir, después hay otras maneras de poder hacer grupo, pero al final lo que más hace grupo son los buenos resultados.
—¿Es difícil ilusionar a la gente con la crisis que existe?
—Cuesta mucho, es difícil ilusionar a la gente, porque en la situación económica que hay, si tiene que reducir gastos es evidente que una de las cosas que se planten sea renovar su abono, que no es algo cien por cien necesario. Nosotros intentaremos que en estos años vayamos poco a poco volviéndoles a ilusionar.
—Si tiene que enviar un mensaje al socio, ¿cuál sería?
—No me lo he planteado nunca… (Piensa) Que ilusión, esfuerzo, trabajo y entrega no van a faltar para intentar que el Valencia opte a algo importante.
—¿Por qué tiene tanta personalidad?
—Siempre me he considerado así. Más que personalidad, diría carácter, unos lo tienen más blando, otros más duro. Todos los que juegan en la élite tienen su personalidad, si no, no estarían.
—Insiste en que en el grupo actual encuentra similitudes con el último gran VCF que consiguió los títulos.
—Tal vez destacaría una diferencia; en aquel grupo había gente con más experiencia desde el principio. En este equipo predomina la gente joven que viene a progresar, siendo un estilo de jugadores que siempre han estado en el Valencia… Silva, Mata, en aquella época Vicente, hemos crecido en el Valencia. Es el perfil, gente con hambre que te va a dar entrega e ilusión.
—¿Unai le sigue pidiendo consejos?
—No, Unai es el míster, y los consejos deben pedirlo los jugadores al entrenador. Él debe liderar un grupo, y como entrenador sí que puede hacer reflexiones o análisis con los jugadores en conversaciones que tiene siempre buscando la mejora en todos los aspectos, pero la persona adecuada para dar consejos es él.
—¿Si volviera a empezar en el fútbol seguiría siendo tan claro y transparente?
—Creo que sí, eso va un poco en el tema del carácter de la persona, con la manera de afrontar las cosas, ser claro muchas veces te da problemas y otras veces te los quita, pero es una forma de ir en la vida.
—¿No se cansa de hablar de fútbol con tantos años en la élite?
—Por muchos momentos me canso de hablar de fútbol, pero como en cualquier trabajo, que cuando sales quieres relajarte. A mí no me gusta ir a hablar con la familia y que sólo se hable de fútbol.
—¿Hay que acertar con el fichaje del defensa central?
—Todas las piezas son importantes y si vienen para mejorar bienvenidos serán, pero mejorar la plantilla es complicado y difícil.
—¿No insisten demasiado en salir con el balón jugado desde atrás, con los riesgos que eso supone?
—Bueno, hemos optado por un estilo de juego con el que podamos sacar el balón jugado, y a veces hay que apoyarse en el portero para lograr la superioridad con los dos centrales.
—¿El club debe tener mucho cuidado con la progresión de Paco Alcácer, una de las figuras de la cantera?
—Hay que tener cuidado con Paco o con cualquiera que salga, a veces vendemos un producto con un futuro enorme y pienso que Paco será un referente, como también lo puede ser Bernat, pero el día a día en la élite no es fácil en un club grande como es el Valencia, porque se tiene que coger una experiencia. No es lo mismo medirse a gente de tu edad que a otros más expertos, no tengo duda de que Alcácer será un futbolista importantísimo, de los que no hay, es muy difícil encontrar en la cantera un delantero de su nivel.
—Cañizares trabaja en la televisión, Angulo es comentarista, Baraja es entrenador, y usted sigue dando guerra.
—Bueno, ellos son mayores que yo; Baraja es un par de años, Angulo sí que es quinto mío, pero he tenido la suerte de que físicamente el cuerpo me responde. Y también soy un afortunado por haber sido titular la mayoría de años y estar en la base del equipo, porque eso al final es lo que te retira por encima de la edad. Si no te ven importante para competir, al final eso hace que uno esté más o menos años compitiendo en la élite.
—¿Tiene en casa algún brazalete de capitán?
