El técnico del VCF vuelve a hablar con el holandés y le insiste con buenas palabras que este año no cuenta con él.
PAU FUSTER Hedwiges Maduro es un buen tipo y esa es una de las razones por las cuales Unai se ha sentado con él en Austria para repetirle el mensaje que ya le dio antes de iniciar sus vacaciones: «Hay mucha gente en el centro del campo y lo mejor para ti es buscar una salida». Y cuando un jugador escucha este mensaje de su propio entrenador, ya puede ir haciendo las maletas. Al centrocampista holandés, uno de los más veteranos de la plantilla, le gusta bromear mucho con sus compañeros, pero en Klagenfurt se le ve más serio de lo normal. No pone una mala cara porque es imposible en él, igual que tampoco va a salir públicamente a realizar una crítica al entrenador porque es una persona muy educada, pero otra historia bien distinta es mirar hacia otro lado.
A día de hoy, al agente del centrocampista le ha llegado el interés de varios clubes, pero ninguno ha realizado una propuesta oficial al Valencia y el futbolista prefiere esperar. Trabaja a tope en cada entrenamiento, se vacía, ayuda a sus compañeros en todo lo que puede, pero el overbooking que hay en la zona de creación parece destinado a acabar con sus días en Valencia. Con sólo un año de contrato por delante, Maduro es partidario de estudiar todo lo que le llegue, pero no va a precipitarse. No es la primera vez que su nombre está en las quinielas de salida y a base de trabajó logró tener su protagonismo, pero ahora parece más difícil, sobre todo si a la vuelta de las vacaciones el entrenador le sienta para repetirle que lo mejor es salir.
Por el carril central, en la linea de medios, están Topal y Albelda con un perfil más defensivo —al que más se ajusta él— y en principio sólo va a jugar uno. Si a ellos le sumas a Banega, Tino Costa y Parejo, la cuesta empieza a empinarse aún más. Ni la polivalencia que ofrece su carta de servicios, ha actuado con Unai varios partidos como defensa central, parece valerle esta vez. Y su rostro no puede ocultar esa tristeza.
Frente al PSV jugó los 45 minutos pertinentes y lo hizo al lado de Topal, pero no mostró su mejor cara, seguramente porque unas horas antes había recibido el golpe moral y ya era consciente de que por mucho que se esforzara no iba a cambiar la opinión de su entrenador. Ahora ha de buscar un acomodo para tener minutos y continúe siendo uno de los fijos en la selección de Holanda, ya que el próximo mes de junio hay Eurocopa.
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