El Valencia, que logró rescatar un punto el miércoles ante el Atlético de Madrid en Mestalla gracias a un gol de Aritz Aduriz, ha incorporado el remate de cabeza a la lista de sus recursos ofensivos, tras varios años en los que esta acción no era más que un episodio esporádico en el fútbol del equipo.
Aunque el Valencia tan sólo ha disputado 450 minutos de competición oficial, con cuatro partidos de Liga y uno de Liga de Campeones, y quizá es pronto para considerar que el remate de cabeza es un recurso que ha llegado para quedarse, el equipo ha logrado hasta cuatro de sus once goles en este tipo de acciones.
Apenas existen precedentes en este tipo de registros en la historia reciente del club, que ha fraguado los éxitos deportivos de la última década a partir de la habilidad de sus jugadores, las paredes, los pases interiores y el toque de balón, aspectos del juego en los que destacaban sus jugadores ofensivos.
Esta tendencia ha cambiado tras la marcha del equipo futbolistas de calidad como David Villa y David Silva, pero también cuando ha dejado el club el jugador más alto que ha pasado por su plantilla, Nicola Zigic, quien a pesar de 202 centímetros, no se prodigo como cabeceador, entre otros motivos porque no jugó demasiado.
Sin embargo, en tan sólo cinco encuentros, el remate de cabeza se ha presentado como una de las alternativas importantes del equipo.
Tres de estos tantos los ha marcado Aduriz, que ha logrado todos sus goles como valencianista en remates de cabeza, todos ellos de gran calidad. El cuarto tanto corrió por cuenta del defensor holandés Hedwiges Maduro.
Mientras el gol de Maduro supuso el 1-0 de la victoria ante el Racing, Aduriz logró el primer tanto oficial de la campaña, el 0-1 de la victoria por 1-3 en Málaga, hizo el segundo gol del 0-4 de su equipo en Turquía ante el Bursaspor y logró la igualada ante el Atlético de Madrid cuando el partido estaba más que complicado.
El Valencia cuenta con un nuevo recurso y con jugadores especializados en centrar balones, en especial Vicente y Joaquín, pero, paradójicamente, han sido otros los futbolistas que han enviado los balones ofensivos que han provocado los goles de cabeza.
Éver Banega, Juan Mata o David Albelda se encuentran entre los que han centrado balones de gol, algo que llama especialmente la atención en el caso de Albelda, un jugador de corte defensivo que, tras una jugada de pundonor, centró para que rematara Aduriz como si esa hubiera sido su especialidad futbolística en los más de diez años que llevan en el club.
El otro gol de cabeza lo marcó Aduriz al recoger un rechace al poste en una falta que lanzó Tino Costa en Turquía ante el Bursaspor.
El recurso del Valencia no se limita al remate a gol, sino que, además, el envío largo del balón para que un delantero baje la pelota y se inicie una jugada de peligro ha cobrado protagonismo en las acciones de ataque del equipo que entrena Unai Emery, en especial cuando es Aduriz el que está en el terreno de juego.
Una segunda opción en este sentido la ofrece Roberto Soldado, aunque este jugador se ha iniciado como goleador en el Valencia con un contragolpe ante el Bursaspor, en una acción clásica del juego del equipo en las últimas temporadas.
La presencia conjunta en el equipo de Soldado y Aduriz coincidió con el empate del Valencia ante el Atlético de Madrid.
En la actualidad, esas acciones comparten importancia con el remate de cabeza, un clásico del fútbol ofensivo, que casi nunca ha destacado en el juego del Valencia, equipo proclive a triunfar y sumar títulos con ejercicios defensivos excelsos, velocidad a la contra y equipos más compactos que plagados de estrellas.
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