El francés Jeremy Mathieu cumplirá el sueño por el que vino al Valencia, jugar la Champions. 
—A punto de empezar a entrenar, cuente qué sensaciones tiene tras su primer año lejos del fútbol galo.
—Las sensaciones son excelentes. Cuando llegué tenía las mejores expectativas y se cumplieron. Es cierto que también sentía un poco de miedo a lo desconocido, aunque me adapté muy bien en lo futbolístico. Dentro del campo he ganado cada partido en confianza y me he entendido sin problemas con cada uno de mis compañeros.
—Entonces, ¿ha sido como lo había previsto?
—Lo que está por venir no se puede prever, menos, cuando sales a otro país por primera vez. La falta de esa experiencia debía suplirla con trabajo y puse todo de mí para ganarme un sitio de titular en un gran equipo como es el Valencia.
—Se encontró con un ‘mundo’ diferente. ¿No se parece en nada el VCF a los clubes donde estuvo?
—Sinceramente, no. En casi nada, el Valencia es totalmente diferente. Es otra dimensión, mucho más grande. Por ejemplo, el equipo y su estilo de juego está lleno de calidad. Cuando ves el nivel de los jugadores del Valencia o de cualquiera de los clubes grandes de España… Uff.
—¿Esa es la principal diferencia?
—Para mí, sí. La calidad, el talento, es lo que marca la diferencia entre España y Francia o el fútbol de otros países. Los equipos están técnicamente dotadísimos, casi no se producen errores en el pase. La circulación del balón es súper rápida. La mayoría de los equipos, hasta los más pequeños, salen a ganar, antes que a defender o a encerrarse detrás junto al portero.
—¿La ciudad es muy diferente a donde nació, Luxeil-les-Bain; a Sochaux, también en el Norte; o a Toulouse, desde donde llegó el verano pasado?
—Sí, tampoco tienen nada que ver, son ciudades totalmente distintas. Valencia es otra cosa, con mucha más vida. En Valencia hay muchas alternativas, puedes ir a la playa, salir a comer o a cenar, etc. Además, hay muchos sitios bonitos que visitar. Estoy muy contento porque a mí me encanta la playa y el sol. Y la tengo muy cerca. El clima es más caluroso, pero se lleva bien con el mar. Aunque Toulouse está en el sur y también hace calor. En general, Valencia tiene muchas cosas que hacen feliz a mí y a mi familia, cosas que en Francia no puedes tenerlas, salvo que vivas y juegues en Mónaco (risas).
—¿Y de Francia, qué añora?
—A las personas. Sobre todo, a mis padres, a la familia, aunque ya los haya visto este verano. Eso es todo lo que añoro porque aquí estoy fenomenal. Mi cabeza está tranquila, mi familia —mi mujer y mis hijos— vive de maravilla en Valencia.
—No me puedo creer que no eche de menos el hablar en francés…
—Eso sí, seguro que sí (risas). El asunto del lenguaje y la comunicación ha sido lo más difícil. Pero mi carácter es tímido, no soy muy hablador, ya está. Hay personas, como yo, que no hablan demasiado. La gente debe comprender y respetar que soy así. De tanto en tanto, yo también me río…
—¿Y no le ha influido a la hora de integrarse en el equipo?
—No, es que yo me siento bien con el grupo, con los compañeros, siendo como soy. Tal cual. Mi trabajo y mis cualidades las muestro sobre el campo. Me integro mucho más dentro del terreno de juego que fuera. Ese es mi trabajo, fuera me quedan mi familia y mis amigos para relacionarme.
—Disculpe la insistencia, ¿cómo va con el español?
—Va mejor, yo comprendo casi todo lo que se me dice, no hay ningún problema. Vamos, hasta he hecho amistades por la zona donde vivo. Ya me atrevo y me lanzo más a hablar.
—Ya que habla de amigos, ¿cuáles son los suyos dentro del equipo?
—Nadie especialmente, todo el grupo. Todos los compañeros son simpáticos, dentro del vestuario existe un gran ambiente y no he visto ningún problema. Yo intento no hacer diferencias con nadie y llevarme bien con el grupo.
—Regresemos a lo deportivo que es de lo que más le gusta hablar. ¿Qué valoración hace de su temporada?
