Stankevicius vuelve a sentirse útil con Lituania

Si preguntas por Marius Stankevicius al seleccionador de Lituania, Raimondas Zutaustas, su primera reacción es mirarte como si fueras un extraño. ¿Por qué? En su país, el defensa del Valencia se llama ´Stanke´. Y no es una abreviatura al uso, como comprobamos cuando el valencianista ordenó en un campo a los compañeros que han disputado los dos últimos partidos oficiales con Lituania y que probablemente también lo hará esta noche frente a la Roja, tuvo que hacer una llamada para ver cómo se llamaban el central ´Kija´ (Kijanskas) y el lateral zurdo ´Rada´ (Radavicius). «A mí nadie me conoce aquí por Stankevicius, soy ´Stanke´ (risas)», apunta. Se le nota contento, un mes después vuelve a sentirse útil dentro de un rectángulo de juego, ya que volverá a jugar un partido de fútbol. Aún no le ha podido ver la parroquia valencianista, pero sólo es una cuestión de adaptarse a los sistemas de Emery. En el estadio Helmántico va a intentar estirar a tres el número de partidos de su selección sin encajar un gol, aunque sabe que la misión es muy complicada porque enfrente va a estar la campeona de Europa y del Mundo.

Nada más concentrarse con su selección, sus compañeros le interrogaron por su conocimiento de la Liga BBVA. Y lo que les transmitió Stanke es que no entendía como el Valencia no tenía representación en la Roja, ya que era el líder de la liga y no es un club que haya salido de la nada. Al final, las lesiones han llevado a Pablo Hernández y Aduriz a la selección. Y ya respira más tranquilo. Al punta del VCF le dedicó un capítulo aparte, ya que cuando comenzó a entrenar a las órdenes de Emery quedó «impresionado» con el arte que tiene Aritz para llevarse todos los balones de cabeza. «Marca los tiempos a la perfección y siempre sale ganando», repite cada vez. Esta noche le gustaría tenerle enfrente, eso significaría que debutaría con la Roja, aunque va a ser un duelo especial para él y sus compañeros al tener el privilegio de medir sus fuerzas a la mejor selección del momento. «Estoy contento de volver a jugar y pienso que es un honor jugar contra España, son los actuales campeones del mundo y de Europa. Para nosotros es muy importante», apunta, antes de explicar que cuando ellos se juntan con la selección se parece más a un reencuentro de «amigos» que un grupo aspirante a pelear por estar en una fase final de la Eurocopa. «Aprovechas para cambiar de aires y reencontrarte con viejos amigos», dice Stanke, aunque eso no significa que no compitan: «Mira, ahora el fútbol ya no es fácil para ningún equipo, pero España tiene a los mejores jugadores del mundo y ahí hay mucha diferencia respecto a nuestra plantilla, pero en el campo somos once contra once con una pelota. La diferencia de calidad entre los dos equipos es muchísima, pero no pasa nada, nosotros tenemos un buen grupo y pondremos toda nuestra fuerza por el bien de nuestro país».

Marius considera que hay muchas cosas por mejorar en el fútbol de su país. No es una crítica vacía, sino una reflexión después de la experiencia adquirida con su periplo por el Calcio italiano y la Liga española. Mientras sueñan con esa aspiración, siguen buscando la mejor interpretación a su fútbol, y en las dos primeras jornadas de esta fase de clasificación han sumado cuatro puntos sin encajar un gol. Llamativo fue el triunfo ante la República Checa: «Era difícil ganar allí, pero también tuvimos suerte. Chequia jugó bien pero lo único que le faltó fue el gol, porque tuvieron muchas ocasiones. Nosotros hicimos un buen trabajo, no fue fácil pero sin suerte no consigues nada, como todo en la vida. Fue una victoria muy importante para nosotros».Y mientras los resultados sean así de positivos, el seleccionador Zutaustas lo repite todo: once inicial, cambios y jugadores sustituídos. «Es una decisión del entrenador, pero pienso que cuando se gana o se juega de una manera positiva, es porque ese once y los que entran lo están haciendo bien. Pero son sus decisiones y no se comentan», asegura Stanke, que hoy, un mes después de su último partido, vuelve a jugar… como «lateral derecho».