Llorente y Emery estaban muy enfadados con las cartulinas ´evitables´ y la plantilla responde con cabeza.
PAU FUSTER Ha sido una semana en la que el asunto de las tarjetas se había convertido en una cuestión de Estado en el Valencia. Manuel Llorente, Unai Emery, Voro y los futbolistas habían repasado en las últimas horas el número de cartulinas recibidas en lo que va de curso, una situación motivada por la autoexpulsión de Nicola Zigic en La Romareda. «Hay que saber controlarse, porque cuando a un jugador le expulsan se hace daño al grupo», insistía Unai a principios de semana en el vestuario, antes de anunciar que no iba a consentir ninguna cartulina más en la que no hubiese balón de por medio; protestar, agredir a un rival, enviar sin motivos el esférico a la grada... Todo iba a ser sancionable, aunque no se fijaron las cifras económicas. Curiosamente, en el primer partido posterior a la reunión expulsaron a Juan Carlos Carcedo, pero él no entra en el grupo, y el VCF acabó el partido contra el Osasuna sin recibir una amonestación, una circunstancia que sólo se había producido una vez en las 29 jornadas de liga disputadas anteriormente, también en Mestalla, con el Valladolid como rival.
Un futbolista sabe lo que no debe hacer dentro de un terreno de juego, pero a veces es necesario que te lo recuerden. En el partido de ayer contra Osasuna no hubo jugadas violentas, Unai insistió a su tropa que sancionar esas tarjetas no significaba que sus jugadores perdieran agresividad en los partidos, pero ante los rojillos no hubo ni una cosa ni otra. Es más, Mejuto González -un árbitro muy dialogante con los jugadores y eso se nota- sólo dio motivos para protestar en una ocasión, cuando en el minuto 39 David Villa cae dentro del área por una posible falta de Miguel Flaño después de dejar atrás a Sergio. Hubo contacto, por eso el delantero nacido en Tuilla protestó al árbitro asistente y después se lo hizo ver a Mejuto, pero siempre de una forma comedida en cuanto a palabras y gestos. David no explotó de rabia, pero sí fue curioso que prolongara su desaprobación varios minutos, aunque en ningún momento fue considerado por el árbitro como sancionable. Ya no hubo más acciones conflictivas, porque el penalti que sí le señalaron al ´7´ fue claro a pesar de las protestas enérgicas de Ricardo, pero los jugadores del VCF estuvieron con la boca cerrada. Y Emery tan contento.
http://www.superdeporte.es/valencia/2010/04/05/bronca-expulsiones-surge-efecto/91298.html
PAU FUSTER Ha sido una semana en la que el asunto de las tarjetas se había convertido en una cuestión de Estado en el Valencia. Manuel Llorente, Unai Emery, Voro y los futbolistas habían repasado en las últimas horas el número de cartulinas recibidas en lo que va de curso, una situación motivada por la autoexpulsión de Nicola Zigic en La Romareda. «Hay que saber controlarse, porque cuando a un jugador le expulsan se hace daño al grupo», insistía Unai a principios de semana en el vestuario, antes de anunciar que no iba a consentir ninguna cartulina más en la que no hubiese balón de por medio; protestar, agredir a un rival, enviar sin motivos el esférico a la grada... Todo iba a ser sancionable, aunque no se fijaron las cifras económicas. Curiosamente, en el primer partido posterior a la reunión expulsaron a Juan Carlos Carcedo, pero él no entra en el grupo, y el VCF acabó el partido contra el Osasuna sin recibir una amonestación, una circunstancia que sólo se había producido una vez en las 29 jornadas de liga disputadas anteriormente, también en Mestalla, con el Valladolid como rival.
Un futbolista sabe lo que no debe hacer dentro de un terreno de juego, pero a veces es necesario que te lo recuerden. En el partido de ayer contra Osasuna no hubo jugadas violentas, Unai insistió a su tropa que sancionar esas tarjetas no significaba que sus jugadores perdieran agresividad en los partidos, pero ante los rojillos no hubo ni una cosa ni otra. Es más, Mejuto González -un árbitro muy dialogante con los jugadores y eso se nota- sólo dio motivos para protestar en una ocasión, cuando en el minuto 39 David Villa cae dentro del área por una posible falta de Miguel Flaño después de dejar atrás a Sergio. Hubo contacto, por eso el delantero nacido en Tuilla protestó al árbitro asistente y después se lo hizo ver a Mejuto, pero siempre de una forma comedida en cuanto a palabras y gestos. David no explotó de rabia, pero sí fue curioso que prolongara su desaprobación varios minutos, aunque en ningún momento fue considerado por el árbitro como sancionable. Ya no hubo más acciones conflictivas, porque el penalti que sí le señalaron al ´7´ fue claro a pesar de las protestas enérgicas de Ricardo, pero los jugadores del VCF estuvieron con la boca cerrada. Y Emery tan contento.
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