Neuchatel es una bonita y apacible pequeña ciudad de la parte francófona de Suiza. Allí, a orillas del lago del mismo nombre, nació la chocolatería Suchard y después la marca Milka. El país es el séptimo más rico del mundo, con una media de 48.200 euros al año por persona. Allí, en aquella población de apenas 35.000 habitantes, una fábrica saca al mercado relojes de la prestigiosa firma Bulgari.
Pero la calma de Neuchatel, como si se tratara de una película de terror, se transforma en una pesadilla cuando se traslada la imagen al vestuario del Xamax. En ese lugar, el valenciano David Navarro vivió hace unos días una experiencia de las que quitan el sueño.
El dueño del Neuchatel Xamax, el checheno Bulat Chagaev, bajó al vestuario tras el empate a dos goles con el Lausana, conseguido por el exvalencianista Javier Arizmendi. Iba acompañado por sus guardaespaldas, al parecer armados, y de muy malos modos increpó a los jugadores y al técnico, Joaquín Caparrós. Otras versiones apuntan que hubo amenazas verbales o con gestos como el de cortar el cuello. Este último iría dirigido contra el técnico. Según otros, el checheno intentó coger del cuello a Caparrós, pero uno de sus hombres se lo impidió. Chagaev ha tenido cuatro entrenadores en menos de seis meses.
Tras siete jornadas de Liga, el Neuchatel Xamax va noveno en la clasificación, con una sola victoria y tres empates. O lo que es lo mismo: es penúltimo en la Liga suiza, de diez equipos.
«No sentí miedo, me sentí entrenador», manifestó Joaquín Caparrós en la COPE, recordando lo sucedido. El exentrenador del Athletic, que sonó como sustituto de Emery si no continuaba, rescindió su contrato en apenas unos minutos. Ha durado un mes. Su forma de pensar y de llevar un club es muy clara: cada uno debe asumir su papel y el dueño se pasó.
Ahora se ha decretado la ley del silencio. Ningún jugador puede hablar de lo sucedido. Pero la tensión es máxima y este fin de semana el Xamax vuelve a jugar en casa, ahora contra el Grasshopper de Zúrich. El Neuchatel se ha convertido en el club con más presupuesto, las exigencias son máximas y a dos jornadas de que acabe la primera vuelta se encuentra a nueve puntos del líder.
David Navarro, que salió del Valencia este verano, ha tratado de restar importancia al incidente y confía en que todo se calme. Pero las miradas están fijas en él, porque tiene uno de los sueldos más altos del equipo.
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