El cuerpo técnico se deja de pruebas y de dar minutos a todos y en los dos próximos partidos pulirá su equipo base. Unai Emery dará «una vuelta de rosca» a la confección del equipo como él mismo se encargó de decir tras el triangular disputado en Palermo. Ya no más minutos para todos ni cambios de sistema en cada partido. La roca que quiere Emery que sea el Valencia está todavía por pulir y el debut liguero contra el Málaga está a la vuelta de la esquina. Por tal motivo, Emery afrontará el partido de presentación ante la Fiorentina quitándole el cartel de amistoso e incluso de preparación. Dicho de otra manera, se acabó lo de hacer dos onces para que jueguen 22 futbolistas y todos queden tan contentos. El proyecto está todavía cogido entre alfileres y Emery quiere desde ya comenzar a preparar su equipo base con miras al partido a disputar el 28 de agosto en La Rosaleda.
Emery y su cuerpo técnico le han dado vueltas a los últimos partidos jugados por el equipo —también Llorente y Braulio, los tres hablaron ayer en el aeropuerto— y como todo hijo de vecino tienen la sensación de que a los jugadores les falta frescura en los partidos y también entendimiento entre con los compañeros. Lo de la chispa preocupa a medias, a fin de cuentas la preparación física está encaminada a que de resultados durante los partidos de competición y no ahora en pretemporada. Eso sí, en los entrenamientos previos a los dos amistosos que le quedan al Valencia por disputar se bajará el pistón para que los jugadores puedan disputar a gusto los partidos.
Pero lo que de verdad fomenta la duda entre los aficionados y cierta preocupación entre los técnicos son los desajustes que está habiendo en el bloque durante los partidos. Los errores que están propiciando los goles son individuales, aunque el equipo está lejos de jugar como espera Emery que lo haga. Falta sintonía a la hora de replegarse y coordinación en labores ofensivas. Por ejemplo, en el partido ante el Nápoles, el equipo focalizó todo su ataque por banda derecha —en cuanto se percataron los italianos, no hubo ocasión alguna— y lo hizo porque los movimientos de Tino Costa, Feghouli y Topal lo propiciaban. No hubo coordinación para realizar la transición defensa-ataque como ensaya Emery en los entrenamientos.
El Valencia está trabajando para jugar con un sistema de juego basado en el 4-3-3. Tal dibujo, aunque tiene matices similares al 4-2-3-1, tiene lógicamente matices que requieren que haya pleno entendimiento entre los jugadores para que la cadena no se rompa. A ello hay que sumar que en la plantilla hay seis jugadores nuevos y también que hasta la fecha Emery no ha repetido un solo once en ninguno de los partidos de pretemporada. Y ahí radica uno de los cambios que quiere hacer Emery en los próximos partidos para que la máquina juegue como tal. Es decir, Emery va a comenzar a trabajar en los amistosos con un equipo más que parecido al que debutará contra el Málaga.
¿Hará cambio de sistema? En principio Emery mantiene la idea de explotar el 4-3-3. A fin de cuentas estamos en pretemporada y tampoco hay que alarmarse más de lo debido o tomar decisiones drásticas. Eso sí, la opción de jugar con dos delanteros va tomando forma y ya se ve como una posibilidad y no solo como un recurso a utilizar cuando los partidos se pongan cuesta arriba.
http://www.superdeporte.es/valencia/2010/08/15/fiorentina-probara-once-liguero/103069.html
Emery y su cuerpo técnico le han dado vueltas a los últimos partidos jugados por el equipo —también Llorente y Braulio, los tres hablaron ayer en el aeropuerto— y como todo hijo de vecino tienen la sensación de que a los jugadores les falta frescura en los partidos y también entendimiento entre con los compañeros. Lo de la chispa preocupa a medias, a fin de cuentas la preparación física está encaminada a que de resultados durante los partidos de competición y no ahora en pretemporada. Eso sí, en los entrenamientos previos a los dos amistosos que le quedan al Valencia por disputar se bajará el pistón para que los jugadores puedan disputar a gusto los partidos.
Pero lo que de verdad fomenta la duda entre los aficionados y cierta preocupación entre los técnicos son los desajustes que está habiendo en el bloque durante los partidos. Los errores que están propiciando los goles son individuales, aunque el equipo está lejos de jugar como espera Emery que lo haga. Falta sintonía a la hora de replegarse y coordinación en labores ofensivas. Por ejemplo, en el partido ante el Nápoles, el equipo focalizó todo su ataque por banda derecha —en cuanto se percataron los italianos, no hubo ocasión alguna— y lo hizo porque los movimientos de Tino Costa, Feghouli y Topal lo propiciaban. No hubo coordinación para realizar la transición defensa-ataque como ensaya Emery en los entrenamientos.
El Valencia está trabajando para jugar con un sistema de juego basado en el 4-3-3. Tal dibujo, aunque tiene matices similares al 4-2-3-1, tiene lógicamente matices que requieren que haya pleno entendimiento entre los jugadores para que la cadena no se rompa. A ello hay que sumar que en la plantilla hay seis jugadores nuevos y también que hasta la fecha Emery no ha repetido un solo once en ninguno de los partidos de pretemporada. Y ahí radica uno de los cambios que quiere hacer Emery en los próximos partidos para que la máquina juegue como tal. Es decir, Emery va a comenzar a trabajar en los amistosos con un equipo más que parecido al que debutará contra el Málaga.
¿Hará cambio de sistema? En principio Emery mantiene la idea de explotar el 4-3-3. A fin de cuentas estamos en pretemporada y tampoco hay que alarmarse más de lo debido o tomar decisiones drásticas. Eso sí, la opción de jugar con dos delanteros va tomando forma y ya se ve como una posibilidad y no solo como un recurso a utilizar cuando los partidos se pongan cuesta arriba.
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