En los últimos cinco años, los penaltis a favor del Valencia tenían amo y señor. Si el Guaje Villa estaba sobre el campo, el balón caía en sus manos y lo colocaba en la cal que marca los once metros. El asturiano era un seguro hasta el punto que en sus cuatro primeras campañas no falló ninguno de los catorce penaltis que lanzó, de ahí que fuera el encargado de lanzarlos. Pero el Guaje se fue y si el dorsal ´7´ aún no tiene destinatario claro —aunque Pablo gana enteros—, lo del lanzador de los penaltis parece que sí va concretándose aunque son dos los que opositan a serlo: el Tino Costa y el Chori Domínguez.
A la espera de lo que pase o, mejor dicho, de la decisión que tome Emery durante los partidos, los dos argentinos están asumiendo el reto y se están erigiendo durante los partidillos de entrenamiento en los encargados de lanzar las penas máximas. Y todo sea dicho, con acierto pleno. Cinco se han señalado en los partidillos habidos en las dos sesiones tácticas en Ptuj y tres los ha marcado el Chori y dos el Tino. Se da la circunstancia que hasta el momento no han coincidido en un mismo equipo, por lo que no hay constancia de quién lo lanzará si están los dos habilitados para ello.
Tanto el Chori como el Tino tienen experiencia en la materia. Uno y otro eran lanzados de penalti en el Rubin Kazan y en el Montpellier respectivamente, si bien, mientras que el Chori compartía la función con otros compañeros, el Tino era el único que se acercaba al punto de los once metros cuando el equipo francés era beneficiario de una pena máxima.
Lo cierto es que sin Villa y también sin Baraja, lo del lanzador de penaltis en el Valencia se había quedado vacante. De hecho, durante la pasada temporada ningún jugador excepto Villa lanzó uno. Pero a Rey muerto, Rey puesto y por lo visto con el Tino y el Chori la eficacia está también asegurada.
En este sentido, uno de los objetivos de Emery de cara a la próxima temporada es superar o cuanto menos igualar los 59 goles de la pasada Liga BBVA —cifra que acercaría el objetivo de volver a clasificarse mínimo entre los cuatro primeros— y para ello cuenta con que los centrocampistas, caso del Tino o el Chori, se sumen a la fiesta del gol con más asiduidad de lo hecho durante el pasado curso. Y por lo visto en los entrenamientos tiene buena pinta.
Los jugadores blanquinegros deleitaron en la sesión vespertina de ayer a los aficionados que acudieron a ver el entrenamiento con unos goles de auténtico lujo. Más allá de los mencionados penaltis del Tino y el Chori —por cierto, el primero le pega siempre con la izquierda, el segundo con la derecha—, Banega marcó un golazo por toda la escuadra —pese a que César protestara diciendo que botó en la línea y que no entró—, Pablo superó al mismo César con una vaselina perfecta, el Tino lanzó un mísil pegado al palo desde fuera del área y Manuel Fernandes anotó el gol del entrenamiento con un potente disparo desde unos 30 metros que entró por toda la escuadra de la portería que defendía Moyà. Quien también estuvo fino de cara al gol, sin alardes aunque con efectividad, fue Paco Alcácer, quien marcó cuatro goles en los tres partidillos que organizó Emery.
Al final de la tarde el equipo que formaban Dealbert, Chori, Joaquín, Bruno y Del Horno se llevó el gato al agua. Cada uno de los cuatro partidillos que en total disputaron los jugadores —en equipos de seis y de diez minutos de duración— estuvo marcado por la intensidad y seriedad con la que se lo tomaron los jugadores. Parecía que les iba la vida en cada balón, entrando al choque, presionando y, para no perder la costumbre, protestaban cada acción polémica al árbitro de turno, llámese Unai Emery o Juan Carlos Carcedo. Precisamente la fuerza y brío con la que se están ejercitando cada uno de los jugadores es uno de los aspectos que más destaca el cuerpo técnico.
http://www.superdeporte.es/valencia/2010/07/24/tino-chori-apuntan-penaltis/101198.html
A la espera de lo que pase o, mejor dicho, de la decisión que tome Emery durante los partidos, los dos argentinos están asumiendo el reto y se están erigiendo durante los partidillos de entrenamiento en los encargados de lanzar las penas máximas. Y todo sea dicho, con acierto pleno. Cinco se han señalado en los partidillos habidos en las dos sesiones tácticas en Ptuj y tres los ha marcado el Chori y dos el Tino. Se da la circunstancia que hasta el momento no han coincidido en un mismo equipo, por lo que no hay constancia de quién lo lanzará si están los dos habilitados para ello.
Tanto el Chori como el Tino tienen experiencia en la materia. Uno y otro eran lanzados de penalti en el Rubin Kazan y en el Montpellier respectivamente, si bien, mientras que el Chori compartía la función con otros compañeros, el Tino era el único que se acercaba al punto de los once metros cuando el equipo francés era beneficiario de una pena máxima.
Lo cierto es que sin Villa y también sin Baraja, lo del lanzador de penaltis en el Valencia se había quedado vacante. De hecho, durante la pasada temporada ningún jugador excepto Villa lanzó uno. Pero a Rey muerto, Rey puesto y por lo visto con el Tino y el Chori la eficacia está también asegurada.
En este sentido, uno de los objetivos de Emery de cara a la próxima temporada es superar o cuanto menos igualar los 59 goles de la pasada Liga BBVA —cifra que acercaría el objetivo de volver a clasificarse mínimo entre los cuatro primeros— y para ello cuenta con que los centrocampistas, caso del Tino o el Chori, se sumen a la fiesta del gol con más asiduidad de lo hecho durante el pasado curso. Y por lo visto en los entrenamientos tiene buena pinta.
Los jugadores blanquinegros deleitaron en la sesión vespertina de ayer a los aficionados que acudieron a ver el entrenamiento con unos goles de auténtico lujo. Más allá de los mencionados penaltis del Tino y el Chori —por cierto, el primero le pega siempre con la izquierda, el segundo con la derecha—, Banega marcó un golazo por toda la escuadra —pese a que César protestara diciendo que botó en la línea y que no entró—, Pablo superó al mismo César con una vaselina perfecta, el Tino lanzó un mísil pegado al palo desde fuera del área y Manuel Fernandes anotó el gol del entrenamiento con un potente disparo desde unos 30 metros que entró por toda la escuadra de la portería que defendía Moyà. Quien también estuvo fino de cara al gol, sin alardes aunque con efectividad, fue Paco Alcácer, quien marcó cuatro goles en los tres partidillos que organizó Emery.
Al final de la tarde el equipo que formaban Dealbert, Chori, Joaquín, Bruno y Del Horno se llevó el gato al agua. Cada uno de los cuatro partidillos que en total disputaron los jugadores —en equipos de seis y de diez minutos de duración— estuvo marcado por la intensidad y seriedad con la que se lo tomaron los jugadores. Parecía que les iba la vida en cada balón, entrando al choque, presionando y, para no perder la costumbre, protestaban cada acción polémica al árbitro de turno, llámese Unai Emery o Juan Carlos Carcedo. Precisamente la fuerza y brío con la que se están ejercitando cada uno de los jugadores es uno de los aspectos que más destaca el cuerpo técnico.
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