Si volviera atrás cinco años, ficharía otra vez

El sábado por la mañana firmó su contrato con el Genova por tres temporadas después de vivir cinco ejercicios luciendo la elástica del Valencia. A pesar de ser el lateral izquierdo titular ha decidido regresar a su país, «era el momento porque la aventura del Genova también me ilusiona muchísimo», pero en su corazón siempre estará el equipo ché y la ciudad del Túria, la que «le acogió como uno más» y en la que nació su hijo Matías.

Desde Italia ya recuerda con nostalgia sus largos paseos por la Alameda, los amigos que deja, la ayuda de la afición en los momentos difíciles… aspectos positivos que confirman que la elección que hizo hace cinco años fue la correcta.

Ya se ha cerrado su salida al Genoa para las próximas tres temporadas, ¿por qué considera que ha acabado un ciclo?

—Bueno, porque creo que todo tiene un inicio y un final. La experiencia que he tenido en Valencia durante cinco años ha sido muy bonita, de verdad, es algo que volvería a repetir, cuando elegí ir allí fue la elección correcta y no me arrepiento de nada, pero con el tiempo cambian muchas cosas, tenía ganas de volver por muchos motivos y ha coincidido con el hecho de que me quería un equipo importante y dije que sí.

—¿Le da pena irse?

—Dejo algo importante para mi, porque cinco años no son dos días, es una parte importante de mi carrera. El VCF me dio la oportunidad de jugar la Champions, de jugar a un alto nivel competitivo, me permitió luchar por títulos importantes y eso no se olvida, pero de la misma forma hay que ser capaces de llegar a un punto y empezar una nueva aventura que también me ilusiona mucho.

—¿Qué recuerdo se lleva?

—Hay muchos, fuera del campo en Valencia he vivido momentos muy bonitos; cada vez que hable con mi hijo le diré que ha nacido allí, lo recordaré siempre y eso no es poco. A nivel deportivo hay muchos partidos y momentos bonitos que recordaría, tanto victorias como derrotas, que también hay que recordarlas. Pero estoy contento porque recuerdo a la gente, la ciudad, a los compañeros y los técnicos, a la gente que trabaja en el club, la que ha estado al lado del equipo… no me quiero olvidar de nadie.

—¿Cómo puede entenderse que el lateral izquierdo titular de las últimas temporadas sea el que se va?

—No hay que entender nada, porque ha sido algo que he querido yo. Así que no hay que entenderlo, hay que pensar que en el fútbol pasan estas situaciones y hay que afrontarlas, además tengo la oportunidad de jugar en mi país en un equipo que me quiso ya el año pasado, que me transmitió entusiasmo, con una historia y una afición importantes detrás.

—¿Cuál era su relación con los compañeros? ¿Tiene amigos en el fútbol?

—El problema es que es difícil, fuera del fútbol tengo amigos a los que quiero tanto que no los puedo comparar con lo demás, por eso digo que no tengo amigos en el fútbol, hay gente a la que aprecio mucho y que han sido más que compañeros, pero diciendo que son amigos valoro menos a los que tanto quiero.

—¿Ha dejado de sentirse a gusto en algún momento?

—No, pero sí he pasado momentos malos, como es normal. No he tenido relaciones muy buenas con todos, eso sí, a nivel profesional no he tenido problemas con nadie. Fuera del campo he sido más amigo de unos que de otros, pero compañero con todos.

—¿Unai le abrió las puertas o trató de convencerle para que se quedara?

—No hablé con él, ahora que se ha cerrado el acuerdo llamaré a los capitanes y al resto de gente para despedirme, lo quiero hacer esta semana, creo que me he portado bien siempre y es importante quedar bien cuando uno se va.

—¿Por qué no subía más la banda? ¿Era una cuestión del técnico o decisión propia?

—Eso es cuestión personal por mis características y también por momentos de juego, eso no quiere decir que han habido partidos en los que he subido más al ataque, pero no me escondo nunca.

—¿Se ha sentido valorado?

—Sí, en cada entrenamiento y en cada partido que he jugado, al final, el fútbol es cuestión de sensaciones.

—¿Cree que se le echará de menos?

—No, sólo espero una cosa, que si álguien echa de menos a Moretti sea por el tema personal y no por el profesional.

—¿Volverá a Valencia?

—Seguro, aunque sea de vacaciones o ver a personas que tengo ahí y que considero que son amigos tengo fuera del fútbol.

—¿En qué lugar se perdería?

—El paseo de la Alameda es mi casa, he paseado tanto por ese sitio, que es mi segunda casa. Paseaba y jugaba con mi hijo por el río, son muchos días en cinco años.

—¿Con qué mensaje se despediría de la afición?

—Se han portado muy bien conmigo, lo he dado todo siempre pero sé que hay partidos que me han salido bien y otros mal. La gente siempre me ha dado su ayuda en los momentos difíciles y desde el principio, me han sentido ser uno de ahí. Soy de fuera y que haya habido tanta gente que me ha enviado tantos mensajes estos días o me ha llamado, y que te diga que ahí tienes tu casa… eso se te llega dentro.

