VICTOR RUIZ Y ADIL RAMI, LA MURALLA DEL VALENCIA

Unai apostará en Gijón por la solvencia que ofrece la nueva pareja.

PAU FUSTER A pesar de que el Libro de Estilo de Unai defiende el fútbol ofensivo, también tiene un apartado con el que se busca ese equilibrio que le permita mantener la portería a cero. Desde que asumió la dirección técnica del VCF han pasado muchos nombres, cada uno con un nivel determinado y varios de talla internacional, pero aún no ha logrado esa sincronización atrás que convierta al club en un rival incómodo como en la época dorada más reciente. A veces no es una cuestión del apellido y sí del planteamiento global, sería injusto centrar sólo las miradas atrás porque pueden entrarte en casa en oleadas y sin avisar, pero el Valencia ha logrado en los dos últimos encuentros mantener la portería a cero, con Adil Rami y Víctor Ruiz en el eje central, bien acompañados en las bandas por Miguel y Mathieu.

Emery está «contento» con su nueva pareja, aunque también advierte que detrás hay gente empujando fuerte como Dealbert, Maduro y Ricardo Costa. En los partidos contra el Atlético y el Genk cambió el portero y la linea medular, pero Unai optó por mantener la defensa porque considera que el nuevo Valencia debe empezar a crecer desde atrás. Y paso a paso empieza a construirse esa muralla esperada desde hace tiempo, aunque hay aspectos por pulir porque Adil y Víctor aún no acumulan ni diez sesiones de entrenamiento juntos. Pero a veces se producen situaciones en las que no es necesario esperar mucho tiempo para ver resultados y ese es el caso de los dos, al entenderse desde el primer día. Desde que se despidió de la afición del Lille, disfrazado con la mascota del club, no ha dejado de sorprender positivamente el zaguero francés. Físicamente es muy fuerte, en los balones divididos es muy contundente y los técnicos le consideran uno de los mejores futbolistas en el juego aéreo. Esos argumentos le valieron para fichar por el VCF, pero lo que no se esperaba era ese manejo con el balón en los pies que le lleva a avanzar unos metros con el esférico pegado a su bota derecha para no sortearlo y la coordinación de movimientos. Y cuando se despista en la marca individual rápidamente reacciona con su poderío físico. Su carácter extrovertido le está facilitando la adaptación y va camino de convertirse en uno de los ´jefes´ de la zaga.

Víctor Ruiz es un recién llegado y se nota porque prefiere crecer poco a poco en el equipo, de ahí que en sus dos partidos oficiales opte por asegurar la posesión del balón y aún no se le ha visto coger el balón en el área e ir avanzando metros. Eso sí, con su presencia sobre el césped ya no es tan necesario como antes que baje Ever Banega o Mehmet Topal para iniciar la jugada de ataque. El defensa catalán ha optado por su versión más seria e inteligente a la hora de defender a los rivales. Aún debe pulir cosas, ya que en un movimiento intuitivo a veces pone el antebrazo encima del rival y hay árbitros que lo suelen castigar, pero tampoco hace muchas faltas y si las comete no se notan demasiado, lo que le ayuda a no recibir tarjetas amarillas con asiduidad. No se precipita en las entradas y en el juego aéreo también muestra su poderío, como comprobó Mestalla en su primera puesta en escena.

A la última pareja de centrales escogida por Unai aún les faltan kilómetros de competición para sincronizar movimientos y convertirse en infranqueables, pero poco a poco se están sentando las bases. Y con la finalidad de acortar tiempos, la decisión del entrenador valencianista de darles continuidad a las primeras de cambio puede prolongarse el próximo sábado en El Molinón de Gijón. Atrás hay hombres que también están dispuestos a gritar para tener su oportunidad como Dealbert, Maduro o Ricardo Costa, ellos no le quieren dar facilidades al técnico a la hora de escoger a la pareja de centrales, pero la Dirección Deportiva les ha fichado para apuntalar una linea del campo básica como es la defensa. Víctor Ruiz y Rami han partido con ventaja en el inicio de curso, en sus dos primeros partidos han demostrado con solvencia y el Valencia ha mantenido la portería a cero, con la idea de ser una muralla que impida a los rivales celebrar un gol.
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