—He vivido grandes momentos en la primera parte de la temporada. Me encontré fuerte y en forma. Después, desgraciadamente, vino la lesión en el tobillo, que me bajó el ánimo porque me encontraba verdaderamente bien y albergaba la ligera esperanza de poder jugar este Mundial de Sudáfrica. La lesión lo echó todo al traste.
—La lesión, su peor momento…
—La lesión fue el peor momento, sin ninguna duda, porque me paró durante dos meses y medio. Prácticamente se me rompió la temporada. Pasé momentos duros, pero es fútbol y los jugadores deben pasar por eso, también es el fútbol. Por fortuna pude volver antes de acabar la Liga y tengo muchísimas ganas de arrancar la temporada.
—Todavía me queda la duda. Carl Hoefkens fue el hombre que le destrozó el tobillo el 18 de febrero en Brujas, ¿Se puso en contacto con usted después de aquello?
—Pues no demasiado, tan sólo una pequeña disculpa después del partido, sin más. Pero lo que más me marcó fue la actuación del árbitro, quien les dijo a los dirigentes que me había lesionado solo. No sé yo si estaba bien de la vista. Encima, siendo francés… Una catástrofe. Hubiera preferido tener alguna disculpa más porque fue un gesto muy feo.
—Y su mejor momento…
—Desde luego, el gol que marqué en Bilbao. Le dimos la vuelta al partido, se ganó en un campo con mucha tradición. Todos los compañeros vinieron como locos a abrazarme. Estuvo muy bien. También me quedo con la espectacular media temporada que hicimos, que nos valió para ser terceros en una liga tan fuerte. Es para estar contentos con lo conseguido.
—Bueno, mire el lado positivo. Ha cumplido unos de los sueños con los que vino: Jugará la Champions la temporada 2010/2011.
—Estoy muy satisfecho por ello. El equipo ha ido en progresión y tenemos la posibilidad de seguir con ella jugando la mejor competición de clubes del mundo. Es un reto personal y colectivo para todos. Yo escogí el Valencia porque quería jugar una competición como la Champions League y tenía esa ambición y la hemos conseguido. Es perfecto, siempre soñaba con esto, estoy ansioso porque el tiempo pase rápido y verme jugando la Champions. Ojalá que hagamos un gran papel como hizo el equipo en el pasado.
—¿A qué debe aspirar esta próxima temporada el tercer clasificado del pasado curso, el Valencia?
—Un club como éste, más allá de los nombres, tendrá siempre la ambición de llegar lo más lejos posible. Personalmente, yo daré todo en la Liga de Campeones como en el resto de competiciones. El equipo está muy ilusionado y quiere combinar una buena Liga de Campeones con la Liga BBVA porque al final es lo que nos dará la opción de jugar más años en la Champions. Los que estemos formaremos un bloque competitivo. Seremos capaces de llegar más lejos que el año pasado en Europa y en la Copa del Rey.
—¿Cómo va a asimilar el grupo las salidas de Villa y Silva? ¿Los objetivos podrán mantenerse sin ellos?
—No hay ninguna inquietud, el grupo ha aceptado bien estas dos salidas porque sabe la situación económica del club. Soldado es un goleador nato y puede ser un buen reemplazo para Villa, además, se ha fichado buenos jugadores como Topal, Costa o Feghouli. El VCF siempre será ambicioso.
—Por cierto, ya que lo nombra, ¿qué me diría de su compatriota Sofiane Feghouli?
—Recuerdo que jugué contra él uno o dos partidos antes de fichar por el Valencia. Es un centrocampista con movilidad, por lo que puede jugar en varias posiciones ofensivas. Joven con hambre y técnicamente está muy dotado. Creo que aportará cosas importantes al equipo.
—Otro joven con calidad y ganas es Jordi Alba, ¿teme que pueda quedarse con el lateral zurdo?
