Si el Valencia ha necesitado de sus aficionados para arañar buena parte de la ampliación de capital, vital para la supervivencia de la sociedad, sería conveniente que se empezara a tener en cuenta este detalle y que, de alguna forma, se devolviera el favor, aunque sólo sea con gestos. Y detalles como el que ocurrió ayer en el hotel de concentración del Valencia en Valladolid no deberían volver a producirse, por bien de la imagen del propio club. De no ser por la intervención personal del propio presidente, un buen puñado de aficionados valencianistas se hubieran marchado decepcionados por la actitud de sus ídolos.
El hecho de que los jugadores del Valencia se ahorren el habitual paseo previo a los partidos impide tener un contacto más o menos cercano con los futbolistas. Refugiados en el hotel -al que sigue sin poder acceder la prensa-, sólo César salió unos minutos a dar una pequeña vuelta, ya que había recibido la visita de unos amigos. El resto, ya se sabe. Cada uno a sus cosas: tele, play, facebook, lectura, música... De todo menos complacer a los aficionados valencianistas que montaban guardia en la puerta, separados eso sí -hay cosas que son difíciles de explicar- por unas vallas. El hotel, además, está a las afueras de la ciudad y eso da más valor al esfuerzo de la gente.
Pues bien, pasaban las horas y allí no salía nadie. No eran muchos los seguidores -no superaban la treintena-, algunos con camisetas del club y hasta con un par de pancartas. Todos esperaban el autógrafo y una foto con un jugador. A las dos menos diez llegaba en un taxi Llorente, acompañado por el director de comunicación del club. El presidente se ha hecho popular y, a falta de jugadores, a él le tocó el turno de las fotos. En ese momento empezaron a escucharse algunas voces de protesta: «Llorente, sácalos de ahí». Y como el dirigente no tiene ni un pelo de tonto... se fue directo al hotel.
No habría pasado ni un minuto cuando del mismo salían Alexis, Silva y Moyá. «Tú, tú y tú, a la calle a firmar autógrafos», debió de decirles el presidente, que posiblemente se los cruzaría en el interior del hotel. Los tres jugadores aparecieron y complacieron a los seguidores. El 'esfuerzo' no llegó ni a los tres minutos. Todos contentos. «Gracias, presidente», corearon algunos a Llorente.
Curiosamente, la escena vivida en el hotel del Valencia se produjo un día después de que pasara algo por el estilo, por no decir igual, en el Real Madrid. El sábado, los madridistas desfilaron casi escondidos por los aeropuertos, tanto de Barajas como de El Prat, sin pasar por las terminales de rigor en su desplazamiento a Barcelona. El hecho no dejó indiferente a Florentino Pérez. El presidente madridista llegó al hotel de concentración en Barcelona y, a los pocos instantes, siete jugadores salían para mimar a sus seguidores. Son muchas las camisetas que hay que vender para amortizar las galácticas inversiones y esta es una forma de empezar a rentabilizarse. Y si el Valencia quiere vender camisetas... que tome nota.
De no ser por este suceso, por llamarlo de alguna manera, la mañana en el hotel de concentración habría sido bastante aburrida. Además de César, también recibió visitas Villa y Carcedo.
El hecho de que los jugadores del Valencia se ahorren el habitual paseo previo a los partidos impide tener un contacto más o menos cercano con los futbolistas. Refugiados en el hotel -al que sigue sin poder acceder la prensa-, sólo César salió unos minutos a dar una pequeña vuelta, ya que había recibido la visita de unos amigos. El resto, ya se sabe. Cada uno a sus cosas: tele, play, facebook, lectura, música... De todo menos complacer a los aficionados valencianistas que montaban guardia en la puerta, separados eso sí -hay cosas que son difíciles de explicar- por unas vallas. El hotel, además, está a las afueras de la ciudad y eso da más valor al esfuerzo de la gente.
Pues bien, pasaban las horas y allí no salía nadie. No eran muchos los seguidores -no superaban la treintena-, algunos con camisetas del club y hasta con un par de pancartas. Todos esperaban el autógrafo y una foto con un jugador. A las dos menos diez llegaba en un taxi Llorente, acompañado por el director de comunicación del club. El presidente se ha hecho popular y, a falta de jugadores, a él le tocó el turno de las fotos. En ese momento empezaron a escucharse algunas voces de protesta: «Llorente, sácalos de ahí». Y como el dirigente no tiene ni un pelo de tonto... se fue directo al hotel.
No habría pasado ni un minuto cuando del mismo salían Alexis, Silva y Moyá. «Tú, tú y tú, a la calle a firmar autógrafos», debió de decirles el presidente, que posiblemente se los cruzaría en el interior del hotel. Los tres jugadores aparecieron y complacieron a los seguidores. El 'esfuerzo' no llegó ni a los tres minutos. Todos contentos. «Gracias, presidente», corearon algunos a Llorente.
Curiosamente, la escena vivida en el hotel del Valencia se produjo un día después de que pasara algo por el estilo, por no decir igual, en el Real Madrid. El sábado, los madridistas desfilaron casi escondidos por los aeropuertos, tanto de Barajas como de El Prat, sin pasar por las terminales de rigor en su desplazamiento a Barcelona. El hecho no dejó indiferente a Florentino Pérez. El presidente madridista llegó al hotel de concentración en Barcelona y, a los pocos instantes, siete jugadores salían para mimar a sus seguidores. Son muchas las camisetas que hay que vender para amortizar las galácticas inversiones y esta es una forma de empezar a rentabilizarse. Y si el Valencia quiere vender camisetas... que tome nota.
De no ser por este suceso, por llamarlo de alguna manera, la mañana en el hotel de concentración habría sido bastante aburrida. Además de César, también recibió visitas Villa y Carcedo.
COMO SEGUIMOS DICIENDO HAY PRESIDENTE...POR FIN.-
2 comentarios:
sigo diciendo que llorente era lo que nos hasia falta en el VALENCIA.un tio con dos cojones y se acabaron los mamoneos y los caprichitos.ole tus huevos presidente.
Estoy contigo, hacia falta un tio con un par de pelotas y lo que queda aún por hacer,. que es muchisimo.-
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