El estreno de Valverde se produce en un escenario que no tolera la falta de compromiso
CÉSAR IZQUIERDO Ernesto Valverde sabe que no puede pedir tiempo. Hay que empezar a ganar partidos desde ya. Esa es la mentalidad. No hay más. De otra manera, esta noche no se produciría su debut como entrenador del Valencia. El Txingurri lleva dos entrenamientos, mucho vídeo en vena y una charla de una hora con los futbolistas previa a la sesión de ayer. Milagros no se le pueden exigir todavía. Más allá del primer cosquilleo, la energía nueva y del ambiente renovado que siempre conlleva el reciclaje del hombre del banquillo, la lógica señala que habrá que esperar algún día más para cambios de calado profundo en las virtudes y los defectos. Valverde describió el contenido de su primera partitura en sala de prensa: los jugadores son los mismos, por lo tanto, ellos son los responsables de iniciar la reacción. Por ese motivo, la palabra llave en El Sadar es responsabilidad. Pamplona es un escenario que no tolera futbolistas mentirosos, no admite engaños sobre la intensidad. Osasuna es un enemigo que no consiente ni disculpa la falta de entusiasmo sobre el césped. Las obligaciones de cada uno esta noche deben estar claras. No se puede esconder nadie.
El compromiso del Txingurri es reactivar la moral y la confianza de la plantilla. ¿Qué se le puede exigir? Buen gusto a la hora de componer su primer once, una puesta escena acorde con la ocasión e inteligencia en la lectura del encuentro. En sus primeras horas, Valverde ha incidido en nociones tácticas básicas. Orden para fortalecer la defensa „ el equipo ha sido castigado por Málaga y Real con nueve goles „ y trabajo en las transiciones para jugar más rápido, con más intensidad. El nuevo entrenador pretende un Valencia más vertical y punzante. La presión será más agresiva. La idea es apretar arriba, jugar en campo contrario y tratar el balón con la máxima coherencia.
Primero la Liga y luego la Copa
El Sadar no es un campo propicio para las florituras. El Txingurri sabe a la perfección que Osasuna maniobra ante su público con devoción. El germen futbolístico de Mendilibar no es muy diferente al de Valverde. Los dos beben de una fuente común. Es previsible que el encuentro se juegue en pocos metros. En ese contexto ya se sabe que los errores se pagan de forma dramático. Valverde ha definido sus líneas maestras con claridad. Sus equipos siempre han jugado de manera muy reconocible. «Creo que a los jugadores les gusta jugar bien y es lo que vamos a intentar hacer». La exigencia del Valencia es ganar y jugar bien. Mestalla valora el buen fútbol, pero también la entrega y la casta. Cuando un jugador va al suelo saltan chispas.
El Sadar no es un campo propicio para las florituras. El Txingurri sabe a la perfección que Osasuna maniobra ante su público con devoción. El germen futbolístico de Mendilibar no es muy diferente al de Valverde. Los dos beben de una fuente común. Es previsible que el encuentro se juegue en pocos metros. En ese contexto ya se sabe que los errores se pagan de forma dramático. Valverde ha definido sus líneas maestras con claridad. Sus equipos siempre han jugado de manera muy reconocible. «Creo que a los jugadores les gusta jugar bien y es lo que vamos a intentar hacer». La exigencia del Valencia es ganar y jugar bien. Mestalla valora el buen fútbol, pero también la entrega y la casta. Cuando un jugador va al suelo saltan chispas.
Valverde ha entrado en el vestuario con ganas de tranquilizar el ambiente para sacar lo mejor de la plantilla. Actitud y aptitud se le suponen a la plantilla. Habrá matices, sí. Pero el cambio más importante y trascendente corresponderá a los futbolistas. El nuevo registro se está empezando a cocinar. Tampoco se espera una revolución con sangre. Las sanciones y las bajas por lesión obligarán a introducir más cambios de los esperados. La sobrecarga de Aly Cissokho ha dejado a la plantilla sin laterales izquierdos naturales. Sin Víctor Ruiz, Ricardo y Rami se quedan huérfanos en el centro de la zaga y las dolencias de Joâo Pereira completan una triste fotografía de la defensa. Con semejante panorama Gayà tuvo que ser convocado y es probable que Guardado vuelva a retrasar su posición. Las posibilidades se multiplican en el centro del campo y la delantera. Los únicos que parecen fijos son Roberto Soldado y Feghouli.
Valverde comenzará ante un entrenador ante el que ha doblado la rodilla dos veces en tres partidos. Perdió en las dos ocasiones en las que se enfrentó dirigiendo al Espanyol (temporada 2007/08) y ganó con el Villarreal (2009/10) siempre concurriendo con la etapa de Mendilibar en Valladolid. Curioso. El único despedido del Txingurri „Villarreal„ coincidió con el de ´Mendi´ en Pucela. Las preferencias, al jugar dos veces contra el mismo rival en cuatro días de diferencia entre liga y copa, están claras: El partido más importante es el primero, sea de liga o de copa. Una victoria seguro que permite al Valencia llegar mejor al segundo.
http://www.superdeporte.es/valencia/2012/12/08/llega-hora-esfuerzo/181549.html
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