El equipo de Pellegrino inició su andadura en la Copa del Rey
2012/13 con victoria cuyo mayor valor radicó en la adversidad de una intensa
lluvia que hizo todavía más rápido el césped artificial del abarrotado campo del
Llagostera. Con Guaita de nuevo en la portería, Víctor Ruiz y el canterano Gayà
en la defensa, el preparador argentino apostó por un once revolucionado, con
Parejo o Valdez en el equipo inicial, pero de máximas garantías para no sufrir
sustos. El cuadro catalán, extramotivado, mostró desde el principio sus armas en
un terreno de juego de reducidas dimensiones: juego directo y de mucha
intensidad física. De hecho, los intentos del VCF por bajar el balón y
triangular eran infructuosos ante la dificultad de 'cazar' el esférico. La
primera ocasión clara para el Valencia llegó a los veinte minutos en un libre
directo que Jonas envió a la escuadra pero el meta Moragón logró despejar con la
punta de los dedos a córner. Parejo y Ever se mostraban serios en la medular y
solo en los minutos finales de la primera parte el Llagostera se acercó con más
peligro a la portería de Guaita, en especial en un balón muerto que Gayà, muy
rápido, estuvo oportuno para despejar. Por fin, en el minuto de descuento del
primer acto, Jonas, de cabeza, peinó a gol un remate de Guardado en una falta
lateral botada por Parejo. En la reanudación, pese al 0-1, el Llagostera mantuvo
la intensidad frente a un VCF que seguía muy serio, en especial en defensa,
tratando de tener la posesión del balón para evitar el juego directo de los
locales. Bajo el diluvio que no paraba en tierras gerundenses, Ever, titular por
primera vez desde su grave lesión, se erigió en la referencia por la que
circulaba todo el juego valencianista. Esto fue ahogando a un Llagostera cada
vez más justo físicamente y, a 22 para el final, Valdez convirtió un cabezazo
picado en el 0-2, merecido por el solvente partido de los de Pellegrino. El
rival, inmerso en su sueño pese al resultado adverso, quería sumar hitos a esta
tarde/noche festiva y a punto estuvo de hacerlo tras no aprovechar una pena
máxima señalizada a Antonio Barragán. El lanzador, Sellarés, todo pundonor a lo
largo del encuentro, estrelló la pelota en el poste cuando había ya superado a
Guaita. Con esta pequeña decepción para los locales moriría el encuentro, que
siempre permanecerá vivo en la memoria de esta entrañable localidad de Girona.
Les esperamos en la vuelta con los brazos abiertos y disfruten de Mestalla.
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