[Moretti] profesional y entrega incondicional

Profesionalidad, regularidad y entrega incondicional dentro y fuera de los terrenos de juego. Tres valores, al margen de las críticas que siempre le acompañaron por su limitado rendimiento ofensivo, han permitido a Emiliano ser el dueño del lateral izquierdo de Mestalla durante el último lustro.

Ni Carboni, ni Del Horno, ni Carleto, ni ninguno de los diferentes parches utilizados por los técnicos blanquinegros de estos postreros cinco años han sido capaces de mejorar sus prestaciones. ¿Lo logrará Jérémy Mathieu? Si la respuesta es que sí, Emiliano pasará a un segundo plano en la historia del club; si es la respuesta es que no, se agrandará su figura y su recuerdo.

El tapado de la camada de italianos en 2004

El Valencia cerraba el pasado 20 de julio de 2004 el fichaje de Moretti. Tenía 23 años y llegaba procedente de la Roma en una operación de unos 2'3 millones de euros. Era el verano de los italianos. Poco antes había regresado al club Ranieri y habían firmado los futbolistas de la Lazio, Fiore y Corradi. El último en llegar iba a ser Marco Di Vaio, que, además, lo hizo con vitola de estrella. Emiliano era posiblemente el italiano con menos nombre, al que menos seguían las cámaras de televisión y el que menos interés despertaba ante la afición. Venía de tapado. Sin embargo, pronto se destapó convirtiéndose en el único de aquella camada que acabaría triunfando y ganándose al valencianismo.

El hombre que sentó a Carboni en el banquillo

Una tarea nada fácil, teniendo en cuenta el nombre y apellido del por aquel entonces era titular indiscutible, Amedeo Carboni, fue ganarse un hueco en la alineación titular. Tomó la alternativa de sus manos en un amistoso veraniego contra el Leeds y pronto demostró que no había venido para 'vivir' tranquilamente en el banquillo a la sombra del de Arezzo y de Fabio Aurelio. 23 partidos en Liga, 16 de ellos como titular, eran su carta de presentación en su primera temporada, con gol incluido ante el Mallorca.

Del once de Quique a la renovación hasta 2011

Su segundo año, ya a las órdenes de Quique Sánchez Flores, sería el de la consolidación definitiva. 33 de 38 titularidades, formando normalmente defensa con Miguel, Ayala y un jovencísimo Raúl Albiol, así lo confirmaban. Había demostrado su valía y, curiosamente, el que fuera su primer damnificado, Carboni, se encargaría de ampliarle el contrato hasta 2011 ya desde los despachos. Amedeo no tuvo ninguna duda: su compatriota se había ganado la renovación.

Lesión de rodilla por la entrada de De la Peña

El guión comenzó repitiéndose un año más tarde hasta la jornada 9. Entonces, en los últimos minutos de un choque que se disputaba en el Lluis Companys, sufría una rotura parcial del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda por culpa de la entrada del cántabro. Sólo se valoran las cosas cuando no se tienen dice el refrán. Y así fue. El equipo sufrió sin el italiano, que estaría apartado de los terrenos de juego durante tres meses.

Alexis, Curro, Caneira, Cerra; sinfín de parches

El canterano Cerra y Curro Torres, cambiado de banda, se convirtieron en sus alternativas ante la lesión del recién fichado del Chelsea, Del Horno. El carril zurdo volvería a ser de Emiliano en febrero, cuando inició otro periodo continuado de titularidad hasta la conquista de la Copa de 2008. Otra lesión, esta vez muscular en el cuádriceps izquierdo, le privaba de jugar el último tramo de Liga de infarto con Voro. Caneira y Alexis esta vez eran las soluciones.

Con Emery estrenó brazalete de capitán

Nada cambió en el quinto y último año de Moretti en el Valencia. Bueno sí, el italiano estrenaba brazalete de capitán en el partido estival contra el Vitesse que servía de Trofeo Naranja y presentación. Emery apostó por él para los partidos importantes, relegó a Del Horno a la Copa del Rey y a la UEFA y sólo dio una oportunidad a Carleto. Tal y como sucediera doce meses antes, Moretti se perdía las últimas jornadas con problemas en los isquiotibiales. El parche del técnico vasco era otro central, Alexis.¿Su figura crecerá o se borrará con Mathieu?Moretti no ha tenido un competidor a su altura en el Valencia en estos últimos cinco años. Todo fueron apaños provisionales o relevos naturales que no llegaron a dar la talla. Todos los entrenadores, por eso, confiaron en él. Nadie pudo desbancarle. El '24' se va dejando una huella imborrable. El encargado de hacerle olvidar es el lateral izquierdo del Toulouse, Jeremy Mathieu. ¿Lo conseguirá o la figura de Moretti se irá haciendo más grande con el paso del tiempo? La respuesta, en breve. Hasta siempre, Emiliano.

HASTA PRONTO "ANIMAL" MORETTI