A. GARCÍA Adil Rami es la envidia de Europa. A penas ha bastado un mes de competición para que los grandes clubes del viejo continente se den cuenta del futbolista que han dejado escapar. El rendimiento del internacional francés ha demostrado que su fichaje, a cambio de seis millones de euros, fue una auténtica ganga y que el Valencia estuvo más listo y rápido que ningún otro club. Una gestión brillante, gracias a la perseverancia de Braulio, que ahora le permite al Valencia presumir de tener el central de moda del fútbol europeo.
Los Barcelona, Manchester, Real Madrid, Chelsea, Bayern de Munich, City y compañía se han dado cuenta tarde del potencial de Adil. Es cierto que estos trasatlánticos económicos del fútbol mundial no peinan el mercado francés con la minuciosidad que lo hacen los técnicos del Valencia, pero también es verdad que ninguno se dio cuenta del proyecto de jugador a corto y largo plazo que suponía Rami. Y eso que ya era internacional con la selección francesa de Blanc. Todos lo conocían, todos tenían informes suyos, pero ninguno se planteó la posibilidad de apostar decididamente por él. El Valencia lo hizo y el tiempo le ha dado la razón.
En mucho menos tiempo de lo que nadie esperaba. Rami solo ha necesitado siete partidos oficiales entre Liga y Champions para demostrar su valía y, por tanto, avalar la inversión del club. A nadie escapa que Rami ha sido un fichaje barato. La prueba es que el precio de mercado del francés es superior a los seis millones de euros que recayeron en las arcas del Lille. Ser el jefe de la defensa del Valencia y una pieza clave en la ´bleu´ con solo 24 años le convierte en uno de los activos más importantes del club.
Pero, ¿qué hizo el Valencia para adelantarse a los grandes de Europa? ¿Dónde reside el éxito de aquella operación? La gestión perfecta de la contratación, la perseverancia de Braulio y la rapidez a la hora de mover cartas fueron claves para actuar más rápido que el resto de equipos interesados. Porque el Valencia no era la única novia de Adil. Existían otros clubes del segundo escalón europeo —donde está incluido el Valencia— que también preguntaron por Adil. Sin embargo se durmieron. Ninguno de ellos llegó a tiempo. La suerte que tuvo la entidad de Mestalla es que ninguno de los grandes apostó por él. Si hubiera sido así, el futuro de Rami hubiera sido muy complicado que pasara por Valencia.
Lo primero que hizo el Valencia fue contactar con sus agentes para conocer la predisposición del francés. Una vez tuvieron el visto bueno del futbolista, Braulio se dirigió al Lille. Los franceses ponían dos condiciones para cerrar la operación en enero, teniendo en cuenta que al futbolista le quedaba año y medio de contrato. Primero, pagar al contado los seis millones de euros de su traspaso. Segundo, que el francés se quedará cedido hasta final de temporada. Ninguna de las dos fue problema. Braulio tenía tan claro que Rami debía ser el líder de la defensa del nuevo proyecto que no dudó ni un día. Rami era blanquinegro por una cantidad que parecía elevada para tratarse de un central, pero que ahora resulta insignificante. Sea cual sea su precio de mercado, el club tiene claro que Adil no está en venta. El Valencia se vio obligado a fijar una clausula de rescisión de 25 millones en su nuevo contrato. Era una de las exigencias de los agentes para firmar. Una cantidad a la que cualquier grande tendría que acudir si ahora apuesta por él. Por el central de moda de Europa no se negocia.
http://www.superdeporte.es/valencia/2011/10/08/adil-rami-central-moda/140981.html
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