Ángel Dealbert

Pocos futbolistas llevan tan a gala sus raíces como el primer fichaje que el conjunto de Mestalla cerró para la próxima temporada. Ángel Dealbert, ese central que nació el 1 de enero de 1983, dice «con todo el orgullo del mundo» que es «de pueblo». Concretamente, de Benlloch, una pequeña localidad castellonense de 1.100 habitantes cuyo nombre intentará «llevar lo más alto posible».

Aunque sólo sea por poder devolver todo el cariño de aquellos que le vieron crecer como persona y futbolista en torno al número 8 de la calle Llibertat, donde todavía hoy viven sus padres. «Siempre llevo detrás a la gente de aquí», asegura el nuevo jugador blanquinegro durante la jornada que pasa con SUPER y rodeado de los suyos.

Compromisos familiares impiden que su madre o sus hermanas estén a su lado durante su visita a la pequeño población. Su padre, que es «muy introvertido», apenas tiene tiempo para saludarle entre faena y faena profesional. Pero, aún así, al futbolista no le falta cariño a cada paso que da. «¡Ánimo campeón!», anima un vecino. «¿Cuándo empiezas a entrenar?», pregunta otro. El ritual se repite una y otra vez, con las típicas bromas, hasta que sale el aficionado ché de turno. «Disfruta, que vas al mejor equipo del mundo».

Uno de los más interesados en el futuro de Ángel es Juan José Barreda. Es el concejal de Deportes y ex presidente del equipo de la localidad, el C.D. Benlloch, que como, destaca el central, «jugó la promoción de ascenso a Tercera hace un mes». No hay conversación en la que no quede claro que el ya valencianista ama sus orígenes. ¿Lo más lejos que se ha ido durante las vacaciones? «A Peníscola unos días. Aunque otros años si que me fui de crucero o fuera, me gusta quedarme por la tierra y disfrutar de los míos», destaca.

Dealbert, como la gente del pueblo, es cercano y fiel. No mantiene las distancias con nadie, y, además, demuestra ser amigo de sus amigos. Como ocurre con su ex compañero Xavi Oliva, meta que a los 33 años, tras firmar por el Villarreal, probará también fortuna en la Liga BBVA por primera vez. «Le deseo lo mejor. Ojalá tengamos la suerte de enfrentarnos», señala el antiguo capitán y aficionado confeso del Castellón. «Siempre he sido albinegro. Ha sido el equipo de toda mi vida».

Frases como «ahora mi pensamiento sólo está en el club de Mestalla» es la que le han hecho blanco de distintas bromas de sus allegados. «Me han llamado un montón de veces mig ouet(MEDIO HUEVO) —el apelativo que con el que se refieren en su provincia a los valencianos—», desvela el central, que hasta en el vestuario de su anterior equipo tuvo que aguantar el cachondeo.

«Me dijeron que algún día me iban a poner la camiseta del Valencia, en lugar de la albinegra, para jugar en Castalia. Pero al final no lo hicieron», señala aliviado. Y es que Ángel, como agradecimiento por el trato recibido desde los 14 años, dio todo por la entidad de La Plana hasta el último partido. La recompensa fue una despedida «muy emotiva».

Lógicamente, durante su improvisada tarea de guía turístico y anfitrión, con paso por uno de los bares del pueblo incluido, Dealbert tiene tiempo de expresar sus sensaciones y pensamientos de cara a su etapa en la ciudad del Túria. «Voy con la mentalidad ganadora y la intención de aprovechar cada entrenamiento para aprender, y, al mismo tiempo, demostrar que estoy ahí», resalta el de Benlloch, en cuyo discurso se repiten constantemente expresiones como «dar la cara» y «trabajar». «Quiero llegar a ser alguien importante en la historia del club», dice. El defensa tiene en Pablo el ejemplos aseguir. Y no sólo porque ambos mantengan una buena relación personal y coincidieran en la cantera del Castellón. «Él es un jugador consagrado, muy importante, pero que ha tenido que trabajar muchísimo para llegar donde está. Me demuestra que, por qué no, yo también puedo lograrlo», se pregunta Ángel, quien resta importancia a que su nombre, en las últimas semanas, haya desaparecido más de una vez de la lista de fichajes. «Subo de Segunda y me tengo que ganar el respeto», justifica.

Tan humilde es el discurso del central que no vería con malos ojos, si así lo dedice Emery, marcharse cedido a otro equipo de la Liga BBVA. «Aunque quiero convencer y quedarme, ganarme un sitio, estoy mentalizado para todo», asevera Dealbert, quien, como toda persona de pueblo que llega a la gran ciudad, ya sueña con grandes eventos y tardes de gloria. Como esos Valencia-Barça o Valencia-Madrid que vio años atrás como aficionado en Mestalla?

NOTA HLM: A Nosotros nos gusta mas una entrevista de gente humilde y de corazón, como queda claro que es Ángel Dealbert que las FANTASMADAS GALACTICAS, no tienen ni punto de comparación, ojala nunca seamos igual que los mandriles.-