El Valencia vuelve a ganar a domicilio gracias a un doblete del serbio, decisivo junto a Vicente Rodríguez. Casi cuatro meses después (desde el 10 de enero en Xerez), el Valencia vuelve a saborear un triunfo como visitante. Para lograrlo fue clave la entrada en el terreno de juego de Zigic, autor de los dos goles del Valencia, y la aportación de Vicente, que fue quien asistió al serbio en ambas dianas. Y eso que el equipo realizó una primera parte algo decepcionante.
Y la verdad es que, viendo como fue la primera parte, nada o casi nada hacia presagiar un triunfo cómodo del Valencia. El primer período fue más bien soso, con el Valencia dando una imagen como si le diera un poco igual el partido. El Espanyol sí empezó con más ambición, y fruto de ello gozó de las mejores (¿únicas?) ocasiones del partido.
No es que César se hartara a parar, pero sí respiró aliviado en un par de ocasiones, cuando Moisés cabeceó rozando el palo y cuando Osvaldo no llegó por milímetros a un pase de Callejón. Solo se tuvo noticias del Valencia cuando sus tres centrocampistas (Albelda, Banega y Fernandes) lograron hacerse con el cuero y buscar las bandas. Con todo, sólo un intento de gol olímpico de Vicente y un tiro cercano de Villa sembraron cierta inquietud en los locales.
El segundo tiempo parecía ir por los mismos derroteros, o peor, ya que Callejón le perdonó la vida al Valencia en el minuto 51, cuando absolutamente solo ante César (el papel de la defensa mejor no comentarlo) realiza un disparo que firmaría un pateador de rugby.
Allá por el minuto 60, a Emery se le ocurre poner a jugar a Zigic y sentar a Villa. Siendo sinceros, a más de un aficionado casi le entra un patatús. Pero la realidad es que ese cambio fue decisivo. La primera intervención del serbio fue gol. Justo es decir también que el servicio de Vicente fue magnífico.
El gol cambió la decoración del partido. A partir de entonces el Valencia fue el dueño y señor absoluto del partido. Además, el equipo entendió que había que buscar a Zigic. Especialmente Vicente, quien se marcó un segundo tiempo formidable.
Un nuevo centro suyo supuso el 0-2. Joaquín no llegó a su servicio, pero sí Zigic, que controla en el segundo palo y luego suelta un latigazo cruzado imposible para Kameni.
Allí se acabó la historia del partido porque el Espanyol se rindió. El Valencia se dedicó a controlar el duelo y si no llegó el 0-3 fue por intentar gustarse demasiado.
http://www.superdeporte.es/valencia/2010/05/02/formula-zigic-rompe-gafe-foraneo/93694.html
Y la verdad es que, viendo como fue la primera parte, nada o casi nada hacia presagiar un triunfo cómodo del Valencia. El primer período fue más bien soso, con el Valencia dando una imagen como si le diera un poco igual el partido. El Espanyol sí empezó con más ambición, y fruto de ello gozó de las mejores (¿únicas?) ocasiones del partido.
No es que César se hartara a parar, pero sí respiró aliviado en un par de ocasiones, cuando Moisés cabeceó rozando el palo y cuando Osvaldo no llegó por milímetros a un pase de Callejón. Solo se tuvo noticias del Valencia cuando sus tres centrocampistas (Albelda, Banega y Fernandes) lograron hacerse con el cuero y buscar las bandas. Con todo, sólo un intento de gol olímpico de Vicente y un tiro cercano de Villa sembraron cierta inquietud en los locales.
El segundo tiempo parecía ir por los mismos derroteros, o peor, ya que Callejón le perdonó la vida al Valencia en el minuto 51, cuando absolutamente solo ante César (el papel de la defensa mejor no comentarlo) realiza un disparo que firmaría un pateador de rugby.
Allá por el minuto 60, a Emery se le ocurre poner a jugar a Zigic y sentar a Villa. Siendo sinceros, a más de un aficionado casi le entra un patatús. Pero la realidad es que ese cambio fue decisivo. La primera intervención del serbio fue gol. Justo es decir también que el servicio de Vicente fue magnífico.
El gol cambió la decoración del partido. A partir de entonces el Valencia fue el dueño y señor absoluto del partido. Además, el equipo entendió que había que buscar a Zigic. Especialmente Vicente, quien se marcó un segundo tiempo formidable.
Un nuevo centro suyo supuso el 0-2. Joaquín no llegó a su servicio, pero sí Zigic, que controla en el segundo palo y luego suelta un latigazo cruzado imposible para Kameni.
Allí se acabó la historia del partido porque el Espanyol se rindió. El Valencia se dedicó a controlar el duelo y si no llegó el 0-3 fue por intentar gustarse demasiado.
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