Son habituales las conversaciones entre Manuel Llorente y Unai Emery, pero en la Ciudad Deportiva o con el coordinador de la Secretaría Técnica Braulio Vázquez presente. La semana pasada, presidente y entrenador estuvieron más de tres horas hablando cara a cara, sin testigos, en un hotel céntrico de la ciudad de Valencia. Ahí hubo tiempo para hablar de todo, aunque se quiere calificar la reunión como «informal». ¿Presente? ¿Futuro?
Sólo con el hecho de que hablaran sin miradas ajenas evidencia que querían hablar claro. La charla comenzó siendo telefónica, pero como Llorente estaba en las oficinas del club prefirieron citarse en un hotel próximo. Unai acaba contrato el 30 de junio, pero él prefiere no mirar a media distancia para no distraerse. Ahora sólo piensa en buscar el máximo rendimiento de sus futbolistas para intentar alcanzar la tercera posición, que es el objetivo y más adelante verá qué decisión se adopta. Emery es consciente que con Llorente al frente del club nadie ha estado más de tres temporadas, pero él tiene todos los sentidos puestos en ganar el sábado al Málaga. El presidente quiso saber de primera mano qué piensa el técnico sobre algunos futbolistas y su rendimiento. Manolo siempre quiere tener conocimiento de las cosas de primera mano, sin intermediarios, y la reunión se prolongó más de tres horas. También se habló de lo que ocurrió con el Chori Domínguez en el Ciutat de Valencia, cuando después de escuchar al futbolista, el técnico decidió realizar otro cambio.
El Valencia venía de lograr su tercer triunfo consecutivo en la Liga BBVA a pesar de no realizar el mejor fútbol de la temporada, también estaba reciente la eliminación en la Copa contra el Villarreal, que dolió mucho aunque Llorente le tranquilizó asegurándole que lo más importante es acabar la Liga BBVA en el tercer puesto —y no jugarse su participación en la Champions a la previa— e intentar eliminar al Schalke.
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