Albelda y Topal dominaron el partido de Lisboa y blindaron la defensa, como busca el vasco.
D. RODRÍGUEZ En Lisboa se ganó algo más que un amistoso de nivel y mucho crédito para el futuro inmediato. El Valencia también volvió a casa con una nueva alternativa para el centro del campo en el bolsillo, para satisfacción y honra de Unai Emery. Este apostó por juntar de inicio a David Albelda y Mehmet Topal, pese a ser ambos pivotes defensivos, y la fórmula resultó ser todo un acierto. El de la Pobla Llarga y el turco dominaron a su antojo el partido de principio a fin, tanto en la contención como en la creación de juego. Vamos, que fueron dos auténticos todoterrenos.
Tanto el técnico vasco como el resto de miembros del cuerpo técnico quedaron gratamente sorprendidos del desempeño de la pareja en cuestión. Era la primera ocasión que el ´5´ y el ´6´ coincidían sobre el césped en pretemporada, pero pareció como si lo hubiesen hecho desde el primer día. Como si en lugar de dos veces, ante Osasuna y Depor en las jornadas postreras, durante la pasada campaña hubieran actuado codo con codo asiduamente.
Las similares condiciones de Albelda y Topal no supusieron un problema. Más bien, una solución. Uno y otro se encargaron indistintamente de la contención y la creación del juego, en la que rayaron a un nivel más que aceptable. El jugador de La Pobla Llarga apostó más por el envio en largo a la espalda de la defensa, como ocurrió en la acción del 0-2 de Soldado. El otomano, por jugar en corto y combinar rápidamente tras la recuperación, lanzando así innumerables contraataques. Tan sueltos estaban que el turco llegó a arriesgar más de la cuenta en alguna entrega tras el descanso, ya con 0-3 en el marcador.
Si el fútbol generado estuvo a la altura de la exigencia blanquinegra, el trabajo sucio de ambos en la medular sobresalió aún más si cabe. El Sporting no hizo más que chocarse una y otra vez con la tela de araña que David y Mehmet tejieron durante los 64 minutos de juego que disputaron, antes de ser sustituidos por una pareja teóricamente más natural: Parejo y Maduro. Ellos solitos, sin apenas necesidad de hacer faltas, fueron los encargados de liderar la presión, de ahogar la creación local y de abortar la gran mayoría de acciones de peligro, descargando de responsabilidad a los centrales. Justamente, lo que busca Emery, quien, consciente del arsenal ofensivo que posee, considera clave blindar defensivamente al equipo para aumentar el rendimiento.
La labor de Albelda y Topal evitó además que el rival pudiese sorprender a la contra, como había sucedido unos días antes frente al Rapid. Y liberó en gran medida a laterales, extremos y delanteros de responsabilidad en la contención. Dos puntos más a favor de esta nueva combinación que el técnico valencianista se ha sacado de la manga, que volverá a formar de inicio en compromisos venideros, aunque no mañana frente al Hamburgo. Hasta que ese momento llegue, eso sí, Unai tendrá la posibilida de trabajar otras opciones y esta misma en Paterna, como había sucedido en el entrenamiento táctico del viernes por la tarde.
El 4-3-3, para Hamburgo
La batería de pruebas propia de la pretemporada continuará mañana en tierras alemanas. Allí, a diferencia de lo sucedido en Lisboa, el Valencia utilizará el dibujo con tres mediocentros, con el que adquirirán protagonismo figuras como las de Dani Parejo o el recuperado Tino Costa. Quien no está nada claro que tenga ya minutos ante el Hamburgo es Banega, quien solo lleva dos entrenamientos con el grupo tras sus mini vacaciones post Copa América.
Uno de los pocos que se puede librar de los múltiples cambios que prepara Emery es Diego Alves. Con Guaita todavía lesionado y descartado, el meta brasileño está prácticamente condenado a jugar el tercer compromiso consecutivo. Otra cosa es que el técnico quiera brindarle ya unos minutos a Cristiano Pereira, recién incorporado como tercer portero.
http://www.superdeporte.es/valencia/2011/08/01/emery-encuentra-pareja-todoterreno/134977.html
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