—Vamos a ver… Creo que jugará el que mejor esté en opinión del entrenador. Pero, hay que decir que Jordi Alba lo ha hecho muy bien, me suplió perfectamente en la recta final y su rol no era sencillo porque tuvo que cambiar de posición. Ha cumplido con nota y estoy feliz por él.
http://www.superdeporte.es/valencia/2010/07/09/ano-llegaremos-lejos-europa-copa/99782.html
—A punto de empezar a entrenar, cuente qué sensaciones tiene tras su primer año lejos del fútbol galo.—Las sensaciones son excelentes. Cuando llegué tenía las mejores expectativas y se cumplieron. Es cierto que también sentía un poco de miedo a lo desconocido, aunque me adapté muy bien en lo futbolístico. Dentro del campo he ganado cada partido en confianza y me he entendido sin problemas con cada uno de mis compañeros.
—Entonces, ¿ha sido como lo había previsto?
—Lo que está por venir no se puede prever, menos, cuando sales a otro país por primera vez. La falta de esa experiencia debía suplirla con trabajo y puse todo de mí para ganarme un sitio de titular en un gran equipo como es el Valencia.
—Se encontró con un ‘mundo’ diferente. ¿No se parece en nada el VCF a los clubes donde estuvo?
—Sinceramente, no. En casi nada, el Valencia es totalmente diferente. Es otra dimensión, mucho más grande. Por ejemplo, el equipo y su estilo de juego está lleno de calidad. Cuando ves el nivel de los jugadores del Valencia o de cualquiera de los clubes grandes de España… Uff.
—¿Esa es la principal diferencia?
—Para mí, sí. La calidad, el talento, es lo que marca la diferencia entre España y Francia o el fútbol de otros países. Los equipos están técnicamente dotadísimos, casi no se producen errores en el pase. La circulación del balón es súper rápida. La mayoría de los equipos, hasta los más pequeños, salen a ganar, antes que a defender o a encerrarse detrás junto al portero.
—¿La ciudad es muy diferente a donde nació, Luxeil-les-Bain; a Sochaux, también en el Norte; o a Toulouse, desde donde llegó el verano pasado?
—Sí, tampoco tienen nada que ver, son ciudades totalmente distintas. Valencia es otra cosa, con mucha más vida. En Valencia hay muchas alternativas, puedes ir a la playa, salir a comer o a cenar, etc. Además, hay muchos sitios bonitos que visitar. Estoy muy contento porque a mí me encanta la playa y el sol. Y la tengo muy cerca. El clima es más caluroso, pero se lleva bien con el mar. Aunque Toulouse está en el sur y también hace calor. En general, Valencia tiene muchas cosas que hacen feliz a mí y a mi familia, cosas que en Francia no puedes tenerlas, salvo que vivas y juegues en Mónaco (risas).
—¿Y de Francia, qué añora?
—A las personas. Sobre todo, a mis padres, a la familia, aunque ya los haya visto este verano. Eso es todo lo que añoro porque aquí estoy fenomenal. Mi cabeza está tranquila, mi familia —mi mujer y mis hijos— vive de maravilla en Valencia.
—No me puedo creer que no eche de menos el hablar en francés…
—Eso sí, seguro que sí (risas). El asunto del lenguaje y la comunicación ha sido lo más difícil. Pero mi carácter es tímido, no soy muy hablador, ya está. Hay personas, como yo, que no hablan demasiado. La gente debe comprender y respetar que soy así. De tanto en tanto, yo también me río…
—¿Y no le ha influido a la hora de integrarse en el equipo?
—No, es que yo me siento bien con el grupo, con los compañeros, siendo como soy. Tal cual. Mi trabajo y mis cualidades las muestro sobre el campo. Me integro mucho más dentro del terreno de juego que fuera. Ese es mi trabajo, fuera me quedan mi familia y mis amigos para relacionarme.
—Disculpe la insistencia, ¿cómo va con el español?
—Va mejor, yo comprendo casi todo lo que se me dice, no hay ningún problema. Vamos, hasta he hecho amistades por la zona donde vivo. Ya me atrevo y me lanzo más a hablar.
—Ya que habla de amigos, ¿cuáles son los suyos dentro del equipo?
—Nadie especialmente, todo el grupo. Todos los compañeros son simpáticos, dentro del vestuario existe un gran ambiente y no he visto ningún problema. Yo intento no hacer diferencias con nadie y llevarme bien con el grupo.
—Regresemos a lo deportivo que es de lo que más le gusta hablar. ¿Qué valoración hace de su temporada?
