EL DIA DEL" ME LO MEREZCO" DE NIKOLA

El serbio, con su gol, contestó sobre el césped a todos sus críticos. Emery, tras el choque, no pudo hacer otra cosa que rendirse a la evidencia. Opina sobre esta crónica. ¡HAZTE FAN DE ZIGIC!

17 de junio de 1990. Mundial de Italia. Estadio Friuli de Udine. Un por entonces cuestionado Míchel obtuvo un "hat-trick" en un partido relativamente intrascendente ante Corea, un rival de inferior potencial. La polémica surgió tras su desaforado e histórico grito de rabia para celebrar sus tantos. El "me lo merezco" de Míchel pasaría a la historia por el revanchismo de su grito, dirigido a todos sus críticos, periodistas y aficionados por igual.

2 de enero de 2010. Decimosexta jornada de Liga. Estadio de Mestalla en Valencia. Nikola Zigic, cuestionado por su propio entrenador, obtiene de precioso cabezazo el gol de la victoria para el Valencia en el minuto 93 de partido. Su celebración contuvo elementos de rabia en común con el tanto de Míchel... pero con un fondo distinto. El serbio es así: tranquilo, pausado, pero con el orgullo balcánico corriendo por sus venas. Se quitó la camiseta, corrió la línea de fondo y se lanzó a abrazarse con los aficionados. Tras el fueron sus compañeros, una auténtica piña. No le hizo falta gritar nada... porque el estadio entero sabía que Zigic "se lo merecía".

A veces, la justicia existe en el fútbol. Pese a que sistemas tácticos, manías, fobias personales y la cabezonería suelen condicionar el 90% de lo que sucede sobre el terreno de juego, en ocasiones la deidad futbolística decide actuar por cuenta propia y tocar con su varita mágica alguna de las piezas del puzzle. Zigic fue ayer esa pieza, la que faltaba para completar la obra. El gigante lo hizo todo bien. Salió al césped con media hora por delante. Era su oportunidad, la primera vez que contaba con tantos minutos consecutivos. No la desaprovechó: descargó el trabajo a sus compañeros, ganó todos los balones aéreos, supo descongestionar cuando tocaba, ocupó espacios... Todo perfecto. La jugada del gol, preciosa, precisa, difícil de ejecutar, es la prueba.

A algunos nos tocó la fibra sensible lo que ocurrió tras el pitido final. Ver a César correr setenta metros desde su portería hasta alcanzar a Zigic fue mágico. Ver a Villa, Fernandes, Marchena... saltar sobre los 202 centímetros de goleador, todos abrazados, todos felicitándole... Verdaderamente emocionante.

Porque, independientemente de su rendimiento, de si unos piensan que debe jugar más, de si Emery no cuenta con él, de si otros lo consideran un torpe con la bola en los pies, Zigic es un buen tipo. Hace vestuario, es un bromista, contagia de buen rollo a sus compañeros. Por eso, ayer el "me lo merezco" fue de toda la plantilla para él. Para el hombre que, con su cabezazo certero, puso al Valencia en la tercera plaza de la Liga, sacando adelante un partido que no parecía tener final feliz.

La emoción del último minuto, la victoria sobre la bocina, no debe esconder el hecho de que al Valencia le costó horrores doblegar a un Espanyol muy serio, solidísimo atrás con su pareja de centrales y con la lección bien aprendida. Los pericos, sin duda, son uno de los equipos más conjuntados que han pasado por Mestalla. En el cuerpo a cuerpo inicial, el Valencia salió perdiendo. De hecho, a los puntos, la primera mitad perteneció a los catalanes.

El segundo tiempo fue otra historia. La entrada de Zigic, Marchena y Fernandes dio otro aire al centro del campo y el ataque blanquinegro. Con un Navarro y César imperiales atrás, un Miguel que iba "como un tiro" (no es mío, lo prometo...) y un Villa demasiado obsesionado con anotar, Zigic fue el faro para guiar al equipo al triunfo. Joaquín fue su fiel escudero: el "Pisha" estuvo sobresaliente. Las victorias, con estos mimbres, saben mucho mejor. Y nadie podrá decir que el triunfo, para Zigic y el equipo entero, no fuese merecido. Ni siquiera Unai Emery.




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Y AQUI ESTA EL GOL DE LA VICTORIA