El Valencia y el valencianismo tienen la fortuna de que los galácticos de don Floren juegan hoy partido de Champions en Marsella. La maquinaria mediática del ser superior está centrada ahora en despellejar a Diawara, recordar por todas las Galias que fue quien lesionó a Cristiano Ronaldo en el Bernabéu y, de paso, condicionar en lo posible al árbitro de esta noche. Dos días menos. Dos jornadas más de tranquilidad.
Ahora bien, a partir de mañana, que Dios nos coja confesados. La mira telescópica de los periodistas agradecidos, pseudos asalariados, frikis teledirigidos, simpatizantes y espontáneos de todo pelaje apuntará desde la capital hacia el Valencia para descargar toda la bazofia que los susodichos lleven dentro, mediante ataques furibundos.
Tengo la sensación de que lo harán con más fuerza que nunca, ya que en Mestalla no estarán entre otros Kaká, por lesión, y Cristiano Ronaldo, sancionado por las dos gilipolleces que se marcó frente al Almería. Drama nacional.
En prensa escrita y a través de los otros medios audiovisuales se insistirá en que Silva está fichado por don Floren para la temporada próxima; que Villa perdió la oportunidad de su vida el pasado verano; que Manuel «Lorente» es una marioneta de Bancaja, como dijeron en una cadena de televisión nacional, cuyos contertulios no saben ni el apellido del presidente del Valencia; que el árbitro del partido, el cántabro Teixeira Vitienes, perjudicará al Madrid porque el valencianista Zigic jugó en el Racing y marcó muchos goles...
Si el Barcelona lloró a Antiviolencia para que diera la orden de anular el vídeo de los espartanos, estos, los de la galaxia, son capaces de culpar a Albelda, Marchena y Villa del secuestro de Españeta en la red y pedir que sean sancionados para el sábado. Y es que visitar Mestalla preocupa primero y escuece después. El Valencia, como el Sevilla, no contaba para nada, molesta que un equipo de provincias esté tan cerca, demasiado cerca, en una Liga que merengues y azulgrana contaban con disputar solos. Ahora mismo el Valencia es como un grano en el culo de don Floren, con serio peligro de enquistarse. Con perdón.
Ahora bien, a partir de mañana, que Dios nos coja confesados. La mira telescópica de los periodistas agradecidos, pseudos asalariados, frikis teledirigidos, simpatizantes y espontáneos de todo pelaje apuntará desde la capital hacia el Valencia para descargar toda la bazofia que los susodichos lleven dentro, mediante ataques furibundos.
Tengo la sensación de que lo harán con más fuerza que nunca, ya que en Mestalla no estarán entre otros Kaká, por lesión, y Cristiano Ronaldo, sancionado por las dos gilipolleces que se marcó frente al Almería. Drama nacional.
En prensa escrita y a través de los otros medios audiovisuales se insistirá en que Silva está fichado por don Floren para la temporada próxima; que Villa perdió la oportunidad de su vida el pasado verano; que Manuel «Lorente» es una marioneta de Bancaja, como dijeron en una cadena de televisión nacional, cuyos contertulios no saben ni el apellido del presidente del Valencia; que el árbitro del partido, el cántabro Teixeira Vitienes, perjudicará al Madrid porque el valencianista Zigic jugó en el Racing y marcó muchos goles...
Si el Barcelona lloró a Antiviolencia para que diera la orden de anular el vídeo de los espartanos, estos, los de la galaxia, son capaces de culpar a Albelda, Marchena y Villa del secuestro de Españeta en la red y pedir que sean sancionados para el sábado. Y es que visitar Mestalla preocupa primero y escuece después. El Valencia, como el Sevilla, no contaba para nada, molesta que un equipo de provincias esté tan cerca, demasiado cerca, en una Liga que merengues y azulgrana contaban con disputar solos. Ahora mismo el Valencia es como un grano en el culo de don Floren, con serio peligro de enquistarse. Con perdón.
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