El Valencia se reencuentra con la victoria en Zaragoza gracias a un gol de Jordi Alba a diez minutos del final - Al conjunto blanquinegro le cuesta plasmar su dominio en un encuentro que siempre tuvo controlado, ante un inofensivo rival
VICENT CHILET
El balón entró dando saltitos, casi llorando, después de un clamoroso error de la defensa del Zaragoza. El encuentro tampoco se recordará por su vistosidad, pero la oportuna pillería de Jordi Alba, a diez minutos del final, aporta una gran dosis de tranquilidad al Valencia, necesitado de buenas noticias. El equipo de Unai Emery recuperó el rumbo en un escenario en el que se había resignado a padecer goleadas en sus recientes visitas. Sin brillantez, fue el conjunto blanquinegro quien más méritos acumuló para llevarse los tres puntos, aunque no se prodigara en excesivas ocasiones, éstas fueron suyas y tuvo al Zaragoza —que sólo despertó en el tramo final— bajo su control. El triunfo balsámico rectifica, de momento, la peligrosa dinámica en la que se había adentrado el equipo en el último mes de competición, tanto en Liga como en la Champions. Con la autoestima recobrada, el Getafe y el Bayer Leverkusen, en un duelo clave para la supervivencia europea, medirán si la reacción es sólida o únicamente una aislada demostración de orgullo.
Le costó plasmar su dominio, pero el Valencia no perdió nunca el control del partido en las dos partes. El juego era espeso, propio de dos equipos cerca de atormentarse, pero el Zaragoza no logró poner en aprietos a la defensa de un Valencia que, en cambio, llevó siempre la iniciativa desde el primer momento. El encuentro parecía propicio para que Dani Parejo comenzara a mostrar las razones por las que el club de Mestalla desembolsó seis millones de euros por su fichaje. Con la prolongada ausencia de Canales, el centrocampista de Coslada pasó del doble pivote a la media punta, su posición natural, en la que brilló en las categorías inferiores del Real Madrid y en la que podrá reivindicarse más a menudo a partir de ahora. En esa demarcación, no tan alejado del área y con mayor presencia ofensiva, Parejo se movió con comodidad y suya fue la primera y mejor ocasión blanquinegra en el primer acto. Un saque de banda que acabó en centro de Feghouli hacia el punto de penalti donde entró Parejo, taponado por un central, para conectar un zurdazo que besó la parte exterior de la red, al palo derecho de Roberto. A pesar de ser de los más destacados en el Valencia, Unai Emery decidió sustituir en el descanso a Parejo para dar entrada a Mathieu.
No concretó su dominio territorial el Valencia. Controló la posesión, se adivinaban espacios en carrera para Piatti y Feghouli con la defensa adelantada que plantó el Zaragoza, forzó hasta cinco saques de esquina y se le anuló correctamente un gol de Topal, en fuera de juego, tras una buena acción de estrategia.
Ante la inoperancia atacante local, Javier Aguirre sacó al campo al talentoso Lafita. Pero el partido seguía siendo del Valencia. Soldado hizo su primera aparición decisiva en el minuto 59, con una espectacular chilena a pase preciso de Feghouli. Roberto, en dos tiempos, abortó uno de los mejores goles del campeonato. Siguió estrechando el cerco el Valencia. Feghouli, cada vez más integrado en el «once», tuvo en sus botas otra clara ocasión, pero se durmió en el remate. El Zaragoza, conforme se acercaba el final, empezó a desplegarse. Un chut de Ponzio se marchó rozando el poste derecho y poco después los locales desperdiciaron un libre directo, tras cesión de Víctor Ruiz a Guaita. Una buena prueba de que el Valencia estaba volcado es que el gol de la victoria lo fabricaron los dos laterales. Bruno se inventó un pase de cuchara y Jordi Alba, el más listo de todos, aprovechó la falta de entendimiento entre el central y el portero para marcar y espantar fantasmas.
