En la carta de presentación de César y Ricardo figura un pasado conjunto en Valladolid a finales de la década de los años 90, amén de ser los dos porteros titulares de la liga BBVA más veteranos. Sólo Armando intenta colarse entre su amistad, pero el cancerbero del Athletic ve los partidos de liga sentado al lado de Joaquín Caparrós, por lo que estaba exento en un duelo que ganó el valencianista 1-3. Como ya ocurrió en su estancia en Pucela, cuando el de Coria era titular con Ricardo en el banquillo, el que vistió de naranja encajó un gol pero sumó los tres puntos. No hizo falta recurrir a varias libretas para anotar las intervenciones de ambos, ya que predominó la efectividad y Ricardo fue incapaz de frenar el efecto sorpresa porque nadie le había avisado. No hay vídeo que recopilase las dos obras de arte que salieron de las botas de Albelda y Marchena, por lo que el portero de Osasuna sólo pudo lamentarse.
Los mensajes vía sms que se intercambian Ricardo y César son habituales, se desearon suerte en el intercambio de saludos inicial, pero al meta local le duró poco, ya que los once minutos Villa se estiró como un chicle para tocar el balón lo justo y dirigirlo hacia un lugar al que el madrileño no podía llegar. Lo mejor aún estaba por llegar, aunque hasta ese instante el que más sufría era César, más que por los balones altos que se esperaban por las cesiones atrás de sus compañeros. Dándole el esférico a él se esperaba un poco de oxígeno, pero el que se ahogó era César, que no ponía reparo en quitarse el balón fuera como podía. Al minuto, el meta valencianista se vio obligado a realizar la carrera de su vida para que Pandiani no se plantara sólo ante él y desde entonces no quería complicaciones. Justo lo contrario que tenía su colega, que llegó a tocar con las yemas de sus dedos el disparo de Albelda desde la frontal pero no con la suficiente firmeza para desviar el balón fuera. Una llegada y un gol desde la frontal ponían de cara el partido, por lo que la hinchada local la tomó con el Valencia y aprovechando un saque de puerta que iba a lanzar César, a éste le lanzaron una moneda que impactó en su espalda y al retirarla del césped fue amonestado por «retrasar la puesta en juego del balón, con ánimo de perder tiempo» según refleja el acta arbitral. ¡Increíble! No daba crédito el arquero, pero no le quedó más remedio que agachar la cabeza y seguir. No tuvo que multiplicarse, pero sí se quedó estático suplicando a la virgen que el cabezazo de Aranda tras un centro de Puñal se marchara fuera, como así fue, ya que estaba batido.
Tras refrigerarse en el descanso, Ricardo y César tuvieron que intervenir poco, aunque los dos encajaron un gol. Marchena sorprendió al portero ´rojillo´ con una volea desde la frontal del área y César no pudo hacer nada para evitar que el cabezazo de Masoud se colara al fondo de las mallas. Quizá Ricardo pudo hacer más en este gol, ya que le cogió un poco adelantado, pero después evitó con una gran intervención el cuarto gol, reaccionando bien a un centro de Pablo al primer palo que desvió con éxito en el último instante. César se llevó los tres puntos y Ricardo tres goles, los dos salieron mosqueados con el colegiado —uno por la tarjeta y otro por su actuación—, pero hoy vuelven a seguir siendo tan amigos.
http://www.superdeporte.es/valencia/2009/11/23/cesar-gana-duelo-iaios-liga/78974.html
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