Pablo y Jordi Alba jugaron por primera vez en Mestalla de falsos laterales; cumplieron atrás y desdoblaron con peligro.
"Cuandó él subía yo le cubría la banda. Los futbolistas cuando tienen calidad pueden jugar así". Esta frase, pronunciada segundos después de que Fernández Borbalán pitara el término del partido, fue dicha por Joaquín Sánchez. El gaditano, en banda derecha, y Vicente Rodríguez, por la izquierda, disfrutaron de una mayor compañía en sus respectivos flancos después de que Unai Emery apostara de inicio por dos extremos puros, Pablo Hernández y Jordi Alba, para cubrir los laterales.El de ayer, tras conecerse la ausencia de última hora de Carlos Marchena, fue el primer partido de la temporada que el Valencia CF jugó en Mestalla con falsos laterales. Si bien en la vuelta de la Euroliga en el Calderón ya experimentó con Jordi y Pablo para completar la defensa de cuatro, la disposición táctica del equipo no era la misma.
La variante ofensiva del técnico vasco dio sus mejores frutos por la izquierda y, sobre todo, durante los primeros 45 minutos. El equipo descargó gran parte de su juego de ataque por la banda de Vicente y Jordi Alba, aprovechándose de la frescura de piernas del de Benicalap y el encomianble trabajo del catalán, que dobló constantemente a Vicente para crear superioridad en su lado y un enorme dolor de cabeza al deportivista Laure.
Menos se prodigó en ataque Pablo Hernández aunque cumplió con creces en tareas defensivas. Durante el primer periodo, Joaquín, más inactivo, permaneció demasiado pegado a la línea de cal, hecho que imposibilitó que el gaditano le habilitara el pasillo para subir. Ya en la segunda parte, el extremo andaluz sacó varias jugadas de genio para bastarse en el aspecto ofensivo y posibilitar que Pablo guareciera su banda con el 1-0. Eso sí, las contadas ocasiones en las que el ayer lateral castellonense se animó a subir la banda inquietó a Manuel Pablo y multiplicó el peligro de los de Emery con dos centros en los minutos 53 y 62 que no encontraron remate. Y esto sin olvidar que un minuto después el castellonense se adelantaría de manera providencial a un intento de disparo de Riki que olía a tanto del empate.
El revés negativo de jugar con dos cuchillos de doble filo: la menor consistencia defensiva, disimulada por las escasas apariciones del Deportivo por el área de César, y el hecho de abusar en los centros de balones por alto al área deportivista, dada la falta de centímetros de los atacantes del VCF.
http://www.superdeporte.es/valencia/2010/04/25/bandas-cuchillos-doble-filo/93045.html
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