Joan Carles Martí
El Valencia necesita más que nunca el ánimo de Mestalla.
Sólo los aficionados con memoria de elefante y tiquismiquis recordarán el tostón de partido ante el Getafe, el resto nos quedamos con lo más importante, la suma de otros tres puntos. Sin embargo, alejados del resultadismo sirvió para mucho más. Primero para que Feghouli se diera un baño de autoestima. Al jugador francés le ha costado adaptarse y olvidada la temporada pasada, este curso ha empezado con minutos y ahora con goles. La confianza es necesaria para sobrevivir en la Liga, mucho más competitiva que su homóloga gala. Pero otra de las virtudes de la victoria del sábado lleva el nombre de Aduriz. Hace justo un año era titular indiscutible y fue recompensado con su primera convocatoria en la selección.
Satisfacción
Con independencia de las famosas rachas de los delanteros, al goleador donostiarra le ha perjudicado la conocida oposición de Emery de jugar con dos puntas. Saben mi opinión de sobra sobre el asunto, pero Aduriz ha estado en segundo plano demasiado tiempo y cuando parece que Jonas se ha consolidado como la pareja de baile de Soldado, reconforta la forma y profesionalidad del ´11´ blanquinegro.
Ánimo
Y ahora toca el Bayer. El Valencia ha sabido rectificar con el regalo de una entrada para los incondicionales que pasaron por taquilla para la Champions, así que Mestalla presentará una entrada aceptable. Por tanto, supongo que Emery habrá decretado la prohibición de los disgustos. Es el momento de la conexión máxima entre la grada y el equipo.
Lección
Después de lo ocurrido en Lerverkusen supongo que el vestuario habrá tomado buena nota de que los partidos duran noventa minutos y que de nada sirve salir como una moto pero sin suficiente gasolina.
http://www.superdeporte.es/joan-carles-marti/2011/11/01/prohibidos-disgustos/143303.html
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