A Jonas Gonçalves Oliveira no le llaman ´El detonador´ porque sí. El nuevo jugador blanquinegro se ha ganado el apodo a pulso. Lo suyo es hacer saltar por los aires a las defensas rivales, las estadísticas goleadoras, como ha demostrado en los últimos meses. El paulista se ha convertido en el futbolista de moda en Brasil, junto con el codiciado Neymar, de Santos, tras marcar 42 goles oficiales en 2010.
Lo cierto es que nada ha sido fácil en la carrera del ariete. Ni tras convertirse en su principal figura, la afición de Gremio le ha tratado con especial cariño. Por eso, el viernes, en el que a la postre sería su último partido con los de Porto Alegre, se encaró con la grada después de marcar uno de los goles ante San José. Harto de las críticas, de que el club hubiese priorizado el posible regreso de Ronaldinho a la negociación para su renovación, harto de todo, se le escapó un pelotazo hacia la tribuna.
Dos coléricos tantos pusieron el punto final a su etapa en ´Gre´. Tres años y medio en los que ha acumulado experiencias de todos los colores. Desde el negro, que es como lo vio todo cuando se pasó siete meses de suplente en 2008, hasta el rosa del postrero año. A Jonas le han llegado a tratar en su país de ´mestre´ después de ser el máximo realizador de su club en un Brasileirao (23 dianas); logró, además, 11 tantos en el Campeonato Gaucho, ocho en la Copa de Brasil y dos en la Copa Sudamericana.
Ya hay en la red quien le ha querido comparar futbolísticamente con el exvalencianista Ricardo Oliveira o el groguet Rossi. El flamante refuerzo de los de Mestalla, sin embargo, es genuino sobre el terreno de juego. Ambidiestro, capaz de marcar goles por potencia y sutileza, desde dentro y desde fuera del área, merece ser conocido sólo por sus méritos tras convertirse en el quinto máximo anotador en la historia de Gremio: 78 goles en 147 partidos oficiales, por delante de figuras de la talla de Mario Jardel o el propio ´Dinho´.
Han sido estos tantos los que le han abierto la puerta del Valencia. Porque las de Europa ya las tenía abiertas desde 2009, cuando el AEK de Atenas estuvo a punto de firmarle. Alguien en el conjunto griego vio maneras en este pálido y habilidoso punta de 1,81 que llevaba el 7, al que una lesión muscular le impidió luchar con Adriano —ahora en la Roma— por el título de máximo artillero del campeonato nacional. Aun así, hizo 15 tantos en el mismo y se ganó una mejora de contrato y un descenso de la cláusula, a la postre clave para su llegada a Mestalla.
El blanquinegro será el quinto equipo de Jonas Gonçalves. Tras sobresalir en el Guaraní de la Serie B, en 2006 fue contratado por el Santos de Pelé, donde sufrió la lesión más grave de su carrera. Nada más ganar el Campeonato Paulista, en el que había marcado cuatro goles en cinco partidos, se rompió los ligamentos de la rodilla y tuvo que parar en seco seis meses.
Aunque resulte paradójico, el ostracismo de su primera campaña en Gremio, la 2007/08 —de la que sólo se recuerda el tanto que provocó el histórico descenso de Corinthians—, es el que terminó de formarle como persona y como futbolista. Mucho más preparado para los golpes, Jonas se fue cedido seis meses a coste cero a Portuguesa y se convirtió definitivamente en un hombre-gol. Rol que tuvo a su vuelta con el ´tricolor´ en 2009, por delante de Álex Mineiro. Con el 3-5-2 de Celso Roth y el ex barcelonista Maxi López, se hinchó a marcar tantas hasta que cayó lesionado y otra vez en desgracia. Se habló de su intercambio por Vitor, de Goias, y Silas fue titular en el estreno de 2010. Sin embargo, 45 minutos bastaron para deshacer el entuerto. Jonas salió, marcó y ya no paró de hacerlo en todo el año.
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