EN PRÁCTICA EL MÉTODO VALVERDE

El míster quiere borrar toda tensión para que el balón no queme en los pies

P. CALABUIG El lunes, día de su presentación, Ernesto Valverde explicó que su Valencia «debe dominar el juego». Dos días después Rufete, exvalencianista de referencia con el que coincidió en el Espanyol, añadía en el Supermurciélago: «Irá a buscar el partido, no a esperar». Dos puntos básicos del método del Txingurri que empezaron a plasmarse en el primer entrenamiento a sus órdenes. El toque rápido de balón, el dinamismo y los ofrecimientos en ataque o la presión para robar en campo contrario conforman el abecé del nuevo técnico.

Valverde trata de ´resetear´ de la cabeza de los jugadores lo vivido en el primer tramo del curso, para él todos parten de cero. El técnico pretende que el equipo deje atrás la convulsión de las últimas fechas y se centre en su trabajo, en lo futbolístico. A lo que aspira es a un Valencia dominador, donde el juego fluya en vertical, pero en el que el balón no queme en los pies. Un ideario que requiere jugadores comprometidos, físicamente bien preparados, valientes para pedir la pelota y sin miedo a fallar. Y, para ello, lo primero es borrar todo rastro de tensión y nerviosismo; así que las instrucciones que más repitió el Txingurri en los primeros ejercicios no son casuales: «¡Tranquilos!, ¡tranquilos con el balón!».

Desde que aterrizó en Valencia Valverde se ha empapado „viendo un DVD tras otro„ del funcionamiento del equipo en los primeros meses de competición. Realizado un primer diagnóstico del enfermo, el cuerpo técnico quiere que el equipo consiga más ritmo en su fútbol y, en materia defensiva, que presione al rival y consiga recuperar el esférico más arriba.

«¡Que te vean, Jonathan!»
«Juega ya, ¡rápido, más rápido!». Esta es otra de las directrices dadas por Valverde en los ejercicios de presión y posesión con los futbolistas que menos jugaron o no lo hicieron en Lille. Eso sí, velocidad sin precipitación. Para dar el pase el hombre que tiene la pelota debe pensar con celeridad, la misma con la que el compañero ha de ofrecerse y dejarse ver. «¡Que te vean, Jonathan (Viera)!», «Busca el pase, ofrécete», «Hay que ayudarse, que os vean siempre». Al Txingurri le gusta dañar y desgastar al oponente siendo amo y señor del esférico, jugando por las bandas y haciendo que el principal instrumento del fútbol corra a ras de hierba, por el suelo. «Vamos, que vaya el balón, que corran los otros», «por abajo, pases por abajo», «El campo tiene que ser grande, ábrete, que tengan que ir de un lado a otro».

Cuestión de «espacio y tiempo»
Presionar arriba, reducir el espacio y el tiempo del oponente o lograr que el delantero y los mediapuntas se impliquen en la presión es una fórmula atrevida, pero si se hace con éxito facilita el trabajo defensivo y permite contragolpear más cerca de la portería rival. «Es una cuestión de espacio y tiempo, hay que quitarles el tiempo para pensar, si no se lo quitáis estamos perdidos», explicaba un didáctico Valverde antes de comenzar un partido final en dimensiones reducidas, en el que destacó la intensidad de los jugadores, visto lo visto ayer, con ganas de agradar al Txingurri desde el primer día. «Vamos, vamos a la presión», «Tenéis que provocar que el contrario cometa errores»? Una presión que si es necesario llega hasta el portero.

http://www.superdeporte.es/valencia/2012/12/08/practica-metodo-valverde/181545.html