El valenciano estuvo dos campañas en el Mallorca, donde adquirió la madurez y la confianza para ser el futbolista de hoy. David Navarro tenía ganas de volver a la isla de Mallorca, donde al margen de fomentar muchas amistades al margen del fútbol, adquirió la madurez y la confianza necesaria para erigirse en el actual jefe de la defensa del Valencia. El central nacido en el Port de Sagunt se convirtió en la temporada 2001/02 en uno de los canteranos «elegidos», ya que dio el salto directamente del filial al primer equipo sin tener una experiencia foránea mediante una cesión. Recientemente les tocó el turno a Silva, Pablo Hernández, Albelda... pero Navarro asumió los conceptos defensivos que iba recogiendo de Djukic, Ayala y cía. para romper las estadísticas, sin embargo, le faltó esa continuidad que sí le permitió el Mallorca de Gregorio Manzano. David considera que en el equipo bermellón dio un salto de madurez y confianza clave para ser el futbolista que ahora es, cerrando la anterior etapa que alternaba partidos con ausencias por lesión. La ´Bomba´ Navarro, como así le conocen algunos amigos, también necesitó una cesión para ser ahora el que es.
Todo son elogios hacia su experiencia en el Mallorca, con Gregorio Manzano a la cabeza. El entrenador jienense tenía una confianza ciega en el defensa del VCF y quiso su cesión a sabiendas que no iba a poder jugar los primeros partidos por una sanción impuesta por la UEFA. No era ningún problema, cuando expiro su castigo se convirtió en indiscutible y sólo se ausentaba de la formación inicial por sanción o lesión. «En Mallorca gane madurez y confianza en mi juego, tener continuidad es importantísimo para la progresión de un futbolista», recordaba David a SUPER. En las dos temporadas en las que estuvo cedido en Palma, David acumuló un total de 55 partidos, superando sus comparecencias en sus primeros seis ejercicios con el VCF, cuando no sobrepasó los 31 partidos de liga. Esa confianza fue correspondida, basta oir a Manzano sobre Navarro: «Es un central para jugar en la selección». De momento David ha viajado a Palma para ser titular -una vez recuperado de sus problemas físicos- y desde que aterrizó en el aeropuerto de Son Sant Joan no paró de recordar su experiencia en la isla más grande de las Baleares.
Al margen de fraguar muchísimas amistades lejos del fútbol, David se hizo querer mucho en el vestuario del Mallorca. Tras el partido de esta tarde tiene previsto intercambiarse la camiseta con su amigo Varela, pero también se dará un fuerte abrazo con Webó —su primera hija pronuncia su nombre cada vez que vé a a una persona de color por la calle—, Nunes y compañía. Aunque su primera hija nació en Valencia, rápidamente viajó a Palma y en su primera temporada en el club bermellón tuvo una vida muy familiar centrada en los cuidados hacia la pequeña. Ser padre también le ayudó a ser mejor futbolista, te da una serenidad que quizá falta otras veces. Para David su isla afortunada será Mallorca.
http://www.superdeporte.es/valencia/2010/04/11/david-navarro-vuelve-tierra-prometida/91815.html
Todo son elogios hacia su experiencia en el Mallorca, con Gregorio Manzano a la cabeza. El entrenador jienense tenía una confianza ciega en el defensa del VCF y quiso su cesión a sabiendas que no iba a poder jugar los primeros partidos por una sanción impuesta por la UEFA. No era ningún problema, cuando expiro su castigo se convirtió en indiscutible y sólo se ausentaba de la formación inicial por sanción o lesión. «En Mallorca gane madurez y confianza en mi juego, tener continuidad es importantísimo para la progresión de un futbolista», recordaba David a SUPER. En las dos temporadas en las que estuvo cedido en Palma, David acumuló un total de 55 partidos, superando sus comparecencias en sus primeros seis ejercicios con el VCF, cuando no sobrepasó los 31 partidos de liga. Esa confianza fue correspondida, basta oir a Manzano sobre Navarro: «Es un central para jugar en la selección». De momento David ha viajado a Palma para ser titular -una vez recuperado de sus problemas físicos- y desde que aterrizó en el aeropuerto de Son Sant Joan no paró de recordar su experiencia en la isla más grande de las Baleares.
Al margen de fraguar muchísimas amistades lejos del fútbol, David se hizo querer mucho en el vestuario del Mallorca. Tras el partido de esta tarde tiene previsto intercambiarse la camiseta con su amigo Varela, pero también se dará un fuerte abrazo con Webó —su primera hija pronuncia su nombre cada vez que vé a a una persona de color por la calle—, Nunes y compañía. Aunque su primera hija nació en Valencia, rápidamente viajó a Palma y en su primera temporada en el club bermellón tuvo una vida muy familiar centrada en los cuidados hacia la pequeña. Ser padre también le ayudó a ser mejor futbolista, te da una serenidad que quizá falta otras veces. Para David su isla afortunada será Mallorca.
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