Jugadores y técnicos se divirtieron a bolazos de pintura limpio. Si el ejercicio 09-10 va a ser una guerra, al Valencia no le va a pillar desprevenido. técnicos y jugadores se equiparon para la batalla, se calzaron el uniforme de campaña y cargaron sus armas para descargarlas sin compasión contra el enemigo. Fue un simulacro sí, eran bolas de pintura y no balas, pero los chés demostraron que están dispuestos a dar mucha guerra y a darlo todo en el campo de batalla.
Ha sido en tierras holandesas, pero desde el 30 de agosto ese ardor guerrero se trasladará a los campos españoles.
El cuerpo técnico de Unai Emery preparó esta innovadora actividad para amenizar el día de 'descanso'. A las nueve de la mañana todos estaban subiendo al autocar para desplazarse a 50 kilómetros en busca de un simulado campamento militar en el que les explicaron las normas para batallar con pintura. El Pint-ball exigió a todos protegerse con chalecos, mono de faena y un casco especial para evitar golpes en la cara.
Los futbolistas se lo pasaron bomba mientras se vestían para la ocasión y pugnaban por lograr la broma más graciosa. Metidos en faena, los dos bandos separaron a jugadores y técnicos, que al ser menos se vieron reforzados por varios futbolistas. Los ejércitos, cascos verdes contra cascos amarillos, disputaron dos guerras y ambas se las adjudicaron los jugadores.
La que se convirtió en la mañana más divertida del verano, con los valencianistas escondiéndose por el monte, disparando a sus compañeros y desplegando sus tácticas de comandos, finalizó de vuelta al hotel desde donde salió media hora después un autocar que llevó, a los que quisieron pasar la tarde en Amsterdam, a la capital holandesa. Eso sí, la cena ya la realizaron todos en el hotel de Ermelo.
Si hoy ha sido un día de relax, la jornada de mañana será muy importante porque será la del reencuentro entre el grueso de la plantilla che con los cinco internacionales españoles que jugaron la Copa Confederaciones y, sobre todo, con David Villa.
El Guaje finalmente, salvo giro radical de los acontecimientos, se quedará en el Valencia y llega a la estadía de Ermelo arropado por Silva, Marchena, Mata y Pablo Hernández, además del director deportivo Fernando Gómez. Será este martes cuando arribe a Holanda el presidente Manuel Llorente, que tendrá la oportunidad de saludar a los futbolistasy conversar calmadamente con su entrenador, Unai Emery.
Los futbolistas se lo pasaron bomba mientras se vestían para la ocasión y pugnaban por lograr la broma más graciosa. Metidos en faena, los dos bandos separaron a jugadores y técnicos, que al ser menos se vieron reforzados por varios futbolistas. Los ejércitos, cascos verdes contra cascos amarillos, disputaron dos guerras y ambas se las adjudicaron los jugadores.
La que se convirtió en la mañana más divertida del verano, con los valencianistas escondiéndose por el monte, disparando a sus compañeros y desplegando sus tácticas de comandos, finalizó de vuelta al hotel desde donde salió media hora después un autocar que llevó, a los que quisieron pasar la tarde en Amsterdam, a la capital holandesa. Eso sí, la cena ya la realizaron todos en el hotel de Ermelo.
Si hoy ha sido un día de relax, la jornada de mañana será muy importante porque será la del reencuentro entre el grueso de la plantilla che con los cinco internacionales españoles que jugaron la Copa Confederaciones y, sobre todo, con David Villa.
El Guaje finalmente, salvo giro radical de los acontecimientos, se quedará en el Valencia y llega a la estadía de Ermelo arropado por Silva, Marchena, Mata y Pablo Hernández, además del director deportivo Fernando Gómez. Será este martes cuando arribe a Holanda el presidente Manuel Llorente, que tendrá la oportunidad de saludar a los futbolistasy conversar calmadamente con su entrenador, Unai Emery.
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