J. MONTORO Uno es pragmático, eléctrico y letal. Sufre cuando no tiene el balón pero, cuando la roba, tiene arriba unos seres diminutos con mucho peligro que destrozan defensas. Eran Pablo, Piatti, Bernat y Soldado, aunque podrían haber sido Mata, Jonas o Canales. El otro equipo tiene, por decirlo de alguna manera, más cuerpo. Tiene más posesión, más toque y, en consecuencia, incluso algo más de seguridad defensiva. Depende más del talento y de la inspiración para desequilibrar que de la explosividad, pero también vale. Es ahora cuando, parece que sí, coinciden en el Valencia los jugadores idóneos para el 4-3-3 que Emery lleva tiempo buscando. Sí, falta un central, un buen central. No se puede fiar un proyecto tan ilusionante a la suerte ni vivir con el corazón en un puño cada vez que a Rami parece que le duele algo. Por lo demás, Unai no tiene un equipazo, sino dos. Dos propuestas futbolísticas, una tan buena como la otra, con infinitas variables
Y el equipo, de eso no hay duda, genera grandes expectativas. Hay que remontarse a los años dorados para ver un recibimiento como el que vivieron los jugadores, era el día señalado en el calendario para dar lo mejor y en apenas tres minutos el Valencia ya había forzado dos faltas peligrosas al borde del área. La grada, la joven y la no tan joven, rugía. Había también ganas de ver a la Roma de Luis Enrique y, de entrada, no defraudó. No es que sorprender al Valencia en plena transición defensiva tenga mucho mérito, de hecho se le desborda por el medio con cierta facilidad. Por ahí sufrió el Valencia un par de embestidas protagonizadas por Totti y Bojan que le hicieron temblar, pero solo temblar, pues cuando parecía que el gol podía caer de un lado fue a hacerlo del otro. Un robo de balón de Soldado, una triangulación rapidísima y Pablo se queda ante el portero para ponerla al centro del área pequeña, por donde Piatti y un defensa se disputan el honor de empujarla a la red. Fue en propia meta, pero vale igual.
Alves, delantero
Hay equipos en que el delantero centro es el primer defensa. Eso, habitualmente, se considera un mérito del jugador y también del entrenador. En otros, además, ocurre que el portero es clave para lanzar las jugadas de ataque, mérito igualmente compartido. Sirve la idea para ilustrar la jugada del segundo gol, saque de Diego Alves, dos toques y Soldado solo ante el portero, que además se borra y le entrega el gol en bandeja. Diez minutos aún para el descanso, 2-0 y Mestalla empieza a creer en este equipo, que ganaba con claridad y convencía sin hacer nada del otro mundo. La vida a menudo puede llegar a ser más fácil de lo que pensamos.
Echó el resto Luis Enrique para intentar, al menos, dejar una buena impresión en su primer partido en España como técnico del calcio. Lo consiguió por dos vías, primero lanzando a su equipo a presionar muy arriba y después enviando al banquillo a los que lo intentaban por la vía de la camorra. Lo más cerca que estuvo de recortar diferencias fue un remate de Bojan al travesaño, pero la fiesta se le acabó a la Roma cuando Emery puso en marcha los cambios.
Trío interesante
Hay que anotar tres nombres en la agenda: Topal, Banega, Parejo. O mucho cambia la cosa o los veremos juntos en muchos partidos. A Éver le silbaron y seguramente lo merezca, pero hay una realidad incuestionable: cada vez que sale demuestra que en este equipo es insustituible. Parejo llegaba para ser el sustituto, pero juntos tampoco se molestan precisamente. Al contrario, el Valencia tiene el balón, lo mueve con criterio y con el madrileño hay además pase interior. Por esa vía llegó el tercero, con un pase perfecto para la llegada de Mathieu hasta el fondo y el centro a la medida de Alcácer, que estaba donde tienen que estar los grandes goleadores. Su primer gol en Mestalla en su primer partido de esta atípica pretemporada, la suya. De todo lo demás se ocupaba el turco desde su torre de vigilancia, delante de los dos centrales, ahí donde más daño hace al rival su tela de araña.
El Valencia pidió fe a sus aficionados y, con todo el respeto a las minorías, hay una mayoría absoluta que cree. Ahora, si es que la competición empieza la semana próxima como estaba escrito, es cuando el equipo ha de dar un paso al frente y terminar de despejar todas las dudas. La Roma es un equipo fuerte y competitivo, pero en la liga española hay unos cuantos como ese.
http://www.superdeporte.es/valencia/2011/08/13/mestalla-cree-valencia/135950.html
sábado, 13 de agosto de 2011
MESTALLA CREE EN ESTE VALENCIA
El Valencia demuestra que hay materia prima importante para competir y dar la cara en cualquier circunstancia.
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