El Valencia cumplió en Jerez. Tocaba ganar, lo hizo y además bien, sin grandes apuros, excepto unos minutos en los que bajó la guardia en el primer acto, tras ponerse por delante en el marcador. Eso costó encajar el empate pero tras la pertinente charla en el vestuario, en el descanso, el equipo salió más centrado y seguro de sí mismo, lo que le permitió sentenciar en una segunda fase en la que guardó fuerzas, tal vez de cara a Riazor, viendo que el triunfo no peligraba.
La buena nueva de mostrar otra jornada más su etiqueta de mejor visitante de la Liga vino acompañada esta vez del debut del 'Chori' Domínguez, que participó durante los dieciséis últimos minutos del encuentro.
La victoria fue tan clara como justa. Los de Emery la consiguieron cómo y cuándo quisieron. En cada fase del choque en que apretaron el acelerador su superioridad resultó abismal en todos los aspectos. Sin apuros atrás, con un Navarro espléndido, con Banega y Marchena mejorando actuaciones precedentes y con los bajitos ofensivos a lo suyo, llegó a resultar fácil.
El Valencia inicial que formó Unai Emery fue el de la Liga, el habitual, tanto en esquema como en lo que se refiere a la alineación titular. La Copa y las absurdas probaturas realizadas ante el Deportivo pasaron a mejor vida. El técnico se dejó de nuevos experimentos y jugaron los que debían hacerlo. Por ello se volvió a ver al Valencia de siempre. Para lo bueno y también para lo malo, que de todo hubo, a pesar de marchar siempre por delante en el marcador, lo que le permitió marcharse al descanso con ventaja.
Sin embargo, bien pudo ser diferente, pues por un lado se perdonaron ocasiones claras para haber aumentado la renta, casi sentenciar el partido, y por otro los locales se apuntaron a idéntica filosofía, igualando a un gol primero y desperdiciando oportunidadeds para haberse puesto por delante después. Las alternativas que hubo por ambos bandos hicieron que el público se divirtiera, a pesar del diluvio, el viento y el intenso frío reinante.
El mayor peligro llegó siempre a cargo del Valencia, entre otras razones porque la zaga del Xerez es muy flojita, lo cual hizo que se viera superada casi en cada acción ofensiva visitante. Unas veces por la falta de acierto de los valencianistas y otras por las intervenciones de Renan, no hubo más goles que los materializados por Mata y Silva. Pero Joaquín y Villa pudieron ampliar la mínima diferencia con que se llegó al intermedio.
El primer aviso lo dio el del Puerto de Santa María a los cinco minutos, pero su remate con la cabeza, desde cerca y en buena posición, fue muy flojito. Mata se encargó de enmendar el error de su compañero casi de inmediato. Seis minutos más tarde. El burgalés aprovechó un buen servicio en profundidad de Banega, controló el cuero, avanzó unos metros y cruzó perfecto a la red. Un gol que tiene que ayudar al pequeño delantero a retomar la senda de la buena forma olvidada desde hace bastantes jornadas.
A partir de ahí, descenso en el juego, exceso de confianza, actitud lamentable en general y, como consecuencia de todo ello, un par de sustos a los que siguió el tanto del empate. César salvó primero un remate de Francis -lateral del que en Jerez se dice que interesa al Valencia-, y enseguida Míchel -delantero pasado de kilos que se estrenó ayer en Liga y sigue sin contar para Ziganda- perdonó con la cabeza cuando se cantaba el gol. Y ya saben lo del cántaro y la fuente. Carlos Calvo se encargó de romper el recipiente y establecer la igualada. Un resbalón de Joaquín en la medular le impidió cortar la contra local, muy rápida. Alexis tampoco acertó a abortar el centro desde el lado izquierdo y Calvo marcó.
Por fortuna, el Valencia reaccionó y no tardó en ponerse de nuevo por delante en el marcador. Jugadón de Villa por la izquierda y servicio atrás para que Silva colocara el interior de su bota izquierda como sólo él sabe hacerlo y, a pesar del mal estado del terreno, clavara el balón por la escuadra derecha de Renan. Después, hasta el descanso, otra vez ligero desconcierto incluso en la banda. Miguel se pasó cerca de diez minutos entre el calentamiento y el momento de acceder al campo para reemplazar a Mathieu, reemplazado por decisión técnica. Entro, no entro... Y en el minuto 44 por fin entró. Justo después de que Míchel volviera a perdonar el empate.
En el segundo periodo bajó el espectáculo en la misma medida que lo hicieron las fuerzas de los protagonistas. Para entonces el Valencia ya jugaba con Miguel en la banda derecha y Bruno lo hacía en la izquierda. Se dosificó el apartado físico y se tiró de calidad, haciendo correr el cuero. Banega enlazaba bien con sus compañeros de delante y, a partir de ahí, los pequeños hacían el resto. Silva, Villa y Mata tocaban y tocaban, a la primera muchas veces, y se plantaban con facilidad en el área andaluza. Sólo faltó acertar en el último instante.
Y como así no llegaba el tercer gol, Marchena pegó un arreón a base de casta, de fuerza. Se lo hizo todo, en vertical, y al llegar a la frontal largó un zapatazo cruzado ante el que nada pudo hacer Renan. El Xerez bajó los brazos, se rindió ante la superioridad de un Valencia que no se resigna a luchar en esta Liga por una tercera plaza en la que se afianza tras las derrotas de Mallorca y Sevilla.
Con el triunfo en el saco, debut del 'Chori' Domínguez y descanso para Silva. El argentino se estrenó, aunque tendrá que esperar nuevos partidos para mostrar sus condiciones. Ayer dejó detalles, pero todo estaba hecho.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-01-11/valencia-abre-brecha-20100111.html
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