http://www.levante-emv.com/deportes/2011/10/27/zarpazo-tranquilizador-0-1/851671.htm
VICENT CHILET
El balón entró dando saltitos, casi llorando, después de un clamoroso error de la defensa del Zaragoza. El encuentro tampoco se recordará por su vistosidad, pero la oportuna pillería de Jordi Alba, a diez minutos del final, aporta una gran dosis de tranquilidad al Valencia, necesitado de buenas noticias. El equipo de Unai Emery recuperó el rumbo en un escenario en el que se había resignado a padecer goleadas en sus recientes visitas. Sin brillantez, fue el conjunto blanquinegro quien más méritos acumuló para llevarse los tres puntos, aunque no se prodigara en excesivas ocasiones, éstas fueron suyas y tuvo al Zaragoza —que sólo despertó en el tramo final— bajo su control. El triunfo balsámico rectifica, de momento, la peligrosa dinámica en la que se había adentrado el equipo en el último mes de competición, tanto en Liga como en la Champions. Con la autoestima recobrada, el Getafe y el Bayer Leverkusen, en un duelo clave para la supervivencia europea, medirán si la reacción es sólida o únicamente una aislada demostración de orgullo.
Le costó plasmar su dominio, pero el Valencia no perdió nunca el control del partido en las dos partes. El juego era espeso, propio de dos equipos cerca de atormentarse, pero el Zaragoza no logró poner en aprietos a la defensa de un Valencia que, en cambio, llevó siempre la iniciativa desde el primer momento. El encuentro parecía propicio para que Dani Parejo comenzara a mostrar las razones por las que el club de Mestalla desembolsó seis millones de euros por su fichaje. Con la prolongada ausencia de Canales, el centrocampista de Coslada pasó del doble pivote a la media punta, su posición natural, en la que brilló en las categorías inferiores del Real Madrid y en la que podrá reivindicarse más a menudo a partir de ahora. En esa demarcación, no tan alejado del área y con mayor presencia ofensiva, Parejo se movió con comodidad y suya fue la primera y mejor ocasión blanquinegra en el primer acto. Un saque de banda que acabó en centro de Feghouli hacia el punto de penalti donde entró Parejo, taponado por un central, para conectar un zurdazo que besó la parte exterior de la red, al palo derecho de Roberto. A pesar de ser de los más destacados en el Valencia, Unai Emery decidió sustituir en el descanso a Parejo para dar entrada a Mathieu.
No concretó su dominio territorial el Valencia. Controló la posesión, se adivinaban espacios en carrera para Piatti y Feghouli con la defensa adelantada que plantó el Zaragoza, forzó hasta cinco saques de esquina y se le anuló correctamente un gol de Topal, en fuera de juego, tras una buena acción de estrategia.
Ante la inoperancia atacante local, Javier Aguirre sacó al campo al talentoso Lafita. Pero el partido seguía siendo del Valencia. Soldado hizo su primera aparición decisiva en el minuto 59, con una espectacular chilena a pase preciso de Feghouli. Roberto, en dos tiempos, abortó uno de los mejores goles del campeonato. Siguió estrechando el cerco el Valencia. Feghouli, cada vez más integrado en el «once», tuvo en sus botas otra clara ocasión, pero se durmió en el remate. El Zaragoza, conforme se acercaba el final, empezó a desplegarse. Un chut de Ponzio se marchó rozando el poste derecho y poco después los locales desperdiciaron un libre directo, tras cesión de Víctor Ruiz a Guaita. Una buena prueba de que el Valencia estaba volcado es que el gol de la victoria lo fabricaron los dos laterales. Bruno se inventó un pase de cuchara y Jordi Alba, el más listo de todos, aprovechó la falta de entendimiento entre el central y el portero para marcar y espantar fantasmas.
http://www.levante-emv.com/deportes/2011/10/27/zarpazo-tranquilizador-0-1/851671.htm
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