EL VALENCIA CF PIERDE EL BALON Y... LA IDENTIDAD

Las continuas pérdidas provocaron que el Sevilla, con rapidez por los costados, hiciera añicos el sistema.

F. CALABUIG Unai Emery antepuso la opción de sorprender al técnico sevillista, Marcelino García Toral, a una ley máxima: «Si algo funciona, no lo toques». El entrenador de Hondarribia cambió la fisionomía de un equipo que había funcionado a las mil maravillas en los partidos precedentes con tal de frenar el poderío de la pareja de ataque Negredo-Kanouté. El Valencia salió al Sánchez Pizjuán con una defensa de tres centrales, en la que Maduro debía hacer de hombre libre y cubrir las espaldas de Rami y Víctor Ruiz, encargados de seguir a los atacantes del Sevilla.

Sin embargo, Marcelino y sus pupilos —lejos de caer presos en la sorpresa que les había preparado Emery— supieron aprovechar los regalos de un bloque errático, apático y desnaturalizado vistiendo un traje que no le sienta nada bien, el 3-4-3. A pesar de que el técnico prefirió apuntar a «las pérdidas de balón» como causa principal del desastroso primer tiempo, los fantasmas defensivos que parecían desterrados regresaron con una zaga de tres centrales que el ´Duende´ de los Palacios, Jesús Navas, hizo añicos en la izquierda.

Cuando se le preguntó por la novedosa defensa de tres centrales y dos carrileros largos, Unai trasladó «el problema» a las pérdidas de balón. «Utilizamos tres centrales para controlar a dos delanteros muy peligrosos, para crear una primera superioridad. El problema han sido las pérdidas de balón. No hemos aprovechado la superioridad, el equipo ha estado desacertado», explicó el míster vasco. En los primeros 45 minutos el Valencia tuvo una posesión estéril y cada una de sus pérdidas sirvió al Sevilla para dañar a un bloque súper poblado en el medio y en la defensa, pero mal posicionado y que entregó las bandas en favor de Navas y Perotti. Mathieu y Bruno casi siempre tuvieron que correr viéndoles la espalda. A lo largo del partido el VCF perdió…¡89 balones! Buena parte, en el primer acto.

La falta de mordiente, las susodichas pérdidas y la mayor velocidad de los atacantes sevillistas fueron la clave de los desajustes en defensa, donde el hombre que más sufrió fue Víctor Ruiz. El ex-jugador del Espanyol volvió a pasarlo mal como central escorado a la izquierda del mismo modo que lo hizo en el Nápoles a las órdenes de Mazzarri. A los 18 minutos Víctor mandó un balón en largo que desde el otro lado reenvió el Sevilla en busca de Navas. El central salió persiguiendo a Kanouté y la pelota le pasó por arriba. Mientras Navas sacaba de sitio a Maduro, el ariete marfileño ganaba la carrera hacia el área a Ruiz para hacer bueno el pase de la muerte y batir a placer a Guaita desde el centro. Rami no pudo subsanar el error (1-0). Ni el Valencia ni Unai, que mantuvo el sistema contra natura hasta la expulsión de Trochowski y la sustitución de Kanouté (m. 57 y m. 59), supieron reaccionar. Los continuos despistes en la entrega de Banega, Jonas, Piatti, Tino o Mathieu provocaron que las ocasiones sevillistas se sucedieran por izquierda y, sobre todo, por derecha. En el 25´ otro error de cálculo de Víctor propició una nueva asistencia letal del extremo de los Palacios que Perotti mandó arriba.

En la segunda parte las expulsiones cambiaron la cara del duelo. El VCF hizo más efectiva su mayor posesión, merced a Éver, que se conectó y se ofreció en la línea de medios. Pero, sin dudas, lo único rescatable de un equipo que se estrelló contra el Sevilla en inferioridad numérica fue un remate de Soldado y el debutante Antonio Barragán. El jugador sevillano exhibió proyección ofensiva y acierto en el lateral derecho.
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