SIN PIES NI CABEZA EN ZARAGOZA

Al VCF le faltó ambición para correr al ritmo del conjunto maño y un director de juego que hiciera efectiva la posesión.

Horas después de la derrota en Gelsenkirchen el entrenador del Valencia y los jugadores apuntaban al envite de Zaragoza como un «partido súper importante» en el que había que «levantarse». Sin embargo, el conjunto valencianista no fue fiel a su discurso. La palabrería no tuvo ninguna continuidad en el campo. Los blanquinegros hicieron el ridículo frente a un rival que lucha por mantener la categoría. El Zaragoza se impuso por cuatro goles a cero y también en todas las facetas del juego ante un Valencia que acabó andando y realizando un único disparo a portería durante los 90 minutos.

Ayer los de Emery ofrecieron la versión más vergonzosa que se recuerda, rememorando los partidos del curso pasado en Mallorca o en la misma capital maña. El Valencia no demostró en La Romareda ni actitud ni fútbol. A los valencianistas —terceros de la Liga— se les presupone una superioridad futbolística, táctica y física de la que no hubo ni rastro. Al equipo le faltó actitud para competir con la mayor ambición del rival y, además, careció de un hombre que llevase la manija del juego. Los únicos hombres que intentaron mover la pelota con criterio fueron Mehmet Topal y Jonas Gonçalves.

Desde el primer minuto los blanquinegros salieron al césped dormidos, sin tensión. Prueba de ello fue el primer tanto encajado, el cabezazo de Jarosik dentro del área a los cuatro minutos. Bruno Saltor perdió la marca del central del Zaragoza y dejó vendido en la portería a Guaita. El Valencia ni reaccionó ni encontró la forma de hilvanar fútbol. El mayor porcentaje de posesión de balón era estéril. Los errores en la medular se multiplicaban. La banda derecha no existía y, aunque Mathieu y Jordi Alba por la izquierda ofrecieron más profundidad, la zaga del Zaragoza controló un par de centros sin problemas.

Visto lo visto, Unai Emery se desesperaba en la banda. El entrenador —que sufrió su goleada más abultada junto al 4-0 en Barcelona de su primera campaña, en diciembre de 2008— hablaba consigo mismo. El míster vasco realizó en el minuto 35 el primer cambio desde que entrena en la Liga BBVA en la primera mitad que no fuera por lesión o sanción. Banega salió en lugar de Ricardo Costa con la intención de hacer efectiva la posesión del balón, con la misión de hacer jugar a su equipo. Pero nada de nada. Lo primero que hizo el argentino fue perder un balón que propicio una contra con peligro del Zaragoza. Minutos después llegó el 2-0 de Ander Herrera.

Tras el descanso el Valencia continuó sin saber salir de la presión local. Por contra, los maños siguieron teniéndolo muy fácil para traspasar las líneas naranjas y la expulsión de Stankevicius en el minuto 65, con el consiguiente 3-0 desde el punto de penalti, acabó por romper el juguete que parecía el bloque de Emery. El contratiempo propició que Albelda tuviese que acompañar a Topal como central en un equipo con diez hombres. Durante la recta final solo Tino Costa se atrevió a chutar a puerta y el VCF bajó los brazos. Una nueva contra del Zaragoza propició el penalti a Braulio de Albelda y la mayor goleada en casa de los maños desde mayo de 2005. Hasta la afición de La Romareda, incrédula, acabó haciendo la ola.
http://www.superdeporte.es/valencia/2011/03/13/piernas-cabeza-zaragoza/122169.html