El Valencia llega al Naranja comprometido por los resultados y por la poca claridad en su juegoTras la mala imagen mostrada en Palermo el técnico admite que hay que dar «una vuelta de tuerca» al equipo.
Unai Emery ha caído en su propia trampa. El técnico es la primera víctima del accidentado verano valencianista y da la sensación, a dos semanas para que comience la Liga, de estar remando a contracorriente. Lo de Palermo ha sido la puntilla para que el técnico contemple abandonar la idea de unos experimentos que no sólo no le han ido bien al equipo sino que están a punto de pasarle factura. Cuando un jugador como Soldado califica la disputa del Trofeo Naranja de este miércoles contra la Fiorentina como una «final» es porque algo empieza a oler a chamusquina.
Y es que el delantero valenciano no pudo evitar mostrar su disgusto. «No hemos conseguido en Palermo lo que todos esperábamos, que era ganar los dos partidos. La época de pruebas e historias ya se ha acabado. El miércoles tenemos un partido importante contra la Fiorentina, hay que pensar ya en él y debemos pensar en ganar. Tiene que ser un partido para ganarlo sí o sí».
Soldado apenas dio importancia al hecho de que en Palermo sumara su tercer tanto, aunque fuera de penalti. «Lo que más nos importa es el equipo», asegura. Y ahí es donde empiezan los fallos. «En ningún momento hemos encontrado conexión con el centro del campo, nos costaba mucho elaborar jugadas y por eso nos vamos disgustados. Ya se han acabado las excusas que teníamos. El partido del miércoles hay que ganarlo como sea, jugando bien o mal hay que ganar».
«Tenemos ganas de lograr una victoria. Es lo que hace falta a un equipo por la confianza mental que da partido tras partido. El del miércoles es como si fuese una final, delante de nuestra afición es donde tenemos que hacernos fuertes, por eso hay que ganarlo como sea», apuró el delantero valenciano, que no encuentra explicación a lo que ocurre, o al menos no la dice públicamente. «Si lo supiésemos... Las cosas no están saliendo bien de momento».
Y es que si lo de Inglaterra levantó sospechas, lo de Italia ha servido de confirmación. El Valencia no funciona. Está atascado y lo que es peor la sensación que queda es que hace falta un golpe encima de la mesa para que la Liga no empiece a torcerse antes de comenzar. Hablar de crisis en pleno mes de agosto es una temeridad pero en el ambiente del vestuario -y fuera de él- flota una inquietud cada vez más preocupante. Emery, aún a pesar del fracaso experimentado con los ensayos de sistemas, todavía se defiende en un intento disfrazado más de apariencia que de convicción. «El primer partido estuvimos en una buena línea (se refiere al del Nápoles)», afirma, e incluso pretende ir un poco más allá: «Hicimos un buen partido». Al menos, en referencia a lo ocurrido ante el Palermo recurre a la absoluta sinceridad: «Fueron mejores y no supimos competir. Perdimos justamente».
De puertas hacia afuera nadie duda de que las pretemporadas están para que sucedan estas cosas pero con la boca pequeña las versiones ya se matizan de manera considerable. Hasta el mismo técnico admite la línea deficiente en la que ha entrado el grupo sin explicar con exactitud los detalles del mal: «Son partidos en los que buscamos el rendimiento por delante del resultado pero está claro que nos está costando encontrar el rendimiento y tampoco llega el resultado».
Lío verbal
Al técnico, en la zona mixta del estadio del Palermo, se le veía impactado por lo ocurrido. Su dificultad a la hora de argumentar el estado en el que se encuentra el equipo reflejaba la incomodidad en la que se ha zambullido y más cuando se le comentó la versión que daba Soldado sobre la necesidad ya de ganar. El lío verbal fue patente. «El entrenador -indicaba Unai- quiere un equipo con personalidad, con una filosofía. Hoy -se refiere lógicamente al triangular- ha sido un día en que quizás el hecho de encontrar los errores nos ha hecho mucho daño, esperábamos estar mejor. Naturalizando los errores, tenemos que mejorar y dar una imagen buena. Hay que dar una vuelta de tuerca en todos los sentidos para los dos siguientes dos partidos».
Por las propias palabras del entrenador, es más que probable que para el Naranja apueste ya por el equipo que él considera en estos momentos titular. Hasta la fecha, ha ido repartiendo minutos y si en estos momentos uno pregunta a un jugador a qué juega o más en concreto cómo juega el Valencia, la respuesta puede tener diferentes versiones. Es lo peor que puede pasar, que nadie tenga claro con exactitud cuál es su función en beneficio del bloque.
Por eso, ante la Fiorentina en Mestalla, la afición seguramente verá en acción el 4-2-3-1 de la temporada pasada. En este triangular italiano el 4-3-3 de salida fue diluyéndose en el primer partido mientras que en el segundo se convirtió con el paso de los minutos en el 4-2-3-1.
El problema fue que en este último encuentro, el único lanzamiento a puerta que se registró fue un intento lejano aunque bien direccionado de Manuel Fernandes. Ahí se acabó todo el potencial ofensivo del Valencia. Por el momento, Soldado con tres goles (uno de penalti) continúa al frente de los anotadores. Otro problema es que Aduriz sigue sin estrenarse, como tampoco se ha probado a jugar un 4-4-2. Quizás ahora ya es demasiado tarde.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-08-14/emery-pierde-primera-batalla-20100814.html
ENCIMA ES LENTO EN REFLEJOS EL SEÑOR EMERI, PARA QUE FICHO AL DEL DEPOR.
NO ERA PARA ANALIZAR LOS PARTIDOS DESDE LAS GRADAS Y INFORMAR.
O ES OTRO GASTO INÚTIL.
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