—Sí, de hace muchísimos años, de cuando ganamos los títulos… estas Navidades hará cuatro años desde que no soy capitán.
—¿Le gusta ser capitán?
—¿Si me gusta? (Piensa) Es un motivo de orgullo, pero creo que mi papel y función dentro o fuera del campo sería el mismo si estoy en el grupo de los capitanes como si no. Uno tiene ya una experiencia que puede aportar muchas cosas importantes.
—¿Tiene algo curioso en su taquilla?
—Tenía una foto de mis inicios con el número 23 a la espalda, de un partido que jugamos contra el Heerenveen. Me la pegué en la taquilla.
—¿Si escribiera una autobiografía alguno se tendría que esconder bajo la tierra?
—No porque seguramente no les nombraría, no perdería el tiempo, porque si la escribes es para disfrutarla y aportar cosas a la gente que le gusten, no tendrían cabida muchos nombres.
—¿Qué le parece que el Málaga no haya pagado el traspaso de Isco el día fijado?
—Es gente que viene de fuera y normalmente no suele pasar, pero a veces te puedes llevar sorpresas, si no que se lo digan al Racing.
—¿Por qué lleva el dorsal ?6´?
—Por la posición que ocupo en el campo, en mis inicios comencé luciendo el 22, volví del Villarreal y lo llevaba Serban. Los números se eligen por veteranía y Mendieta estuvo varios años y era un referente. A mí me gustaba de antes, porque en las selecciones inferiores lo solía llevar, y cuando dejaron de ir Hierro y Helguera lo llevé yo. Llevarlo no responde a ninguna manía.
http://www.superdeporte.es/valencia/2011/08/10/volviera-empezar-seria-igual-claro-transparente/135644.html
PAU FUSTER ¿Ya le tira la pelota a su hijo?
—Qué va, la coge él…
—¿En qué ha cambiado su vida con el pequeño David?
—Algunas costumbres habituales, pero es parecida…
—Se le vé muy ilusionado con el pequeño David, y cuando lleva unos días sin verle le echa en falta.
—Hombre, cambian cosas, sobre todo en mi caso al ser el primer hijo. Cuando lo ves con sólo un añito y te vas diez días fuera sí que lo echas de menos.
—¿Le influye anímicamente a su trabajo?
—Podría influir, pero pienso que no sería nada bueno.
—¿Ya tiene su camiseta del VCF?
—La de la pasada temporada, pero ya no le vendrá bien (risas).
—En Anfield cometió un error en un pase atrás, pero eso no debe empañar su nivel competitivo. ¿Qué alicientes tiene?
—El primer aliciente es cuidarse, y el segundo es no perder la ilusión. Sin ilusión o motivación sería difícil estar peleando a este nivel, porque llegas a competir con gente que tiene 20 y 24 años, y es importante mantener todo eso intacto.
—Cuando llega a su casa y piensa sobre su rol en el equipo, ¿qué reflexiones hace?
—Por momentos sí que pienso, porque es el día a día mío. Pero intento hablar lo menos posible de fútbol para distraerme.
—¿Sigue viéndose por televisión para ser mejor futbolista?
—No miro nada, la verdad es que la mejora en mi caso es a base de práctica, de interés, de entrenamientos… pero a lo largo de mi carrera no he mirado mucho Dvd´s, porque al final uno sabe cuáles son sus virtudes y las cosas que debe corregir, llevándolo a la práctica en los entrenamientos.
—¿En qué puede mejorar?
—En muchas cosas, partiendo de la base que el mejor jugador del mundo no es perfecto, pues imagínate los que estamos en el montón…
—¿En qué aspectos se centra?
—No me centro en nada, con el paso de los años vas perfeccionando cosas, pero no de un curso a otro. Cada uno tiene unas bases de las que difícilmente puedes salirte de ellas; si un jugador no es rápido no lo va a ser aunque pueda mejorar en velocidad, si no es habilidoso tampoco, así en todas las cosas.
—¿Qué le dice su gente?
