Carlos Bosch
Me cansa que periodistas de fuera de Valencia y sin ningún apego digan que por aquí estamos locos y que no valoramos lo que hace el equipo. ¡Me cansa!.
Estoy harto de crecer. Y de tener que aprender. Estoy harto de leer. Harto. Estoy harto de una sensación que me persigue cada vez que veo jugar al Valencia. Harto de mujeres que nunca existieron y harto de saber que ni la vida está hecha de sensaciones ni el fútbol está hecho de acciones. Estoy harto de comprobar que los dos están hechos de pedazos de tormentas. Estoy harto de pensar que el Valencia es un equipo sobre el cual su entrenador ya no tiene autoridad. Más que harto de escuchar ruedas de prensa que se pierden con el viento. Harto de ver cómo el Valencia se relaja ante el PSV, harto de ver que su entrenador lo denuncia públicamente y más que harto de ver cómo sólo unos días después el equipo se vuelve a relajar. ¡Con un par! Harto, hartísimo estoy, de comprobar con mis ojos estupefactos que la alineación es otra vez otra cosa totalmente nueva a las muchas otras cosas nuevas que he visto en los últimos años. Harto de ver una alineación y pensar que es improvisación por mucho que esté trabajada en la trastienda. Harto de ver que el equipo se derrumba a la primera mala noticia. Harto de escuchar a periodistas de fuera decir que en Valencia estamos locos y que no valoramos lo que está haciendo el equipo. Estoy hasta las narices de que el mundo me diga que estoy loco. Harto de la mentalidad ganadora y harto de tener que escribir que estoy harto. Estoy harto de que mi neurona preguntona me diga todo el día que ya veremos qué pasa contra el PSV si nos meten un gol en los primeros veinte minutos… ¿Pues qué va a pasar? Pues eso, ¿qué va a pasar? ¡Como si yo no supiera qué puede pasar si nos marcan en los primeros veinte minutos! Harto de tener neurona preguntona y harto de no poder presumir de equipo. Harto de llegar a casa sin ganas de ver fútbol por la tele. Si hasta estoy harto de tener que ver Cuarto Milenio los domingos por la noche para ver si mi mente se entretiene con algo que no tenga que ver con el balón. Harto de aquellos que dicen que ellos ya lo sabían y que ya lo dijeron. ¡Enhorabuena a todos, pero en la quinielas no dais ni una! A mí me da igual si acertaron antes que yo o si yo todavía no he acertado. No quiero acertar en estas cosas. Prefiero equivocarme desde mi nube azul donde todo es como yo lo he inventado y de vez en cuando, acercarme al ordenador y escribir que estoy harto… Por eso te pido, amigo desconocido, si ves a mi equipo perdido, lo traigas por aquí, lo traigas por aquí...
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