—He vivido grandes momentos en la primera parte de la temporada. Me encontré fuerte y en forma. Después, desgraciadamente, vino la lesión en el tobillo, que me bajó el ánimo porque me encontraba verdaderamente bien y albergaba la ligera esperanza de poder jugar este Mundial de Sudáfrica. La lesión lo echó todo al traste.
—La lesión, su peor momento…
—La lesión fue el peor momento, sin ninguna duda, porque me paró durante dos meses y medio. Prácticamente se me rompió la temporada. Pasé momentos duros, pero es fútbol y los jugadores deben pasar por eso, también es el fútbol. Por fortuna pude volver antes de acabar la Liga y tengo muchísimas ganas de arrancar la temporada.
—Todavía me queda la duda. Carl Hoefkens fue el hombre que le destrozó el tobillo el 18 de febrero en Brujas, ¿Se puso en contacto con usted después de aquello?
—Pues no demasiado, tan sólo una pequeña disculpa después del partido, sin más. Pero lo que más me marcó fue la actuación del árbitro, quien les dijo a los dirigentes que me había lesionado solo. No sé yo si estaba bien de la vista. Encima, siendo francés… Una catástrofe. Hubiera preferido tener alguna disculpa más porque fue un gesto muy feo.
—Y su mejor momento…
—Desde luego, el gol que marqué en Bilbao. Le dimos la vuelta al partido, se ganó en un campo con mucha tradición. Todos los compañeros vinieron como locos a abrazarme. Estuvo muy bien. También me quedo con la espectacular media temporada que hicimos, que nos valió para ser terceros en una liga tan fuerte. Es para estar contentos con lo conseguido.
—Bueno, mire el lado positivo. Ha cumplido unos de los sueños con los que vino: Jugará la Champions la temporada 2010/2011.
—Estoy muy satisfecho por ello. El equipo ha ido en progresión y tenemos la posibilidad de seguir con ella jugando la mejor competición de clubes del mundo. Es un reto personal y colectivo para todos. Yo escogí el Valencia porque quería jugar una competición como la Champions League y tenía esa ambición y la hemos conseguido. Es perfecto, siempre soñaba con esto, estoy ansioso porque el tiempo pase rápido y verme jugando la Champions. Ojalá que hagamos un gran papel como hizo el equipo en el pasado.
—¿A qué debe aspirar esta próxima temporada el tercer clasificado del pasado curso, el Valencia?
—Un club como éste, más allá de los nombres, tendrá siempre la ambición de llegar lo más lejos posible. Personalmente, yo daré todo en la Liga de Campeones como en el resto de competiciones. El equipo está muy ilusionado y quiere combinar una buena Liga de Campeones con la Liga BBVA porque al final es lo que nos dará la opción de jugar más años en la Champions. Los que estemos formaremos un bloque competitivo. Seremos capaces de llegar más lejos que el año pasado en Europa y en la Copa del Rey.
—¿Cómo va a asimilar el grupo las salidas de Villa y Silva? ¿Los objetivos podrán mantenerse sin ellos?
—No hay ninguna inquietud, el grupo ha aceptado bien estas dos salidas porque sabe la situación económica del club. Soldado es un goleador nato y puede ser un buen reemplazo para Villa, además, se ha fichado buenos jugadores como Topal, Costa o Feghouli. El VCF siempre será ambicioso.
—Por cierto, ya que lo nombra, ¿qué me diría de su compatriota Sofiane Feghouli?
—Recuerdo que jugué contra él uno o dos partidos antes de fichar por el Valencia. Es un centrocampista con movilidad, por lo que puede jugar en varias posiciones ofensivas. Joven con hambre y técnicamente está muy dotado. Creo que aportará cosas importantes al equipo.
—Otro joven con calidad y ganas es Jordi Alba, ¿teme que pueda quedarse con el lateral zurdo?
—Vamos a ver… Creo que jugará el que mejor esté en opinión del entrenador. Pero, hay que decir que Jordi Alba lo ha hecho muy bien, me suplió perfectamente en la recta final y su rol no era sencillo porque tuvo que cambiar de posición. Ha cumplido con nota y estoy feliz por él.
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