—Están contentos de cómo están funcionando las cosas, también les gusta el equipo que se ha confeccionado, son todo muy buenas impresiones.
—¿Por qué Mata es tan importante en este Valencia?
—Llega un momento en que a pesar de ser un chico joven ya tiene mucha experiencia en el club, encima a Mata se le ha criado aquí en Primera, y eso es importante. Al final Juan tiene unos valores de otra escuela, pero a él ha conocido la élite en el Valencia. Es importante tener a este tipo de jugadores que se han hecho importantes aquí.
—¿Entiende que el VCF haga todo lo posible por retenerle en el club?
—Claro que lo entiendo. Es normal que el club lo intente retener, al final te das cuenta que es una atracción. En los últimos años se han tenido varios jugadores franquicia y el club sabe que por su situación económica, hay momentos en los que necesita ingresar un dinero, pero la postura del club es clara.
—¿Ha notado mucho cambio en el grupo? Han salido un buen puñado de futbolistas.
—Es el año que he notado un cambio más grande y donde realmente veo muy difícil poder acertar un once del VCF. Ahora mismo sería imposible; hay mucha igualdad y competitividad en todas las posiciones del campo.
—¿Es bueno no tener un equipo definido?
—Es lo que todos quieren en un equipo importante y es bueno siempre que haya una competencia sana y cada uno asimila su rol conforme vaya yendo la temporada. La plantilla es importante y tenemos que ser todos coherentes para estar preparados cuando nos toque jugar, porque de inicio sólo lo pueden hacer once. Cuando el entrenador da la alineación, unos pueden pensar que van a jugar más y otros al revés, por eso insisto en que tenemos que tener las cosas claras y aceptar las condiciones que te marque el míster, para sacar el mejor rendimiento cada día que nos toque jugar.
—¿Por qué causa tanto respeto en los jugadores que llegan?
—No lo sé, mi comportamiento en el día a día del grupo es muy normal, hablando más con un tono distendido que con tono serio. A lo mejor es porque ya llevo muchos años aquí.
—¿Cómo se las ingenia para hacer piña y aunar esfuerzos en la plantilla?
—Primero uno se tiene que ganar el respeto en el día a día y ser un ejemplo. ¿Cómo? Entrenando al máximo, apoyando al grupo sobre todo en los momentos en los que uno no participa todo lo que quiere. Hay que estar siempre al lado del equipo, y ese es el ejemplo a seguir, después hay otras maneras de poder hacer grupo, pero al final lo que más hace grupo son los buenos resultados.
—¿Es difícil ilusionar a la gente con la crisis que existe?
—Cuesta mucho, es difícil ilusionar a la gente, porque en la situación económica que hay, si tiene que reducir gastos es evidente que una de las cosas que se planten sea renovar su abono, que no es algo cien por cien necesario. Nosotros intentaremos que en estos años vayamos poco a poco volviéndoles a ilusionar.
—Si tiene que enviar un mensaje al socio, ¿cuál sería?
—No me lo he planteado nunca… (Piensa) Que ilusión, esfuerzo, trabajo y entrega no van a faltar para intentar que el Valencia opte a algo importante.
—¿Por qué tiene tanta personalidad?
—Siempre me he considerado así. Más que personalidad, diría carácter, unos lo tienen más blando, otros más duro. Todos los que juegan en la élite tienen su personalidad, si no, no estarían.
—Insiste en que en el grupo actual encuentra similitudes con el último gran VCF que consiguió los títulos.
—Tal vez destacaría una diferencia; en aquel grupo había gente con más experiencia desde el principio. En este equipo predomina la gente joven que viene a progresar, siendo un estilo de jugadores que siempre han estado en el Valencia… Silva, Mata, en aquella época Vicente, hemos crecido en el Valencia. Es el perfil, gente con hambre que te va a dar entrega e ilusión.
—¿Unai le sigue pidiendo consejos?
