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viernes, 12 de agosto de 2011

EL DUENDE LLEGA A MESTALLA

Toni Calero

El argentino recuerda que cuando recibió la oferta del Valencia no tuvo la menor duda y ahora sólo piensa en «triunfar en un grande» Piatti aguarda expectante la noche soñada, el cara a cara con su afición

No sabe explicar exactamente por qué el Valencia le parece un club «muy grande». Pero tiene claro que así es. Quizá se palpe en los pequeños detalles, dice, como la tranquilidad de que en casa no se va quedar sin luz o sin agua, ya que algún empleado de la entidad siempre estará pendiente de que eso no ocurra. Pablo Piatti cree que esas pequeñas cosas son las que permiten a un futbolista «rendir al máximo» en uno de los principales equipos de la Liga.

El argentino reconoce haber llegado hasta aquí gracias a «la cabeza, las condiciones con el balón y un plus de suerte». Todo lo que un jugador necesita para ser alguien importante en el mundo del fútbol. Su historia no es muy diferente a la Messi (con el que guarda un razonable parecido físico), Banega, Maxi Rodríguez o Ponzio. Su estilo se fraguó en las calles de Rosario. Ciudad símbolo para el fútbol argentino, madre de muchos talentos que triunfaron en Sudamérica y dieron el salto a Europa.

Allí, a una escuela a la que llegó con 14 años, Estudiantes de la Plata lo fue a buscar: «La primera vez que me vieron tuve suerte, el partido fue bien y marqué cuatro goles», recuerda. Siendo aún un niño, se marchó a la Plata y en su primera aparición con las inferiores del club argentino también tuvo «suerte» y marcó dos tantos. Y jugando en la séptima división, la diosa fortuna lo buscó de nuevo, y fue nombrado mejor jugador del campeonato. En dos años pasó de actuar con cadetes a recibir la llamada de Simeone, técnico del primer equipo. «No me lo podía creer, ni me atrevía a hablar con los jugadores. Estaba Verón, al que hasta ese día veía por la tele», explica.

Para entonces ya le conocían como el Duende y el Almería lo convirtió en el fichaje más caro de su historia. Siete millones pagó por el traspaso de Piatti, que llegaba a un nuevo país «solo, donde no conocía a nadie». Pasó tres años como jugador almeriense, que le sirvieron para darse a conocer en la Liga y labrar amistades fuera del césped.

Tres de esos amigos le acompañaban cuando entendió al fin que su sueño de jugar en un grande se hacía realidad. El Valencia quería firmarlo. «Estaba en el coche con amigos y recibí una llamada. Mi agente me explicó y le dije ya está. Lo cerramos», rememora el argentino. Había vivido un mes antes el descenso del Almería y, aunque Piatti sabía que seguiría jugando en Primera porque tenía varias ofertas, lo había pasado francamente mal en los cerca de 30 días que pasaron entre el fin de campeonato y la llamada del Valencia.

Piatti es comedido. Asegura que en estos momentos sólo piensa en ser uno de los convocados para el primer partido liguero ante Osasuna y luego, en estar en el once titular. Prefiere los objetivos a corto plazo, «porque son más fáciles de cumplir». Asume que estar en el Valencia implica luchar por estar entre los cuatro primeros año a año y acercarse a Madrid y Barcelona. Parece ensimismado con el proyecto y niega que la defensa del Valencia sea más débil que el ataque. Protege a su compatriota Éver, «tiene mucho fútbol», y también a Unai: «Es un profesional al cien por cien».

Hoy pisará Mestalla como local por primera vez. Piatti será uno de los principales focos de atención de la presentación. La afición espera mucho del jugador habilidoso, descarado y liviano que triunfó en Almería. Esperan que el nuevo duende del Valencia embruje Mestalla.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2011-08-12/duende-llega-mestalla-20110812.html

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