De broma y buen rollo; un toque de advertencia con picante y a la vista de todos, o una mezcla de todo. Acaba el entrenamiento matinal con paliza de algo más de dos horas, por cierto, bajo un calor casi asfixiante. Los jugadores se amontonan bajo el cobijo que da la sombra del gimnasio de Paterna. Es la hora de los estiramientos finales a cargo de Julen Masach y el grupo llega tras disputar un ejercicio con dos equipos con algún que otro pique hasta simpático: «¡En cinco años no he perdido ninguna pachanga!» protesta con veterana sorna César. Se acomodan los futbolistas en los aislantes mientras deambula por allí carpeta en mano el entrenador. Unai sabe que, pese a la distancia, las cámaras de televisión de los periodistas presentes son capaces de captar cualquier comentario que se salga de lo normal. No le importa. Quizás hasta lo busca porque para escucharlo no hace falta la ayuda de ningún micrófono espía.
El monólogo del entrenador empieza a tomar forma. Lo hace en semblante serio. Es posible que todo sea teatro porque las caras de los jugadores es más de cachondeo que de otra cosa pero la monotonía de la mañana invitaba al tedio. Por si acaso y fiel a su estilo, Joaquín mete la cuchara y advierte a voz en grito a los periodistas: «¡Está de broma!». Puede tener razón pero el mensaje del técnico tiene hasta algo de miga.
La cuestión es la demanda de los futbolistas de gozar de alguna jornada más de descanso en esta pretemporada. Mal día han elegido para su reclamación puesto que la sesión ha tenido dos anécdotas que salpican precisamente este tema. Después de tener domingo y lunes fiesta, David Navarro se ausentó por motivos personales -tenía permiso del club- y Topal se hizo un lío y mientras el resto de compañeros sudaban, el turco dormía plácidamente porque creía que sólo se entrenaba por la tarde. A Topal lo sacaron de la cama y llegó a Paterna hora y tres cuartos después que el resto. Navarro lo hizo casi a la una de la tarde pero pese a esto, tanto uno como otro trabajaron en solitario.
«Estoy 'alante' y os escucho. Los dos... tu también... Dejamos dos días y uno no puede venir y el otro tampoco», se escucha a Emery. La cosa queda ahí. Después, sin querer tampoco entrar en muchos detalles, trata de dar alguna pincelada al respecto Dealbert. «Refleja el buen ambiente de la plantilla, es todo de risas. El ambiente es muy bonito, hay que divertirse».
Hoy, rumbo a Palermo
El problema es que el Valencia todavía no se ha divertido en lo que va de pretemporada, al menos cuando le ha tocado medirse a rivales de una talla considerable. Hoy, por ejemplo, pone rumbo a Palermo ya que mañana le espera un jugoso triangular frente al equipo local y el Nápoles. Otra nueva prueba para reafirmarse en el 4-2-3-1, para insistir en el 4-3-3 o para estrenar el inédito 4-4-2 con Aduriz y Soldado como pareja de baile.
El problema es que el técnico no va a tener a todos sus jugadores disponibles por culpa de las selecciones. Pese a esto, ya ha decidido que del filial a Italia sólo vaya el mediapunta Carlos Gil, que por la tarde y al igual que Rubio trabajó con la primera plantilla. Por la mañana no lo hizo ninguno de los jóvenes aunque la medida se ha adoptado de manera temporal. El triangular de mañana será la antepenúltima prueba de fuego antes de que se eche el cierre de bolos. Nadie se lo quiere perder e incluso Dealbert, que por la mañana sufrió un esguince en el tobillo derecho como consecuencia de un balonazo de Manuel Fernándes -pilló al central con el pie en el aire-, parece que estará en la lista. Aún así, a primera hora de hoy todos deben trabajar en Paterna pero la verdad es que lo de Dealbert no parece grave puesto que por la tarde sí se entrenó.
Un amistoso más por decidir
Esa segunda sesión del martes arrancó con casi una hora de retraso respecto al horario previsto. La plantilla estuvo encerrada en el vestuario con el cuerpo técnico. Todavía quedan muchas cosas por pulir en este Valencia al que Emery desea ver más en acción. Por eso, ha pedido al club que le busque otro amistoso. Además del de mañana, hay que tener en cuenta que el miércoles 18 juega el Trofeo Naranja ante la Fiorentina.
Desde ese día hasta el fin de semana del 28 y 29 de agosto quedan 10 días por delante de trabajo. La fecha para esa última cita será el sábado 21 y hoy espera el Valencia despejar la incógnita de a quién se enfrentará. Alternativas hay: desde irse a Grecia para medirse al Olympiakos o quedarse en España para medirse al Xerez o jugar un triangular con Granada y Almería. Emery ha exigido que el partido se juegue en un sitio caluroso por aquello de que la primera cita de competición es en Málaga.
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