—No, Unai es el míster, y los consejos deben pedirlo los jugadores al entrenador. Él debe liderar un grupo, y como entrenador sí que puede hacer reflexiones o análisis con los jugadores en conversaciones que tiene siempre buscando la mejora en todos los aspectos, pero la persona adecuada para dar consejos es él.
—¿Si volviera a empezar en el fútbol seguiría siendo tan claro y transparente?
—Creo que sí, eso va un poco en el tema del carácter de la persona, con la manera de afrontar las cosas, ser claro muchas veces te da problemas y otras veces te los quita, pero es una forma de ir en la vida.
—¿No se cansa de hablar de fútbol con tantos años en la élite?
—Por muchos momentos me canso de hablar de fútbol, pero como en cualquier trabajo, que cuando sales quieres relajarte. A mí no me gusta ir a hablar con la familia y que sólo se hable de fútbol.
—¿Hay que acertar con el fichaje del defensa central?
—Todas las piezas son importantes y si vienen para mejorar bienvenidos serán, pero mejorar la plantilla es complicado y difícil.
—¿No insisten demasiado en salir con el balón jugado desde atrás, con los riesgos que eso supone?
—Bueno, hemos optado por un estilo de juego con el que podamos sacar el balón jugado, y a veces hay que apoyarse en el portero para lograr la superioridad con los dos centrales.
—¿El club debe tener mucho cuidado con la progresión de Paco Alcácer, una de las figuras de la cantera?
—Hay que tener cuidado con Paco o con cualquiera que salga, a veces vendemos un producto con un futuro enorme y pienso que Paco será un referente, como también lo puede ser Bernat, pero el día a día en la élite no es fácil en un club grande como es el Valencia, porque se tiene que coger una experiencia. No es lo mismo medirse a gente de tu edad que a otros más expertos, no tengo duda de que Alcácer será un futbolista importantísimo, de los que no hay, es muy difícil encontrar en la cantera un delantero de su nivel.
—Cañizares trabaja en la televisión, Angulo es comentarista, Baraja es entrenador, y usted sigue dando guerra.
—Bueno, ellos son mayores que yo; Baraja es un par de años, Angulo sí que es quinto mío, pero he tenido la suerte de que físicamente el cuerpo me responde. Y también soy un afortunado por haber sido titular la mayoría de años y estar en la base del equipo, porque eso al final es lo que te retira por encima de la edad. Si no te ven importante para competir, al final eso hace que uno esté más o menos años compitiendo en la élite.
—¿Tiene en casa algún brazalete de capitán?
—Sí, de hace muchísimos años, de cuando ganamos los títulos… estas Navidades hará cuatro años desde que no soy capitán.
—¿Le gusta ser capitán?
—¿Si me gusta? (Piensa) Es un motivo de orgullo, pero creo que mi papel y función dentro o fuera del campo sería el mismo si estoy en el grupo de los capitanes como si no. Uno tiene ya una experiencia que puede aportar muchas cosas importantes.
—¿Tiene algo curioso en su taquilla?
—Tenía una foto de mis inicios con el número 23 a la espalda, de un partido que jugamos contra el Heerenveen. Me la pegué en la taquilla.
—¿Si escribiera una autobiografía alguno se tendría que esconder bajo la tierra?
—No porque seguramente no les nombraría, no perdería el tiempo, porque si la escribes es para disfrutarla y aportar cosas a la gente que le gusten, no tendrían cabida muchos nombres.
—¿Qué le parece que el Málaga no haya pagado el traspaso de Isco el día fijado?
—Es gente que viene de fuera y normalmente no suele pasar, pero a veces te puedes llevar sorpresas, si no que se lo digan al Racing.
—¿Por qué lleva el dorsal ?6´?
—Por la posición que ocupo en el campo, en mis inicios comencé luciendo el 22, volví del Villarreal y lo llevaba Serban. Los números se eligen por veteranía y Mendieta estuvo varios años y era un referente. A mí me gustaba de antes, porque en las selecciones inferiores lo solía llevar, y cuando dejaron de ir Hierro y Helguera lo llevé yo. Llevarlo no responde a ninguna manía.
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