La totalidad del valencianismo lo deseaba. Y ese momento llegó este feliz jueves, 19 de enero de 2011. Porque lo merecía. Porque lo necesitaba. Porque lo había intentado sin suerte de mil formas diferentes. Sí, porque describimos el preámbulo del primer gol de Piatti con la camiseta oficial del Valencia CF. El argentino, saliendo en el once inicial ante el Levante UD, arrancó el choque con extraordinarias ganas, buscando remates, tirando diagonales, asociándose con el resto de atacantes. Se le vio fino, con velocidad, valiente buscando la pelota en el desmarque y en el regate. Generoso en el esfuerzo con sus posibilidades y con sus compañeros, especialmente con Pablo, con quien formó una gran sociedad en las alas.El perfil del ataque lo abarcaba a la perfección, y tuvo opciones en los primeros 45 minutos de batir a Keylor, en espacial gracias a su velocidad. Pero tuvo que ser en el descuento cuando, en otro pase genial de Pablo, en su tercera asistencia de gol de la noche copera, con un pase entre líneas a la llegada de Piatti desde atrás, sorprendiendo la defensa, anticipándose a todos y picándola con clase a la salida a Keylor. El valencianista, tras el choque fortuito con el guardameta visitante, cayó tendido sobre el césped y no pudo apenas celebrar el 3-1, pero ya lo hicieron los más de 39.000 aficionados en Mestalla, satisfechos que, por fin, rompiera el ‘precinto de su motor goleador’ y echara a andar con fuerza. La mayor recompensa le vino en el minuto 73 tras dejar su puesto al recientemente renovado Éver.
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